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#NoOscarFest2: 'Todos queremos algo', de Richard Linklater

Por Cinéfagos - 06/05/17 3 Comentarios

Este artículo está escrito por Carlos Cañas, redactor de Cinéfagos.es

Una de las idealizaciones más asentadas de la sociedad no es otra que aquella del ciclo universitario, con el ciclo estadounidense a la cabeza, diseñado por y para la transformación esencial del adolescente que vivirá en él no sólo el paso hacia la libertad tomando distancia de las figuras paternas sino que en  él aprenderá aquello que le definirá para el resto de su vida: la etapa adulta. Richard Linklater, uno de los cineastas que más ha reflexionado sobre el paso del tiempo y que mejor ha retratado las fases vitales, vuelve a quedarse en este nuevo film a las mismísimas puertas de tan idealizada etapa en un ejercicio de coherencia extrema.

Conviene saber que Linklater  fue a la universidad allá por 1983 como college becado para jugar al béisbol y allí se lesionó y desencantó, abandonando la universidad en una decisión que le llevaría, para su suerte y la nuestra, a trabajar a una planta petrolífera y a unos cines de Houston donde descubriría su necesidad vocacional de hacer cine. En 'Todos queremos algo', el director texano da el pequeño paso siguiente que se vislumbraba tras los finales de 'Movida del 76' y 'Boyhood' y relata la llegada de Jake a la Universidad de Texas en plenos años 80 y los cuatro ociosos días que pasará junto con sus nuevos compañeros del equipo de béisbol.

Desde sus primeros compases, 'Todos queremos algo' abraza la idealización de la comedia universitaria arrojando a su grupo protagonista a una utópico y desenfrenado calendario erótico-festivo libre de autoridad externa (apenas la figura de un entrenador) pero con una autoconciencia tal que evita que la mayoría de sus protagonistas caiga en la ingenuidad: la mayoría del equipo, sobre todo los más veteranos, parece plenamente consciente de lo difícil que es ser jugador profesional y las escasas posibilidades que tienen de cumplir ese sueño. A sabiendas de eso, no dudarán en abrazar con todavía más vigor un estatus universitario que los sitúa (o eso creen ellos) como los reyes del ecosistema.


En 'Todos queremos algo' queda perfectamente pintado el cuadro estadounidense. Deportistas, punks, artistas… todos ellos cumplen a la perfección los rasgos del estereotipo.  Lo que a priori pudiera parecer un rasgo menor o incluso negativo esconde una de las principales virtudes del filme. Conviene en este punto  reflexionar sobre el discurso que se elabora entre los estereotipos y la individualidad. Los personajes más individualistas de la película, Jake (Blake Jenner) y Beverly (Zoey Deutch), quedan bien dibujados en su complejidad dentro del limbo preuniversitario pero, sin embargo, dentro de sus respectivos grupos no dudarán en abrazar y cumplir a rajatabla el estereotipo, al igual que sus compañeros. Jake y Beverly no son personajes estereotipados, son individuos que siguen el estereotipo.

'Todos queremos algo', pues, refleja a la perfección la retroalimentación cultural y social del estereotipo: el individuo por presión social y en su búsqueda de aceptación se sentará felizmente en la silla que le reserva la sociedad. Una silla, en esencia, igual que todas las demás puesto que tanto deportistas, como artistas, como cualquier otro estudiante viven en un clima de fuerte camaradería pero de extrema competitividad. Este hecho, incluso, lo traslada Linklater a la dicotomía propia del amor y el sexo. Si bien toda la película tiene un marcado carácter de liberación sexual y relaciones sin compromiso, propias de la idealización de la etapa universitaria, serán los actos individuales de Jake y Beverly, lejos de los caminos y rituales grupales, los que les lleven a encontrar la serenidad del amor. O algo que en un principio se le parece.

Esta búsqueda del lugar propio y la definición individual en un lapso de cuatro días se extiende narrativamente al espacio y la banda sonora: de la discoteca pop, al bar country; del bar country al concierto punk y del concierto punk a la arty-party a ritmo de The Knack, S.O.S Band, Miss Broadway, Van Halen, Patti Smith o The Sugar Hill Gang. Todo ello entremezclado de forma fluida con numerosas situaciones y conversaciones empáticas a cargo de un reparto en constante estado de gracia. Linklater vuelve a dejar su sello como referente en la dirección de actores y excelso guionista de diálogos mientras congela una nueva estampa espacio-temporal de su amada Austin. Finalmente termina la cuenta atrás y suena la campana. La etapa universitaria comienza, aquel tramo decisivo donde los jóvenes encontrarán su ansiado sino y deberán asumir las responsabilidades de la vida adulta. Y, entonces, los personajes de Linklater se duermen. Otro mensaje.

3 comentarios to ''#NoOscarFest2: 'Todos queremos algo', de Richard Linklater"

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  1. No comparto el entusiasmo de cierto sector cinéfilo por esta nadería insulsa, que ni me hace gracia salvo pequeños detalles. Tras la gran Boyhood, Linklater decepciona.

    Y no la nomino ni premio aquí en nada.

    Mi nota: 5

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  2. Fue una grata sorpresa, me tomé la molestia de ver Dazed and Confused, aunque no compartan trama. Me gustó mucho mas esta, me gustaron mas los diálogos y creo que las situaciones que se dan acá son mas normales, eso si me quedo con la banda sonora de Dazed..

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  3. Película bastante entretenida que deja buen sabor de boca pero que sin embargo no se encuentra entre las mejores del festival, pues a mi me pareció que tenia un argumento soso y muy poco definido. Para pasar el rato, poco más, aunque no es una mala película.

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