Firma invitada: Adriana Izquierdo
No sabéis la alegría que me da estar aquí de nuevo y que los amiguis de Premios Oscar me presten este huequito para fangirlear de bandas sonoras. El año pasado fui baja por [adulting], y qué lástima, porque fue una buena colección de nominadas; menos mal que este año tampoco me puedo quejar. Tenemos un par de títulos de fantasía que representan a la rama más clásica de esta categoría, mientras que otros dos se suben al carro contemporáneo de las bandas sonoras más atmosféricas, un perfil que ha acabado en estatuilla bastantes veces en los últimos años ('Oppenheimer', 'Sin novedad en el frente', 'Dune', 'Joker'…). 'Emilia Pérez' no tengo claro cómo categorizarla, la verdad. Pero basta de preámbulos, vamos al turrón.
'The Brutalist' (Daniel Blumberg)
Lo voy a hacer. Lo voy a decir. Qué trabajo tan brutal el de Blumberg en esta monumental cinta. Y no lo digo figurativamente, sino literalmente. Ahora, si alguien pregunta cómo suena la arquitectura brutalista, tenemos algo que ponerle. Es una propuesta arriesgada y experimental, llena de capas y texturas, muy machacona; fría y rígida, como las estructuras de cemento de Lázló. Es una música de una fuerte carga industrial y mucha distorsión, pero que abre espacios a pequeñas melodías de pianos o instrumentos de viento furtivos que dan algo de respiro subyacente al corazón industrial de la música. O seguramente sea al contrario: el latir melódico sobrevive a pesar de todo, de la percusión y la distorsión que lo rodea.
Pero no sólo hay contrastes interesantes en cada una de las piezas de la banda sonora, sino que la marcada estructura en dos partes de la narración también se refleja en las partituras de Blumberg. Hasta el intermedio, la música va ganando notablemente en ligereza. Sigue tirando de los mismos recursos instrumentales, pero poco a poco la composición es algo más melódica, como si las notas ya no pesasen una tonelada y los ángulos rectos se transformasen en ondas. Y entonces llega ese punto desde donde se empieza a desmoronar el sueño americano y, con él, la melancolía, la nostalgia y la delicadeza ya no son tan ligeras, y van cayendo de nuevo en la atonalidad, la pesadumbre y la brutalidad -además de en el chocante ochenterismo del epílogo.
No me encontraréis entre las fans de 'The Brutalist'; entiendo y comparto algunas alabanzas y puntos fuertes, pero, por resumir, a mí me dejó bastante fría. Sin embargo, la propuesta nada convencional de Blumberg es probablemente lo que me resultó más interesante y estimulante del ambicioso conjunto. Fichado queda, desde luego.
'Cónclave' (Volker Bertelmann)
La banda sonora de 'Cónclave' parece seguir una línea similar al trabajo anterior de Volker Bertelmann con Edward Berger en 'Sin novedad en el frente', donde el minimalismo y la repetición de motivos musicales se llevaban por bandera. Y aunque aquí no hay banderas, sino humos de colores, la idea central de la música gira en torno a una sola emoción: la tensión tras el salseo y el 'Succession' de Dios.
El propio compositor ha contado en entrevistas que le dio muchas vueltas a cómo incluir el elemento religioso en la música, y se planteó encontrar un tema principal que expresara el aspecto más etéreo e idealista de la religión. Finalmente, optó por alejarse de la recurrida música empalagosa de coros con niños y centrarse en algo más moderno y desconcertante que encajase con la naturaleza de thriller que realmente define a 'Conclave'.
Y, de nuevo con disonancias y un motivo principal de cuatro notas, Bertelmann consigue reforzar la dualidad entre la solemnidad del proceso electoral y la corrupción subyacente de unos personajes humanos, víctimas de sus pecados, que no se han ganado ir acompañados de música etérea, sino de acordes rotos y arpegios disonantes. ¿Es una banda sonora particularmente memorable o que se disfrute escuchándose por sí misma? Lo cierto es que no demasiado, pero es efectivísima y hace mucho por la narrativa y la atmósfera de la película, y por ello es una nominada muy digna.
Mención especial, por cierto, a 'Postlude of Conclave', la última y curiosísima pieza, que rompe del todo las reglas autoimpuestas del resto de la banda sonora. Es una orquesta completa, melódica, donde los violines y el resto de cuerdas sí se sienten más etéreos, quizá reforzando el discurso final de la película con la elección del nuevo Papa.
'Wicked (John Powell y Stephen Schwartz)
Menudo papelón el de John Powell, tú. Enfrentarse a uno de los musicales más exitosos y reconocidos de la historia es una empresa complicadísima, incluso para alguien con tantas tablas en este estilo de música como es Powell. Equilibrar la necesidad de contentar a los fans que esperan que sigas el camino de baldosas amarillas, sin alienar a aquellos que lo experimentan por primera vez, y al mismo tiempo darle cierta entidad propia a la película en relación al musical… es mucha tela. Y el resultado es excepcional, si se me permite.
Como creo que es importante, he de aclarar que yo estaba bastante familiarizada con el musical: con sus canciones, con los temas principales, y por tanto también con los de la segunda parte que se estrenará a finales de año. Esto condiciona a la hora de valorar la música, ya que se aprecia en la banda sonora, y desde el primer momento, el uso (pero sin abusar) de algunas melodías principales a modo de narrativa y acompañamiento de esta historia de orígenes que es la primera mitad de 'Wicked'. Eso sí, es un trabajo que nunca va por delante del espectador y no anticipa musicalmente nada (o no me lo ha parecido) de lo que está por venir. Powell acompaña al mundo mágico de Oz tirando del lenguaje cinematográfico de tonos y leitmotifs (cerrando en cierto modo el círculo, ya que el propio Schwartz bebió mucho del estilo de motivos musicales de 'El Mago de Oz' —ese 'Unlimited' es el 'Somewhere' de Elphaba—), pero lo hace desde la humildad, sin recurrir a los temas épicos o emocionales que acostumbra, y así dejar espacio a las verdaderas protagonistas de la música: las canciones.
Y como es complicado hablar de ellas sin entrar en comparaciones, voy a cerrar hablando de lo que Powell seguro les ha aportado, y es ese ritmo cinematográfico trabajado en colaboración con Myron Kerstein, el editor de la cinta. Hay temas que en la película duran hasta 20 minutos, y que juegan con el contraste entre el soliloquio, la canción grupal y los momentos de silencio que crean tensión, comedia, o dan ese respiro anticipatorio para que el siguiente clímax musical se vibre como merece. Y el trabajo de Powell con Schwartz y Kerstein ahí es una gozada. Recomiendo mucho ver este vídeo sobre cómo editaron 'Defying Gravity', y que os fijéis en cómo todas las decisiones de montaje que narra Kerstein están reforzadas y pasan necesariamente por la música de Powell (y la edición de sonido); desde el inicio de la secuencia con el libro, hasta el momento de nacimiento casi superheróico de la Bruja del Oeste, con la capa y la escoba. Todos esos momentos de anticipación, de pausa, de tensión, de puentes musicales y de clímax sobre clímax, calculadísimos entre música, sonido y montaje, son una pasada cinematografiquísima.
'Emilia Pérez' (Clément Ducol y Camille)
Ahora el papelón es mío, a ver cómo me enfrento a estos párrafos sin darle demasiado trabajo de moderación de comentarios al jefe, Mr. Navío. Mirad, seré sincera para que sepáis cómo me enfrento a esto. Siempre escucho la banda sonora en cuestión mientras escribo estos párrafos, pero ¿qué estoy escuchando ahora mismito? El tema de los créditos finales de 'Here', de Alan Silvestri. La mezcla de pop latino urbano, con reguetón, algo de balada y rap (¿o es trap? Se me dan fatal las etiquetas), con ese auto-tune tan contemporáneo se engloba dentro de los pocos tipos de música que no disfruto nada escuchando.
'Emilia Pérez' es un musical que trabaja mucho desde el “y entonces se ponen a cantar”, haciendo gala de cierta naturalidad a la hora de trasladar situaciones dramáticas, cómicas o incluso tensas. A ver si me explico. Todo lo creativo que pueda ponerse Jacques Audiard en algunos de los números no se refuerza en las letras, por ejemplo. No es una composición que busque el lirismo o la alegoría. Cero sutilezas, para bien o para mal.
Emilia canta en cierto momento que todo lo siente como un "medio algo", una sensación que también transmite todo lo que la película quiere abarcar, arrastrando así también a la música. Los propios compositores hablan en alguna entrevista de la dificultad de trabajar este equilibrio, pero sí podríamos afirmar que la mezcla es tan original y caótica que evita resultar demasiado dispersa, y consigue cierto carisma propio. Pero la falta de sutileza de la cinta permea también en la banda sonora, que recurre a todos los clichés de subrayado musical, en el melodrama, en el thriller, en todo. Y en las letras, claro. Es que… Qué difícil es no pensar en el "from penis to vayainaaaaaaa" mientras escribo esto.
'Robot salvaje' (Kris Bowers)
¿En qué minuto de 'Robot salvaje' abriste el grifo? Yo cuando el ganso aprende a volar, y qué maravilla la manera en la que Bowers logra transmitir esa calidez y humanidad profundas de una cinta de animación que hizo llorar con su zorrito, su robot y su ganso a una sala entera en el Festival de San Sebastián, donde la edad media sería de unos 45 años. Decía Bowers en una entrevista que su objetivo principal era capturar la esencia de la naturaleza y la conexión emocional entre los personajes, y vaya si lo consigue. Volved a escuchar 'I Could Use a Boost'; es una gran representante de cómo ha construido una banda sonora orquestal clásica, basada en varios leitmotivs para el robot, la idea de familia y otras temáticas de la historia, pero que ni siquiera en momentos de gran intensidad quiere volar (👀) por encima de la esencia íntima de la historia, recurriendo a la grandilocuencia, a la full orchestra, y a lo más melódico solo cuando la épica no nace de la peripecia, sino de un clímax emocional.
La partitura es muy rítmica, con mucha percusión prevalente y ciertos elementos sintéticos que destacan y contrastan para resaltar la naturaleza robótica de Roz, y que poco a poco se van perdiendo entre la orquesta. El compositor explicaba cómo, de forma intencionada, esta mezcla va evolucionando en la partitura para reflejar la propia evolución del personaje, de algo más mecánico a algo más humano, y es que este tipo de trabajos musicales tan narrativos son mi perdición, no me escondo. Robot Salvaje es 0% cinismo y 100% "boniquismo", y la música sin duda es un elemento esencial en ello. Bowers ha conseguido una de esas bandas sonoras que hacen que parezca fácil, aunque no lo sea en absoluto.
Ganará: 'The Brutalist'
Podría ganar: 'Cónclave'
Debería ganar: 'Robot salvaje' o 'The Brutalist'
Debería estar nominada: 'Here' (Alan Silvestri "alansilvestriando" pero, entre tanta banda sonora atmosférica, qué bien entra una melódica clásica y bonica) o 'Rivales' (Trent Reznor y Atticus Ross, casi casi protagonistas de mi Spotify Wrapped con su chundachunda)
Yo en el baño canto las canciones de Emilia Perez.
ResponderEliminarIgual que el regeton y son los que ganan premios hoy en día
EliminarLa de Robot salvaje es la que más me gustó, viendo la película al menos.
ResponderEliminarPero apuesto por la victoria de la de The brutalist
Ganará caminando The Brutalist, pero que verguenza que no esté Challengers nominada.
ResponderEliminarWow Adriana, maravilloso análisis, muchas gracias. A la mayoría se nos escapan tantos detalles, sí nos quedamos en como la banda sonora acompaña a la película. Creo que son todas dignas nominadas, no habría estado mal ver también NOSFERATU aquí. Se que WILD ROBOT gusta mucho pero no e my cup of tea.
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