Ha sido el pase más polémico de la tercera jornada de la 61 edición del Zinemaldia. Ayer se exhibía por primera vez en nuestro país "Fruitvale Station", la ópera prima de Ryan Coogler cuyos derechos de distribución compró Harvey Weinstein por dos millones de dólares horas antes de que el drama basado en hechos reales arrasase logrando el codiciado pleno en Sundance: Gran Premio del Jurado y Premio del Público. Cuatro meses después la cinta llegaba a Cannes y lograba un premio menor en la sección Un Certain Regard, pero las reacciones de los periodistas europeos ya dejaban claro que el recibimiento del film en el viejo continente distaría notablemente de su excelente acogida en Norteamérica. La respuesta de gran parte de los periodistas desplazados en San Sebastián ha sido más cínica todavía.
La reconstrucción del último día en la vida de Oscar Grant no acaba convirtiéndose en la gran película que los múltiples premios en Sundance nos hicieron creer que podría ser, pero es muy efectiva y cumple holgadamente los objetivos que se presenta Coogler. Antes de que los Weinstein se metiesen de por medio, "Fruitvale Station" no era más que una pequeña película que quería dramatizar un trágico e injusto suceso que conmocionó a América el día de año nuevo de 2009. El director no tiene pretensiones mucho mayores y su táctica es simple: explicar quién era Oscar a través de diferentes encuentros con las personas importantes de su vida (su madre, su novia, su hija) como prólogo del plato estrella del film, es decir, el incidente de la estación de Fruitvale y sus posteriores consecuencias. Es en esta segunda parte de la película donde el espectador queda pegado a la pantalla, consternado por la inmediatez de una tragedia que ya nos adelantan en los primeros segundos de la película (Coogler muestra el suceso grabado por el móvil de uno de los pasajeros-testigos del tren). No es una puesta en escena sofisticada, pero funciona. Como la propia película. Para quien esto escribe, claro.
Octavia Spencer hace un trabajo notable como la madre de Oscar, pero el papel es pequeño, su aproximación sorprendentemente sutil (muy lejana de la Minnie de "The Help") y la posible desaparición del film de la carrera podrían dejarla fuera de la carrera de reparto. En cualquier caso, la gran estrella de la función es Michael B. Jordan, todo un diamante en bruto que podría convertirse, si Hollywood se lo permite, en la nueva gran estrella afroamericana. El actor desprende carisma, naturalidad y rabia con un personaje que (como apuntan los detractores del film) está dibujado con brocha gorda. Obviamente Grant fue víctima de una situación injusta, pero Coogler se esfuerza demasiado por pintarle como un gran persona cuando no era estrictamente necesario para la historia. En el lado contrario de la balanza, el director nunca explota gratuita ni melodramáticamente la tragedia.
Como siempre, lo mejor es que cada uno desarrolle su propia opinión, pero lo más probable es que "Fruitvale Station" sea peor película de lo que creen en Estados Unidos y mejor de lo que pintan en Europa.
En la misma sección, Perlas, hemos podido ver la que se ya ha convertido en la gran favorita de la crítica en lo que llevamos de festival. "Gloria" llegaba a San Sebastián semanas después de ser elegida por Chile para intentar repetir el éxito logrado el año pasado en los Oscar por "No" (su director, Pablo Larraín, ejerce aquí de productor). La fórmula presentada aquí es muy diferente: Sebastián Lelio nos ofrece una tragicomedia en toda regla protagonizada por una mujer de 58 años que está sola en la vida. Y sin embargo, ella no se resigna y pondrá todo de su parte para llenar el vacío (de ocio, sentimental, familiar) de su vida. Todo cambiará cuando esta mujer que lleva doce años divorciada inicia una relación con un hombre que acaba de separarse. O no, pero no por ello "Gloria" dejará de hacer frente a los obstáculos que aparecen en su camino a una vida más plena.
Paulina García compone aquí uno de esos papeles que aparecen una vez en la carrera de un intérprete, una mujer llena de aristas y posibilidades (cómicas y dramáticas) que la actriz chilena clava a pesar de su relativa inexperiencia. García está a punto de cumplir 60 años, pero "Gloria" es sólo la quinta película de su carrera. Cualquiera lo diría. La actriz sobrevive a silencios, adversidades y humillaciones con la mayor de las dignidad, con una actitud positiva que, no obstante, nada tiene que ver con "Happy Go-Lucky" y otras tragicomedias con desgraciadas como protagonistas. Su premio a la mejor actriz en Berlín es poco.
Hablamos de la actriz, pero "Gloria" es más que la sensacional interpretación de su protagonista. La cinta de Lelio es una dolorosa y al mismo tiempo divertida reflexión sobre la soledad y los miedos ante la inminente llegada de la vejez. Esperemos que los académicos hollywoodienses sepan aceptar la valentía de la propuesta.
El domingo también dejó la primera gran decepción de la Sección Oficial a concurso. Quince años después de ganar la Concha de Oro con el drama "¿Qué es la vida? el director francés François Dupeyron regresa al Zinemaldia con una de las pocas premieres mundiales de la competición. "Mon âme par toi guérie" nos presenta a Frédi, un hombre sin profesión que vuelve a sufrir crisis de epilepsia tras la muerte de su madre. Ésta era curandera y le transmitió el don antes de morir, pero Fredi no quiere oír hablar de ello... hasta que un accidente fatal le obliga a dejarse llevar y aceptar su don.
Durante la primera hora del film somos testigos de un prometedor primer acto que huye de lugares comunes y despierta la curiosidad del espectador... hasta que la película cambia de tercio sin venir a cuento y el interés salta por la ventana. La trama que ejerce como desencadenante del relato desaparece sin explicación alguna y una improbable historia romántica ocupa su lugar sin éxito a pesar de la belleza y melancolía de alguna de sus escenas. De repente nada tiene sentido en una película difusa que acaba aburriendo y perdiendo el norte en sus más de dos horas ideas de duración. Dupeyron deja pasar una oportunidad para contarnos... aún no sabemos muy bien qué. Merece una mención especial negativa la selección musical a base de canciones de pop indie anglosajón que son insertadas en la historia en exceso y sin níngun sentido de la oportunidad. Sobrevive un notable Grégory Gadebois con un personaje central que va y viene como la propia película.
Ha cerrado el día el estreno en Horizontes Latinos de "El médico alemán", el más convencional de los trabajos de Lucía Puenzo, una prometedora directora argentina que había estrenado anteriormente títulos más sugerentes como "XXY" o "El niño pez". Aquí la cineasta nos lleva hasta los años 60 para contarnos una historia basada en hechos reales. Desconociendo su identidad, una familia acepta como primer huésped de su hostería a un médico de la Alemania Nazi. Aunque el extraño personaje les genera recelo, se verán seducidos por él sin caer en que tienen ante sí uno de los criminales más buscados de la historia.
A Puenzo le falta personalidad en una producción tan efectiva como academicista que juega con la huida de los criminales nazis y sus controvertidos experimentos para la mejora de la raza humana. La decisión de contar la historia a través de la hija de la familia dificulta una aproximación más oscura (e interesante) a la sugerente premisa del film. Se eleva sobre el material el trabajo de producción del film y el notable trabajo de Alex Brendemül, un inspirado intérprete que imprime carisma, humanidad y ambición al personaje que da título a la película.
veo que "Gloria" si ha despertado pasiones de manera casi unánime allá donde se presente.Y también aprecio que es la única cinta en lo que va del festival que usted no le ha puesto un solo pero
ResponderEliminarQue bien que "Gloria" guste, espero que pueda alcanzar la nominación al Oscar a Mejor Película Extranjera, y quién sabe, Mejor Actriz para la genial Paulina García.
ResponderEliminarFelipe.
Jajajajjajajajajajajjajajajjajajaj segui soñando chileno virgen fracasado segui pajeandote pensando en marion cotillard pelotudo
EliminarVamos "Gloria" por esa nominación al Oscar.
ResponderEliminarSobre la "relativa inexperiencia" de Paulina García al ser apenas su 5ta película, considerad que Chile no es un país donde se hagan muchas películas al año, nuestro cine no se ha constituido realmente como industria. A eso hay que sumar que García es una actriz que elige sus proyectos con pinzas, tanto en televisión (últimamente sólo hace series, no le gustan las telenovelas) como en cine, además de ser una figura permanente y notable del teatro. Las pocas veces que aparece en cine o tv, la rompe.
En rigor Paulina García tiene 52 años y eso de la inexperiencia es relativo, quizás en cine. García tiene una carrera sólida en teatro y es un referente en nuestro país.
ResponderEliminar¿"El medico alemán" es el nombre de "Wakolda" en España? No entiendo una decisión tan estúpida por parte de la distribuidora.
ResponderEliminarY no coincido para nada con la crítica. Me parece la mejor película de la directora, sin ser gran cosa. A veces no hay que pedirle a una película lo que no quiere dar.
Por su parte, muy prometedora "Gloria"!
Saludos!