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#NoOscarFest: '71', de Yann Demange (2014)

Por Cinéfagos - 09/04/16 4 Comentarios

Este artículo está escrito por Guillermo Guerrero, redactor de Cinéfagos.es

Es inexplicable que una película como '71 haya podido pasar tan desapercibida. Lo más razonable es pensar que los motivos no tienen tanto que ver con la calidad de la película como con la propia naturaleza del proyecto, que convierte una tragedia contemporánea en el patio de juegos de un género tan "menor e intrascendente" como es el survival de acción y suspense. Dejémoslo claro: aquel espectador que busque un documental dramatizado sobre el conflicto de Irlanda del Norte, se ha equivocado de película. Ahora, si lo que quiere es poner a prueba sus pulsaciones cardíacas sumergiéndose en el caos del enfrentamiento entre católicos y protestantes, bienvenido a la fiesta.

Ambientada en la etapa más cruenta del Conflicto del Ulster, '71 es el relato de una odisea nocturna en el convulso Belfast de la época. Con el pulso férreo de un auténtico veterano, el debutante Yann Demange (primerizo en esto del cine, pero fogueado en series de televisión como Dead Set) sigue a pie de calle las vicisitudes de un soldado británico que trata de sobrevivir en una fantasmagórica jungla de ladrillo en la que cualquier sombra es una potencial amenaza y con la muerte acechando a la vuelta de cada esquina.

Es su habilidad para empujarnos de cabeza a este hervidero lo que hace de Demange mucho más que un director a tener en cuenta. Y no hablamos (sólo) del dominio del tempo y el espacio que demuestra cuando la situación lo requiere (la revuelta y posterior persecución, la caza en el bloque de apartamentos), ni de la elegancia con la que se casca un plano secuencia del que ya podrían aprender muchos (sin alardes de virtuosismo, con plena justificación dramática y narrativa). Son los pequeños momentos, esos interludios de calma chicha, donde hace gala de su talento para construir una atmósfera opresiva que va acorralando tanto al protagonista como al espectador. Porque esa es la legítima pretensión de '71: lograr una experiencia tan inmersiva que nos haga respirar el aire viciado de la contienda hasta llegar al límite de la asfixia.

Ya desde su inicio, con gritos y golpes en off sobre negro, plantea la película la que va a ser su esencia: zarandear al público en un confuso descenso al corazón de las tinieblas. La segunda declaración de intenciones tiene lugar minutos después, cuando el pelotón es informado de su misión. Cualquier otra película aprovecharía este momento para plantar una lección avanzada de contexto histórico, pero '71 no. Aquí la tan manida convención se despacha de la forma más sintética posible. Hay una ciudad y dos bandos enfrentados: protestantes (amigos) y católicos (hostiles). Y ya. Eso es todo lo que el protagonista (y nosotros con él) necesita saber para saltar al ruedo.

Pero lejos de lo que pudiera parecer, es precisamente esta aproximación superficial lo que convierte a '71 en un certero retrato de lo que fue aquella guerra fratricida. Su fijación por el "aquí y ahora" le permite tocar todos los palos del conflicto con apenas pinceladas: la cotidianidad en medio del horror, las luchas internas de cada bando, los odios enconados, los abusos militares... Todo ello sin cargar las tintas ni, aún más importante, juzgar a los contendientes.

"Es una situación confusa", se repite a lo largo de la película. '71 es consciente de que cuando el conflicto está tan enfangado, elegir trinchera es tarea imposible. La líneas morales se han difuminado tanto que ya nadie sabe por qué lucha, más allá del rencor enquistado y el afán de supervivencia. Esta ambigüedad llega hasta tales extremos que la muerte más desoladora de la película es la del personaje a quien hemos visto cometer el acto más vil. Y en caso de señalar algún culpable, habrá que hacerlo en ambas direcciones, como demuestra haciendo que los únicos personajes que pueden ser tildados de villanos, aquellos que perpetúan el conflicto desde sus posiciones de poder, pertenezcan a ambos bandos.

Pero si hay una virtud de '71 que destaca sobre todas las demás es su ejemplar manejo del pilar maestro del género: la empatía. Aquí, el protagonista es algo más que un saco de boxeo que nos lleva de aquí para allá. Es una extensión del propio espectador. Qué paradoja que el personaje tenga el rostro de Jack O'Connell, que ya sufrió lo suyo a manos de Angelina Jolie en aquella oda al sadismo disfrazada de relato de superación que era Invencible. Pero si en aquella tiraban de absurdos traumas y conflictos internos para tratar de humanizar a una suerte de semidiós, aquí se opta por la vía opuesta. El protagonista de '71 no es nadie: un soldado novato sin personalidad definida, que apenas tiene una veintena de diálogos y cuyo nombre ni siquiera conocemos hasta pasada media hora de metraje.

A fuerza de despojarlo de cualquier característica significativa (lo que no significa que no haya personaje, ojo), la identificación del espectador con el protagonista es total. Es una hoja en blanco en la que cualquiera podríamos vernos reflejados, lo que nos lleva a acabar tan asustados, frenéticos y exhaustos como él. Porque nosotros también hemos sido abandonados en esa Belfast de pesadilla sin contexto ni preparación alguna. Tan sólo nos queda correr, desconfiar de todos y tratar de sobrevivir cinco minutos más. La identificación con el personaje llega a ser tan brutal que a veces parece que estuviéramos enfrascados en un frustrante videojuego en el que los controles no obedecen nuestras órdenes, lo que no hace más que incrementar la desesperación hasta límites enloquecedores.

Esta habilidad para hacernos empatizar con el personaje no sólo resiste con firmeza a lo largo de todo el metraje, sino que adquiere especial significado llegados al final. Cuando '71 alcanza sus últimos compases, el conflicto está lejos de encontrar solución (todavía estaba por venir el infausto Domingo Sangriento), como evidencia la conversación que mantienen los dos mencionados "villanos". Pero al protagonista poco le importa. Lo único que quiere es exactamente lo mismo que pide a gritos el espectador: que todo termine de maldita vez para huir lo más lejos posible de allí, con la esperanza de que llegue el día en que esa noche infernal sea tan sólo el recuerdo de un mal sueño.

4 comentarios to ''#NoOscarFest: '71', de Yann Demange (2014)"

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  1. Excelente película. Muy recomendable.

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  2. De lo mejor del año pasado.

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  3. Tuve la oportunidad de verla apenas la semana pasada. En mi opinión Muy buena pelicula, es inevitable, debido a su protagonista, que uno no llegue a comparar esta pelicula con Unbroken, siendo 71 mucho mejor (por lo menos a mi humilde opiniön).

    Buenas actuaciones, guión y excelente dirección.

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  4. Mi favorita a mejor dirección en esta propuesta de festival. Para mi la sorpresa no es el solo ninguneo a ala cinta, sino al trabajo de Jack O'Connell, ninguneado por esta cinta y ninguneado por la fenomenal Starrep Up.

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