En la penúltima edición de la Berlinale, Carla Simón hacía historia al
convertirse en la primera mujer española que ganaba un festival de Clase A. El
cine español no había logrado triunfar en alguno de los tres festivales más
importantes del mundo desde hacía casi 40 años pero el jurado presidido por
M. Night Shyamalan quedó fascinado por el particular estilo de "ficción
realista" con el que Simón ya había sorprendido en su ópera prima: 'Verano 1993' (que formó parte del #NoOscarFest3). Cuando la Academia Española
tuvo que elegir una candidata para el Oscar en el mes de septiembre, no
había ninguna duda de que 'Alcarràs' debía ser la elegida.
Aunque 'As bestas' ya había visto la luz en el Festival de Cannes, la
decisión de la Academia llegó en un momento en el que la película de Rodrigo
de Sorogoyen todavía estaba lejos de ser el fenómeno en el que acabaría
convirtiéndose (no se estrenaría hasta dos meses más tarde). Ya sabemos cómo
acabó la historia: 'As bestas' arrasó en la temporada de premios
mientras que 'Alcarràs' no pudo materializar ninguna de las 11
candidaturas al Goya que consiguió. La película de Simón también fracasó con
estrépito en su lucha por la nominación al Oscar a la mejor película
internacional ya que fue completamente ignorada en los premios de la crítica
norteamericana y ni siquiera logró colarse en la 'shortlist' de 15 finalistas.
Un final amargo para una película que merece un puesto de honor en la historia
del cine español.
Sinopsis
La familia Solé está a punto de ser despejada de la tierra en la que vive
y en la que trabaja cultivando melocotones para que sus legítimos
propietarios la exploten a través de las placas solares. Cada uno de los
integrantes de la familia gestionará la situación de manera diferente.
Luis Martínez (El Mundo): "Lejos de la intención de la directora el vacuo ejercicio de la
representación sin más. No se trata de contar una historia antes
interpretada por unos actores que dan vida a sus personajes sobre un guión,
sino de dejar que la historia se cuente a sí misma, que emerja libre en la
mirada como las palabras escuchadas por primera vez. Suena tremendo y, en
verdad, no es más que el principio. Toda la película se mueve sobre la
pantalla convencida de su claridad y certeza. Es cine que se ve, pero, mucho
más importante, que se hace y se deshace, se construye y se vuelve a montar,
ante la mirada ajeno a esa línea que separa la ficción de la realidad. En su
delicada caligrafía, se encuentra el secreto de la misma escritura, que no
es nada más que el secreto de la vida misma. Y eso, ya sí, es más que sólo
tremendo (...) Digamos que la directora da un paso más en la ruta que se
marcó en 'Verano 1993'. Aquella era una película que, a su modo, pretendía
lo mismo: dejarse transformar y contar en cada mirada. Pero sin renunciar a
los soportes y estructuras de un drama que hacía pie en la autobiografía
arrasada de la directora. Esta vez se va más allá. La idea es que la cinta
emerja delante de la mirada del espectador como un milagro de claridad, de
tesón, de compromiso, de simple y elemental belleza. Es cine que nos hace
mejores".
Sergi Sánchez (Fotogramas): "'Alcarràs' puede leerse desde muchos puntos de vista: como la
reivindicación de la identidad de un oficio, el del campesinado tradicional,
que se identifica con la tierra y sus frutos; como el retrato orgánico y
vivaz, exento de maniqueísmos, de la crisis de una familia provocado por un
dilema moral; como una reflexión sobre cómo el progreso borra los rastros de
la Historia; en fin, sobre un trozo de vida que late y respira a través de
los rostros de actores no profesionales que parecen protagonizar el
documental de un verano que les depara un futuro incierto. Simón ha ampliado
considerablemente el campo de batalla de la memorable 'Estiu 1993'. La
coralidad de 'Alcarràs' exige, a pesar de la aparente sencillez del relato,
un pleno dominio de la escritura (en colaboración con Arnau Vilaró), la
cámara y el montaje para que cada personaje tenga una mirada y una voz
propias, sin jerarquías pero dispuestas con una claridad luminosa. Porque, a
todo el sufrimiento que puede causar perder unas tierras porque su dueño
quiere instalar en ellas placas solares, también está el placer del trabajo
comunitario, de las reuniones familiares con caracoles a la brasa como plato
estrella, de los juegos infantiles en los huertos del vecino".
Beatriz Martínez (El Periódico): "Atrapar el momento, atrapar la emoción, alcanzar la armonía. Y, de paso,
la plenitud cinematográfica. Así es 'Alcarràs', una obra realmente
portentosa en la que Carla Simón da un paso más allá a la hora de configurar
un imaginario propio que parte de lo íntimo para alcanzar un sentimiento
universal. Si en 'Estiu 1993' hablaba de la muerte, de la infancia y del
sentimiento de orfandad de una forma muy íntima y desde un solo punto de
vista, el de una niña tras el fallecimiento de sus progenitores, en
'Alcarràs' todo el dispositivo se articula a partir del arraigo a un lugar,
a una tierra, a una forma de vida que llega a su fin, y lo hace partiendo de
la coralidad a través del crisol de relaciones que se establecen entre los
miembros de una familia que se enfrenta a la pérdida, al desarraigo y al
zarandeo involuntario de su propia identidad, de sus raíces y de su herencia
(...) La directora se inscribe así dentro de una nómina de directores que
han sido capaces de capturar el tiempo y el espacio, el devenir de la vida
de una manera transparente. En ese sentido resulta fundamental la referencia
al Neorrealismo italiano por su capacidad de integrar verdad y emoción
humana y de utilizar seres de carne y hueso que rezuman calidez y
naturalidad".
For Your Consideration
Mejor Película, Mejor Dirección (Carla Simón), Mejor Actor (Jordi Pujol Dolcet), Mejor Actriz (Anna Otín), Mejor Actor Secundario (Albert Bosch, Josep Abad), Mejor Actriz Secundaria (Xenia Roset, Ainet Jounou), Mejor Guion (Carla Simón, Arnau Vilaró), Mejor Fotografía (Daniela Cajías), Mejor Montaje (Ana Pfaff), Mejor Música (Andrea Koch), Mejor Reparto.
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