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Cannes 2017 - Día 3: 'Okja' y el savoir-faire de Varda y Denis

Por Aïda Antonino-Queralt - 19/05/17 2 Comentarios

No hay Festival de Cannes sin su polémica, y la de este año ha sido más que comentada: Netflix, la plataforma de streaming detrás de los títulos a competición en la Sección Oficial: 'Okja' de Bong Joon-ho y 'The Meyerowitz Stories (New and Selected)' de Noah Bambauch. El hecho de que ambas películas no vayan a ser estrenadas en los cines franceses ha levantado fuertes críticas contra el director del certamen, Thierry Frémaux, y le ha obligado a cambiar el reglamento para garantizar la proyección de todo filme a competición en las salas de cine a partir de la edición de 2018.  Al respecto también se pronunciaba el presidente del jurado, Pedro Almodóvar, en la rueda de prensa del pasado martes:

"Las plataformas digitales son una nueva forma de ofrecer contenidos de pago, lo que en principio es bueno y enriquecedor. Sin embargo, esta nueva forma de exhibición -consumo- no debe tratar de sustituir a las ya existentes, como ir al cine. No debe alterar el hábito de los espectadores, y creo que ese es el debate ahora mismo. Para mí, la solución es simple: las nuevas plataformas deben aceptar las reglas del juego ya existentes, respetar las ventanas de exhibición y cumplir las reglas de inversión que ya regulan a las televisiones. Es la única manera de coexistir. Me parece una enorme paradoja dar una Palma de Oro, y cualquier otro premio, a una película que no pueda verse en gran pantalla. Respeto las nuevas tecnologías, pero mientras siga vivo defenderé algo que las nuevas generaciones parecen no conocer: la capacidad de hipnosis de una gran pantalla".

Declaraciones que tal vez esas nuevas generaciones de que habla Almodóvar interpreten como la idea romántica de un demodé. Will Smith, también miembro del jurado, intentaba reconciliar posturas con aquello de que en su casa están abonados a Neftlix pero eso no impide que él y su familia también vayan al cine. Opiniones que los medios han explotado con titulares tan llamativos como el enfrentamiento entre ambos, pero que se entienden perfectamente si se repara en el perfil de los dos miembros del jurado. Mientras que Almodóvar -desde su visión de creador- lleva décadas lidiando por exhibir sus películas en todas las salas del mundo, el actor y productor estadounidense tiene pendiente de estreno 'Bright', película en que participa la controvertida Netflix.

La primera proyección de hoy viernes ha sido 'Okja', de Bong Joon-ho, que ha ocupado la Gran Sala Lumière y también la Debussy. En la primera con unos minutos de retraso debido a unos problemas técnicos que no hacían más que alimentar la animadversión hacia la citada plataforma de streaming, ahora convertida en productora. Mientras que en la Debussy, los títulos iniciales del metraje han transcurrido entre silbidos y algún que otro abucheo. En todo caso, esa motivación extra por ver en qué consistía el nuevo trabajo del realizador surcoreano nos ha mantenido a todos y todas pegados a nuestras butacas.


'Okja' es la historia de amor entre una niña, Mija y el supercerdo que da nombre al film. Una 'monster movie' con reminiscencias a 'The Host' (2006) -aunque esta vez las dos toneladas de monstruo son todo bondad- y también a 'Snowpiercer' (2010), pero la lucha de clases ahora se centra en remover conciencias sobre el uso capitalista de los animales. La presencia del supercerdo, creado por Erik-Jan de Boer (el oscarizado responsable de los efectos especiales del tigre de 'La vida de Pi'), enmarcan la cinta dentro del género fantástico. Eso sí, con espacio para grandes dosis de sentimentalismo en la descripción de la genuina historia de amor entre el gran animal y la niña. La trama está en que la multinacional Mirando, capitaneada por Lucy Mirando (Tilda Swinton) reclama a Okja para abastecer su cadena de alimentos. Y es que diez años antes y en un intento por humanizar su estrategia empresarial, habían repartido cerdos transgénicos entre campesinos de todo el mundo para que los alimentaran hasta su posterior consumo humano. Pero Lucy Mirando no contaba con el surgimiento de lazos afectivos entre los animales y sus cuidadores. Motivo por el cual la intrépida Mija no duda en viajar a Seúl y a Nueva York para rescatar a su amiga. En la ciudad se cruzará con un grupo "terrorista" dedicado a liberar animales. Okja, Mija y el grupo animalista huirán de los sabuesos de la multinacional Mirando entrando en un centro comercial subterráneo. La secuencia de acción más característica del filme, que también contiene el momento más satírico, es cuando la joven que corre delante de Okja aprovecha para sacarse un selfie. Brutal. El director surcoreano critica así la desatada fiebre narcisista y la deshumanización de las grandes corporaciones, y también cuestiona las bases ideológicas, por no decir el fanatismo, de los grupos animalistas o la irreconciliable dicotomía campo/ciudad.

Puede que sean muchas intenciones para la limitación temporal del metraje y de ahí que, si algo se le puede reprochar a Bong Joon-ho, es la falta de desarrollo del personaje de Tilda Swinton, la temible villana de 'Snowpiercer' que aquí queda en un primer esbozo. Aunque más grave es la caricatura sin sentido del personaje de Jake Gyllenhaal, un showman televisivo también veterinario, o la falta de dramatismo en el de Paul Dano, el líder del grupo animalista. No obstante, es una verdadera lástima que no haya planes de estrenar 'Okja' en una sala de cine, algo inconcebible y más en un film tan rico en recursos audiovisuales como este.


Cambio de registro y, con ello, el último film de la incombustible Agnès Varda en colaboración con JR: 'Visages, Villages', presentado fuera de competición. Esta vez la  octogenaria cineasta nos muestra uno de sus proyectos de actuación artística en entornos ajenos, o al menos fuera del circuito cultural. Acompañada de su joven socio JR, un fotógrafo urbano, recorre los pueblos de la Francia rural buscando las historias detrás de las gentes que habitan los lugares para homenajearlos con grandes fotografías de sus rostros colgadas en muros de sus edificios. Así lo hacen con la última habitante de un barrio en declive, la bella dependiente de una tienda de helados o las esposas de unos trabajadores de unos muelles marítimos. Sin guión, pero sí con un gran número de temas a desarrollar, Vardà y JR recorren kilómetros y kilómetros en la camioneta/laboratorio de revelado de este, mientras discuten sobre el proceso creativo o el sentido de la vida, Vardà comparte como funciona su mente: recordando anéctodas pasadas, o enlazando cadenas de ideas infinitas. Todo un ejercicio de humanidad por parte de esta gran cineasta que, a modo de Quijote, intenta transmitir su legado a JR, su particular Sancho Panza, y también a todos los espectadores que admiramos su manera de entender el arte y su función en la sociedad de los dos últimos siglos.

Y de una realizadora trascendental en la historia del cine francés a otra igual de importante: Claire Denis, que presenta 'Un beau soleil intérieur', su primer trabajo desde 'Les Sálauds' (2013), dentro de La Quinzaine des réalisateurs. Se trata de la adaptación del libro de Roland Barthes 'Fragmentos de un discurso amoroso' y que tiene como protagonista indiscutible a Juliette Binoche en el papel de Isabelle, una artista en búsqueda constante del amor de su vida. Un retrato intimista de la condición femenina en un momento de inflexión vital. Denis cuenta con la complicidad de una fascinante Binoche para relatar los innumerables intentos -fallidos- de su protagonista por lanzarse a los brazos de un hombre que la ame. Lo cual en ningún momento supone un grito desesperado por encontrar a un compañero de vida porque, si algo hay en la película, es mucha crítica a esa necesidad por encontrar la estabilidad emocional en otra persona. Isabelle establece contacto con muchos hombres de su entorno cercano, episodios muchos de ellos crudos, incluso patéticos, de los que Denis/Binoche extraen el punto irónico y con ello la risa de los asistentes en la sala. Como muestra, el diálogo final entre una Juliette Binoche dispuesta a escuchar el consuelo de un Gerard Depardieu supuesto vidente. Al fin y al cabo, ¿qué sería de la vida sin una carcajada en medio del llanto?

2 comentarios to ''Cannes 2017 - Día 3: 'Okja' y el savoir-faire de Varda y Denis "

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  1. Aparentemente descartadas Moore, Williams y Swinton. El camino podría estar allanándose en favor de Kidman para el premio de mejor actriz, aunque queda mucho festival aún.

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  2. Con tanto debate me dieron más ganas de ver Okja. http://elpirata.pe/2017/05/19/primeras-reacciones-okja-tapa-la-boca-detractores/

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