Después del comienzo a medio gas que supuso la película de Desplechin, las ganas de una buena sesión de cine se palpan en el ambiente. Aún no son las ocho de la mañana y en la entrada al Palais de Festival se vuelven a amontonar los que hacen colas para las proyecciones de la sala Debussy y la Lumière y los que recelan obtener su acreditación. A punto de dar las ocho y media -hora en que se prevé la primera sesión de prensa-, el panorama no ha mejorado. El nerviosismo se apodera de todos los allí presentes y es que, por segundo día consecutivo, parece ser que el equipo de seguridad sigue sin dar con el ritmo adecuado para facilitar que lleguemos a la sala con el tiempo suficiente. Finalmente, lo conseguimos y la recompensa es la última película del sublime Todd Haynes.
'Wonderstruck' es la adaptación de la obra homónima de Brian Selznick -también guionista del filme- con la que Todd Haynes vuelve a Cannes tras el gran recibimiento de 'Carol' en 2015 -aunque en el anuncio del palmarés tuvo que conformarse con el premio a la Mejor Actriz. Este año, el festival ha saldado su deuda cediéndole la primera de las sesiones de la Sección Oficial a competición. En 'Wonderstruck', Haynes recupera a Julianne Moore (una de sus actrices fetiche) y suma a su elenco a Michelle Williams. La película cuenta la tierna historia de dos niños que sintiéndose huérfanos huyen de sus hogares en busca de su lugar en la gran ciudad. Rose, recluida en su habitación debido a su sordera, sueña con una actriz del Star System de 1927 (Moore). En la Minnesota de 1977, Ben, insiste una y otra vez a su madre (Williams) en averiguar quién es su padre. Los dos llegarán a Nueva York con lo puesto, pero con la tenacidad propia de la juventud por descubrir dónde está su sitio.
La exploración de la jungla urbana sirve a Haynes para construir una oda a la ciudad de Nueva York. El realizador se sirve de estas dos historias paralelas en el tiempo -debido a la distancia de cincuenta años- y las va trenzando hasta hacerlas coincidir en el mismo tiempo, porque el espacio ya lo comparten: el museo de ciencias naturales y su correspondiente transitar por la ciudad. Las mismas calles y los mismos rincones en tiempos diferentes, con sus gentes y sus ritmos: la Nueva York en blanco y negro de los años 20, y la de los suburbios de ambiente primaveral de los años 70. Y es que en la recreación de épocas pasadas Todd Haynes es un maestro que ya nos deleitó con todo los detalles de la década de los cincuenta de 'Carol' o 'Lejos del cielo'. La imagen es esencial en la obra de Haynes, pero esta vez también la construcción del silencio que emerge de la banda sonora y que una vez más da muestra de la melomanía del mismo Haynes -con las versiones de 'The Supermen' de David Bowie o 'Así habló Zaratustra' de Strauss- y que marcará el ritmo de 'Wonderstruck'.
"We are all in the gutter but someone is looking at the stars". Esta frase que Ben lee en uno de sus libros marcará, de algún modo, la vida de los protagonistas de 'Wonderstruck', dos niños que hacen de su deficiencia sensorial su valor para salir en busca de su lugar en el mundo mientras por el camino descubren la virulencia de la vida real, la amistad verdadera y la infinidad de lecciones que guardan los tan menospreciados museos.
El segundo título destacado de la jornada es 'Western' de Valeska Grisebach, a competición en la sección Un Certain Regard. Cinta con que la realizadora alemana explora los modos y límites de la condición humana en su estado más primitivo. Para ello, se centra en un grupo de obreros alemanes desplazados a un lugar indeterminado de la Bulgaria rural. El escenario es el propio enclave natural donde el grupo de hombres establece su campamento base desde el que entablará relación con los habitantes de la localidad más cercana. Es en ese proceso de contacto inevitable entre dos culturas que poco tienen que ver -y, con ello, la superación de las barreras lingüísticas-, que Grisebach construye un retrato tosco de la condición humana en su estado más puro: el de la camaradería, las rivalidades, las envidias y las pasiones. Su protagonista, un jinete solitario sin caballo, y su grupo de camaradas son de algún modo la reinterpretación del totémico género del western y sus archiconocidos arquetipos.
'Wonderstruck' es la adaptación de la obra homónima de Brian Selznick -también guionista del filme- con la que Todd Haynes vuelve a Cannes tras el gran recibimiento de 'Carol' en 2015 -aunque en el anuncio del palmarés tuvo que conformarse con el premio a la Mejor Actriz. Este año, el festival ha saldado su deuda cediéndole la primera de las sesiones de la Sección Oficial a competición. En 'Wonderstruck', Haynes recupera a Julianne Moore (una de sus actrices fetiche) y suma a su elenco a Michelle Williams. La película cuenta la tierna historia de dos niños que sintiéndose huérfanos huyen de sus hogares en busca de su lugar en la gran ciudad. Rose, recluida en su habitación debido a su sordera, sueña con una actriz del Star System de 1927 (Moore). En la Minnesota de 1977, Ben, insiste una y otra vez a su madre (Williams) en averiguar quién es su padre. Los dos llegarán a Nueva York con lo puesto, pero con la tenacidad propia de la juventud por descubrir dónde está su sitio.
La exploración de la jungla urbana sirve a Haynes para construir una oda a la ciudad de Nueva York. El realizador se sirve de estas dos historias paralelas en el tiempo -debido a la distancia de cincuenta años- y las va trenzando hasta hacerlas coincidir en el mismo tiempo, porque el espacio ya lo comparten: el museo de ciencias naturales y su correspondiente transitar por la ciudad. Las mismas calles y los mismos rincones en tiempos diferentes, con sus gentes y sus ritmos: la Nueva York en blanco y negro de los años 20, y la de los suburbios de ambiente primaveral de los años 70. Y es que en la recreación de épocas pasadas Todd Haynes es un maestro que ya nos deleitó con todo los detalles de la década de los cincuenta de 'Carol' o 'Lejos del cielo'. La imagen es esencial en la obra de Haynes, pero esta vez también la construcción del silencio que emerge de la banda sonora y que una vez más da muestra de la melomanía del mismo Haynes -con las versiones de 'The Supermen' de David Bowie o 'Así habló Zaratustra' de Strauss- y que marcará el ritmo de 'Wonderstruck'.
"We are all in the gutter but someone is looking at the stars". Esta frase que Ben lee en uno de sus libros marcará, de algún modo, la vida de los protagonistas de 'Wonderstruck', dos niños que hacen de su deficiencia sensorial su valor para salir en busca de su lugar en el mundo mientras por el camino descubren la virulencia de la vida real, la amistad verdadera y la infinidad de lecciones que guardan los tan menospreciados museos.
El segundo título destacado de la jornada es 'Western' de Valeska Grisebach, a competición en la sección Un Certain Regard. Cinta con que la realizadora alemana explora los modos y límites de la condición humana en su estado más primitivo. Para ello, se centra en un grupo de obreros alemanes desplazados a un lugar indeterminado de la Bulgaria rural. El escenario es el propio enclave natural donde el grupo de hombres establece su campamento base desde el que entablará relación con los habitantes de la localidad más cercana. Es en ese proceso de contacto inevitable entre dos culturas que poco tienen que ver -y, con ello, la superación de las barreras lingüísticas-, que Grisebach construye un retrato tosco de la condición humana en su estado más puro: el de la camaradería, las rivalidades, las envidias y las pasiones. Su protagonista, un jinete solitario sin caballo, y su grupo de camaradas son de algún modo la reinterpretación del totémico género del western y sus archiconocidos arquetipos.
Viendo este clip de"Wonderstruck", al parecer se viene otro gran trabajo de fotografía, en esta nueva película de Todd Haynes.
ResponderEliminarVeis opciones de nominación para Julianne Moore o es muy secundaria?
ResponderEliminarEs temprano para aventurar nominaciones, ya que estamos en el segundo día de competición. Julianne Moore es parte importante de la película aunque el protagonismo recae en el personaje de Millicent Simmonds, la Rose niña.
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