Tuvo que ser una película francesa, muda y en blanco y negro la que le diera a Hollywood una lección sobre el olvido hacia su propia historia con una suerte de nostálgico y preciosa contribución a su etapa de transición entre el cine mudo y el cine sonoro. Una película foránea, llevada al éxito gracias al ingenio del magnate Harvey Weinstein, que protagonizó un año marcado por el propio homenaje de la industria a su producto. “The artist” y “Hugo” se convirtieron en febrero de este año en las grandes vencedoras con cinco estatuillas cada una, dos ejemplos de "poemas" elaborados por y para el cine, ese ejercicio de creatividad que el italiano Riccioto Canudo denominó “séptimo arte”.
La victoria del film de Michel Hazanavicius evidencia una falta de atención importante de la industria sobre su pasado, marcada especialmente por la propia Academia que no parece tener intención de devolver el premio honorífico a la gala de los Oscar pese a la entrada de un nuevo presidente, Hawk Koch. "En lo pasado está la historia del futuro", decía Juan Donoso Cortés con gran acierto. El futuro de Hollywood no puede forjarse olvidando a las leyendas que lo alumbraron y que le dieron la fuerza que hoy muestra orgullosa. Algo complicado para una industria que, ahora mismo, parece marchar sin un rumbo claro. Así lo resalta el palmarés de las últimas ediciones de los Oscar. La deriva en el cambio hacia films pseudo-independientes y con una perspectiva exterior se ha hecho evidente, alcanzando su mayor ejemplo con la victoria de la ‘extranjera’ “The artist”. Es solo el último caso. “The king’s speech” y “Slumdog millionaire” devolvieron hace poco el éxito al cine británico tras largos años de ausencia y “The hurt locker”, pese a ser un film norteamericano, no deja de ser un film "indie" que ofrecía una perspectiva sobre la guerra de Irak tan incisiva que muchos la llegaron a considerar "antiamericana".
Es latente el cambio. La Academia se ha vuelto más arriesgada y menos predecible, síntomas certeros de una regeneración óptima para el propio devenir de los Oscar. Las películas tradicionales que triunfaban entre los académicos han perdido terreno en favor de proyectos valientes pero también frágiles. Una película muda y en blanco y negro lo era, como también una sobre la guerra de Irak o el "falso western" de los hermanos Coen que le brindó a Javier Bardem su primer Oscar.
La temporada de este año promete y mucho, dada la grandilocuencia de muchos de los proyectos y los nombres que los refrendan. Steven Spielberg, Quentin Tarantino, Christopher Nolan, Robert Zemeckis, Kathryn Bigelow o Peter Jackson son algunos de los grandes nombres que pueden acabar copando los principales titulares de la carrera. Sin embargo, tampoco podemos perder detalles de pequeñas joyas como "Promised land", "Beasts of the Southern Wild", "The impossible" o "Amour", y cine más intelectual como "The master" o "To the wonder". Las apuestas se mutiplican. Es difícil predecir favoritas porque la Academia se ha encargado en los últimos años de romper cualquier esquema, aún a costa de su propia identidad. No sabemos aún si somos testigos de un paréntesis histórico o de una transición hacia un cambio absoluto. La carrera de este año se inaugura de manera imprecisa. Cualquier opción puede acabar imponiéndose sobre el resto. Ya no hay favoritas antes de las proyecciones. Los grandes nombres pesan mucho menos que antes. Solo queda esperar al veredicto de la Academia. ¡Que comience la carrera!
Que comience!!!? Vamos, DiCaprio y Tarantino!L
ResponderEliminarLo impredecible nos gusta. A ver si este año nos encontramos ante una carrera igualada, de esas que nos hacen llegar a los Oscar mordiéndonos las uñas porque no somos capaces de vaticinar quién saldrá triunfante. Aunque este año, de momento, soy #TeamLincoln
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