Alfonso Cuarón ha conseguido esta noche el premio al mejor director en los Oscar, por lo que se convierte en el primer cineasta en obtener la victoria en esta categoría. Su triunfo pone el broche a una carrera repleta de éxitos, ya que también se llevó el Globo de Oro, el Critics' Choice y el DGA.
El sueño de Cuarón comenzó en una larga noche londinense de hace cuatro años, cuando su hijo Jonás y él comenzaron a dibujar en sus mentes una historia sobre astronautas, transbordadores, estrellas y gravedad a 600 kilómetros sobre nuestros cabezas. Lo que comenzó siendo un sueño imposible, el delirio de un padre y un hijo en una noche aburrida de invierno, se ha acabado convirtiendo en un fenómeno cinematográfico que amenaza con marcar un antes y un después en el arte de plasmar historias sobre celulosa.
De la misma manera que los espectadores que asistieron a la primera proyección de los hermanos Lumiére en 1895 sentían que el tren que veían proyectado en la pantalla iba a arrollarlos, el filme de Cuarón fuerza al espectador a tambalearse sobre la delgada línea que separa lo real de la fantasía, una experiencia sensorial hasta ahora desconocida. En «Gravity» ya no existe el pasado, sólo el futuro. Jamás el espacio ha sido fotografiado con la profundidad e inmensidad que disfrutamos en esta película; planos secuencia que desbordan la abstracta poesía de un lugar desconocido para la inmensa mayoría de seres humanos que, de repente, se muestra tan cercano como imponente. La magia del 3D, una tecnología que al fin encuentra su utilidad para redimensionar el poder visual del cine, refuerza la sensación de encontrarnos en el vacío más absoluto, abandonados a nuestra suerte, mientras bajo nosotros la Tierra sigue girando impertérrita alrededor del Sol.
Conseguir este logro técnico fue mucho más complicado de lo que Cuarón y su hijo imaginaron cuatro años en aquella casa de Londres. «Escribir la historia fue algo muy divertido, pensando en los personajes flotando sobre el espacio. Pero fue una pesadilla llevar ese cuento a la pantalla», relataba Jonás a los medios de comunicación en la premiére de la película en Nueva York. «Nos dimos cuenta de que no existía la tecnología para hacer la película y tuvimos que crear la nuestra propia».
«El cine es mi medio de subsistencia y 'Gravity' fue un error de cálculo de tiempo. No es la mejor inversión que he hecho», admitió Cuarón en una entrevista a la revista Vulture en relación a los distintos problemas a los que se enfrentó para llevar a la pantalla la ensoñación de padre e hijo. «Se invirtió mucho tiempo y dinero en nueva tecnología sin saber si iba a servir de algo».
Pese a los escollos y las recomendaciones de James Cameron, Cuarón desechó trabajar con la captura en movimiento y optó por rodar con brazos robóticos similares a los de las plantas de ensamblaje de automóviles y con una «caja de luz» para poder recrear los escenarios virtualmente. Su resultado impresionó al propio Cameron, que no dudó en describir a «Gravity» como «la mejor película sobre el espacio jamás hecha». «No hay un solo plano de la película donde no hayamos tenido que enfrentarnos con alguna dificultad técnica para conseguir lo que queríamos. He disfrutado cada segundo del proceso, pero nunca lo volvería a hacer», sentencia Cuarón.
Sentimientos como la pérdida, la soledad o el miedo se conjugan para mostrar la vulnerabilidad del ser humano, y a la vez su fortaleza para superar las adversidades de la vida. «La película es sobre una mujer. Olvídense del espacio. Es una mujer a la deriva en el vacío, víctima de su propia inercia», resume Cuarón.
Un logro para un director que, sin embargo, lleva sorprendiendo a todos desde hace años. Su obra novel, "Sólo con tu pareja" (1991) ya le valió el Ariel mexicano al mejor guionista. Después llegarían "La princesita" (1995) , "Grandes esperanzas" (1998) y finalmente "Y tu mamá también" (2001), la cinta que le dio fama internacional, con la que obtuvo una nominación al Oscar y le dio la llave de entrada a Hollywood. Lo hizo primero con "Harry Potter and the prisoner of Azkaban" (2004), para muchos la mejor película de la saga del famoso mago y después "Children of men" (2006), que tal vez mereció más en la carrera de premios.
Ahora con "Gravity" al fin ha llegado su momento dulce pese a las dudas que suscitó el proyecto. "Hicimos una película que nadie pensaba que funcionaría, pero funcionó", aseguraba el cineasta en la gala de los Critic's Choice hace dos meses. Como dice Maribel Verdú en la parte final de la inolvidable "Y tu mamá también", "la vida es como el mar por eso hay que darse como la espuma". Y el mar ha llevado a Cuarón hasta la cumbre del cine.
Lo que realmente dice Luisa, el personaje que interpreta Maribel Verdú es: ''la vida es como la espuma, por eso hay que darse como el mar''.
ResponderEliminarOscar muy merecido por Alfonso Cuarón que, sin duda alguna, ha sido la mejor Dirección del año... sin embargo, una película como esta, pese a todos los prodigios técnicos y artísticos, no habría sido nada sin su actriz, Sandra Bullock... muy bien el director mexicano con su "Sandra es Gravity".
ResponderEliminarNo quería que ganara él así fuera latinoamericano, pero bueno.
ResponderEliminarPara vos tenia que ganar O rusell no? Dedicate a otra cosa que no sabes una mierda de cine vos pelotudo
Eliminar¡Viva!
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