A punto de cumplir 86 años, Emmanuelle Riva, todo un símbolo para las artes escénicas de Francia, disfruta de un renacimiento artístico contra todo pronóstico gracias a "Amour", la última joya de Michael Haneke, un conmovedor retrato sobre temas tan universales como la enfermedad, el envejecimiento, la muerte... y el amor, por el que aspira a convertirse en la décima actriz gala nominada al Oscar a la Mejor Actriz Protagonista tras Claudette Colbert, Leslie Caron, Simone Signoret, Anouk Aimée, Isabelle Adjani, Marie-Christine Barrault, Catherine Deneuve, Juliette Binoche y Marion Cotillard.
De orígenes humildes y con ascendencia italiana, Paulette Germaine Riva nació en el pequeño municipio de Cheniménil, en la región de Vosgos, el 24 de febrero de 1927. Hija única y criada en un entorno conservador en la vecina localidad de Remiremont, sus incipientes deseos de estudiar interpretación rápidamente se vieron truncados por la oposición familiar, ingresando a los quince años en un taller de costura para ayudar a la economía familiar. Aún así, nunca abandonó su vocación, participando durante su adolescencia en un grupo amateur del pueblo que preparaba pequeñas funciones de diversas obras hasta que, en 1953, y animada por sus propios compañeros, reunió el coraje suficiente para hacer frente a un destino que no creía suyo e inscribirse en unas pruebas para optar a una beca de estudios en el École National Supérieure des Arts et Techniques du Théâtre de París, popularmente conocida como la École de la rue Blanche. Entre los miembros del comité de selección, formado por los profesores de este prestigioso centro, se encontraba el afamado actor Jean Meyer que quedó impresionado con la audición que la joven hizo de una escena de “On Ne Badine Pas Avec L’Amour”, de A de Musset. Sus padres, finalmente, tuvieron que resignarse en ver como su hija marchaba a la capital.
Riva intentó completar su formación en el Conservatoir National Supérieur D’Art Dramatique aunque sería rechazada por superar la edad máxima, circunstancia que no sería un hándicap para debutar en 1954 en el Théâtre Gramont, a los 27 años, con una nueva adaptación de “El héroe y el soldado”, del premio Nobel George Bernard Shaw. En 1957 colabora en un capítulo de la serie “Énigmes de l’Histoire”, interpretando a la reina Carlota, esposa de Jorge III del Reino Unido, y encabeza en el Théâtre de l’Oeuvre la obra del dramaturgo belga Dominique Rolin “L’Épouvantail” cuyo cartel con el rostro de Emmanuelle, ya llamada así artísticamente, atrae la atención de Alain Resnais que la elige para protagonizar el que sería su primer largometraje de ficción, la emblemática joya de la Nouvelle Vague “Hiroshima mon Amour”, con guión de Marguerite Duras, nominado a los Oscar de 1961. Por este papel, la actriz sería postulada al Bafta en la desaparecida categoría de Mejor Actriz Extranjera.
La repercusión internacional del film repercutió en la trayectoria de nuestra protagonista que compaginará en los año siguiente cine y teatro a partes iguales, trabajando con algunos de los actores europeos más importantes de la época como Simone Signoret, Marcello Mastroianni o Jean-Paul Belmondo, para centrarse en la década de los 70 y 80 en la pequeña pantalla .
Entre sus películas más recordadas se encuentran las polémicas “Kapò” (1960), de Gillo Pontecorvo, ambientada en un campo de concentración nazi; “Léon Morin, Prêtre” (1961), de Jean-Pierre Melville, centrada en la relación establecida entre una joven viuda comunista atea y un sacerdote en una pequeña ciudad francesa sucumbida durante la Segunda Guerra Mundial; o “Thérèse Desqueyroux” (1962), de Georges Franju, basada en la novela homónima del Premio Nobel François Mauriac, y por el que ganó la Copa Volpi a la Mejor Actriz en el Festival de Cine de Venecia. En 1965 se incluyó en la coral “Io Uccido, Tu Uccidi”, de Gianni Puccini, donde trabajará por primera vez con Jean-Louis Trintignant, su partenaire en “Amour”.
En 1969 publicaría “Juste Derrière le Sifflet des Trains”, su primera recopilación de poemas, a la que seguiría “Le Feu des Miroirs” (1975) y “L’Otage du Désir” (1982). De los setenta, destaca la surrealista “Iré como un caballo loco”, de Fernando Arrabal, y ya en los ochenta, “Gli Occhi, la Bocca”, de Marco Bellocchio, junto a Ángela Molina y Michel Piccoli, o “Liberté, la Nuit” (1983), de Philippe Garrel, hasta llegar a la última década del siglo con uno de los proyectos más interesantes de su carrera: la imprescindible “Bleu” (1993), la primera parte de la trilogía “Trois Coleurs”, el testamento fílmico del cineasta polaco Krzyztof Kieslowki, galardonada con el León de Oro del Festival de Venecia y donde Emmanuelle interpretaba a la madre de la una descomunal Juliette Binoche. Posteriormente, y siempre en roles secundarios, pudimos verla en “Vénus Beauté (Institut)” (1999), de Tonie Marshall (con guión de Jacques Audiard) o “Mon Fils à Moi” (2006), de Martial Fougeron, ambas protagonizadas por Nathalie Baye, reencontrándose con Jean-Paul Belmondo, 47 años después de “Léon Morin, Prêtre”, con un papel casi anecdótico en “Un Homme et Son Chien”, de Francis Huster.
El aclamado director Michel Haneke salda la deuda con esta excelente actriz y le regala el que promete ser uno de los mejores personajes salidos de su imaginación (y eso , de por sí, ya es decir mucho) : “Amour” tenía la misión de no defraudar tras la laureada “The White Ribbon” (2009) y lo está consiguiendo, regalando al genio alemán su segunda Palma de Oro y colocando a su pareja protagonista (Riva-Trintignant) en el ojo del huracán de cara a los premios de la temporada. De momento, la octogenaria actriz es la gran favorita a los premios del cine europeo que conoceremos el próximo día 1 y la promoción que Sony Pictures Classics está llevando a cabo en EE.UU. deja entrever que no se van a conformar con la nominación al Oscar a Mejor Película de Habla No Inglesa.
Eso es lo que yo llamo un curriculum de verdad y un estupendo legado cinematográfico espero que se la nomine y se le rinda un sincero homenaje en forma de oscar!!!
ResponderEliminarDe largo la mejor interpretación femenina del año. Su trabajo en Amour es impresionante; a años luz del resto de aspirantes.
ResponderEliminarYa viste a todas las demas?
ResponderEliminarNo falta el que quiere pelear
EliminarKapó de Pontercorvo es tremebunda. Con esa filmografía ya se debería estar pensando en concederle un Oscar honorífico. Aunque no son muy dados a dar premios honoríficos a gente en activo. Peter O'Toole fue una excepción. Bueno, y el curriculum vitae de Trintignant también es asustante. Vaya dos se juntaron.
ResponderEliminarActrices como esta dan categoria a los Oscar,no al reves
ResponderEliminartu lo has dicho!
EliminarAmén al último anónimo. En este caso, los Oscar necesitan más a Emmanuelle Riva que al revés. Yo espero que la nominen, no he visto la película pero tanta crítica positiva no puede estar equivocada y, aunque lo estuviera, se merece la nominación por su genial currículum.
ResponderEliminarCon Riva y con Wallis estarían la nominada más vieja y la más joven de la historia el mismo año. Algo me dice que no pasará.
ResponderEliminarMI gran favorita a llevarse el premio, la actuación más difícil de hacer este año (por encima de las otras, que aunque buenas no son del todo dramáticas ni piden tal destreza como esta) y por lo tanto la que debería ser más destacada este año. INDUDABLEMENTE NOMINACIÓN, Y TAMBIÉN TENGO FE QUE SEA PREMIO, Emmanuelle Riva GANARA OSCAR.
ResponderEliminar