'Love & Mercy', el singular biopic de Brian Wilson dirigido por Bill Pohlad, fue uno de los películas que mejores críticas obtuvo entre aquellas que se estrenaron durante la primera mitad del año, pero era de esperar que se acabara cayendo por su propio peso y se viera sobrepasada por las nuevos títulos que irían sumándose progresivamente a la carrera. Sin embargo, ese grupo de películas "oscarizables" está apareciendo tan a cuentagotas que algunos de los expertos que siguen la carrera (Kris Tapley o Sasha Stone) ya están empezando a reivindicar la presencia de la película en algunas categorías.
'Love & Mercy' es una película claramente partida en dos, hasta el punto de que esos dos episodios distintos de la vida de Wilson parecen estar dirigidos por personas diferentes. Una parte, la ambientada en los ochenta y protagonizada por John Cusack, atufa a telefilm y sólo se salva por las solventes interpretaciones del propio Cusack y de Elizabeth Banks (menos entonado está un Paul Giamatti muy pasado de rosca). Pero luego está la parte que tienen lugar en los años sesenta, ese período en el que coinciden el apogeo artístico de Wilson y el comienzo de su progresivo descenso a los infiernos. Es en esas escenas donde Bill Pohlad (un productor que no había vuelto a dirigir desde su ópera prima, realizada en 1990) echa el resto y logra construir un estimulante retrato de lo que debía ser el proceso creativo de un genio de la música. Pero si esta mitad de la película es sin duda la más potente de la misma es, en gran parte, gracias al fantástico trabajo de Paul Dano, el encargado de encarnar a la versión joven de Brian Wilson.
Aunque sólo tenga 31 años, al bueno de Paul (que este año también está en 'La juventud (La giovinezza)') llevamos viéndolo en pantalla mucho tiempo. Sólo tenía 17 años cuando protagonizó 'L.I.E' (2001), película por la que ganó un Independent Spirit a la Mejor Actuación Debutante. Nos reencontramos con él en papeles secundarios en 'The Emperor's Club', 'La vecina de al lado' o incluso en 'Los Soprano'. Pero la película que marcó un antes y un después en su carrera fue 'Pequeña Miss Sunshine', por la que se llevó un Critics' Choice al mejor Actor Joven y fue nominado al Independent Spirit. Ese papel le brindó la posibilidad de compartir pantalla con Daniel Day-Lewis en 'Pozos de ambición', un rol que perfectamente podría haberle proporcionado su primera nominación al Oscar. Sin embargo, Dano se tuvo conformar una candidatura al Bafta y algunas escasas menciones en los premios de la crítica. Después de aquello, se le ha podido ver cultivando su habitual imagen de "rarito" en blockbusters ('Noche y día', 'Cowboys & Aliens', 'Looper') pero nunca ha perdido de vista el cine indie que le vio nacer ('Ruby Sparks', 'Meek's Cutoff'). El 2013 fue un año espectacular para Dano: fue uno de los brillantes secundarios de la oscarizada '12 años de esclavitud' y entregó uno de sus mejores (y más exigentes) trabajos de su carrera en 'Prisioneros'.
Paul Dano se ha dedicado en cuerpo y alma a 'Love & Mercy'. Estudió a conciencia la vida y obra de Brian Wilson, engordó 15 kilos para el papel (su cambio físico queda reflejado en la película) y aprendió a tocar el piano y a cantar, aunque los momentos en los que se le ve hacerlo son escasos. Dano hace un trabajo extraordinario a la hora de afrontar las escenas que muestran el deterioro mental de Wilson. Sin caer en la sobreactuación, el actor consigue transmitir la desolación y la desesperanza de la difícil situación que atravesaba el músico. Las críticas hacia su interpretación fueron excelentes desde el momento en el que la película fue proyectada por primera vez en el Festival de Toronto de 2014 (fue lo mejor del certamen según Emilio Doménech). Sin embargo, no nos engañemos, sus opciones de estar en los Oscar son remotas.
Para un actor, cada vez es más difícil para un actor llegar a los Oscar sin el apoyo de su película. En las tres últimas ediciones, sólo dos intérpretes lograron la nominación en la categoría de Mejor Actor Secundario (donde se supone que competirá Dano) sin que su película fuera candidata al Oscar. Estamos hablando, nada más y nada menos, que de Philip Seymour Hoffman y Robert Duvall. Para encontrar un caso similar al de Dano, el de un actor emergente que fuera nominado pese a que su película fuera ignorada, habría que remontarse al Michael Shannon de 'Revolutionary Road' (2008). Paul Dano tiene un espejo (poco esperanzador) en el que mirarse: Daniel Brühl. El actor hispano-alemán hizo la carrera perfecta en 2013 por su encarnación de Niki Lauda en 'Rush', pero acabó cediendo su puesto en los Oscar ante el empuje de Jonah Hill y Bradley Cooper, que se beneficiaron de formar parte de dos de las películas que llegaron con más fuerza al día de las nominaciones.
Pase lo que pase, 'Love & Mercy' ya ha supuesto una nueva victoria para Paul Dano. Ha sumado un nuevo papel para el recuerdo y se ha confirmado como uno de los mejores actores de su generación. Es cuestión de tiempo que los Premios de la Academia se acaben fijando en él. O al menos, deberían hacerlo.
Todos sabemos que no ganara pero eso no importa, basta con que lo nominen. Llevan demasiado tiempo ignorando su gran talento.
ResponderEliminarEn pozos de ambición su gran mérito era estar puesto hasta arriba de todo (como todo el reparto).
ResponderEliminarEs un actor muy talentoso, ojala la academia haga justicia y dejen de sobredimencionar tanto a jeniffer l
ResponderEliminarEs una pena qué no haya sido nominado cuando lo merecía muchísimo. De ganar pues ya ni hablamos.
ResponderEliminarQué coraje que la Academia lo siga ignorando. Desde qué lo vi en 'Little Miss Sunshine' me gustó como actor.
Excelente y joven actor. No necesita que lo legitime la Academia
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