Tras 'Cegados por el sol' y 'Suspiria',
Luca Guadagnino se pasa por tercera vez por nuestro festival con
'Hasta los huesos'. El director italiano sigue examinando la
adolescencia (como en 'Melissa P.', 'Call Me By Your Name' o su
serie 'We Are Who We Are') pero, en este ocasión, introduce el
componente terrorífico que ya estaba en la extremadamente perturbadora
'Suspiria' (ganadora de tres premios en el #NoOscarFest4). En 'Hasta los
huesos' también encontramos algunas escenas que obligarán a apartar la mirada
a muchos espectadores pero esta adaptación de la novela escrita por
Camille DeAngelis es, por encima de todo, un relato sobre dos
jóvenes marginados que encuentran el amor en un mundo que no podría ser más
hostil para ellos.
'Hasta los huesos' salió con muy buenas críticas en el Festival de Venecia,
donde consiguió el premio a la mejor dirección para Guadagnino y otro a la
mejor interpretación joven para su protagonista (Taylor Rusell). Tanto
la actriz vista en 'Waves' o en la saga 'Escape Room' como el
oscarizado Mark Rylance (que da una espeluznante vuelta de tuerca a su
habitual imagen de hombre entrañable) fueron nominados por las dos
asociaciones principales del cine independiente: los Spirit Awards y los
Gotham. Sin embargo, el mayor atractivo de la película para muchos será
asistir al reencuentro del ahora consagrado Timothée Chalamet con el
director que le descubrió hace seis años.
Sinopsis
Maren (Taylor Russell) ha convivido desde pequeña con su instinto caníbal.
Cuando cumple los 18, es abandonada por su padre (André Holland) y se
lanza a recorrer Estados Unidos en busca de su madre. Durante su recorrido
conocerá a Lee (Timothée Chalamet) y descubrirá que no es la única persona
que necesita alimentarse de carne humana.
Críticas
Quim Casas (El Periódico): "El principal referente de 'Hasta los huesos (Bones and All)' sería 'Malas
tierras' de Terrence Malick: dos jóvenes huyendo en coche, en un caso de la
policía, en el otro de su propio instinto como devoradores de carne humana,
recorriendo el país mientras intentan encontrar un destino y un sentido a
sus aciagas existencias. La luz, los cuerpos, el itinerario, incluso la
banda sonora de Trent Reznor y Atticus Ross, remiten poderosamente a la
primera película de Malick. Sin embargo, el de Guadagnino no es un filme
deudor ni tributario. Su forma de encarar el canibalismo, como hizo Jim
Jarmusch con el vampirismo en Solo los amantes sobreviven, es frontal,
realista, sin medidas tintas. Unos matan para comer. Otros huelen un cuerpo
que está a punto de fallecer y esperan pacientemente para saciar su sed de
carne humana. Guadagnino no juzga. Comprende. Tan siquiera es efectista pese
a algunas escenas gore absolutamente necesarias para la evolución de la
historia. Su película es un retrato de la soledad, como ha hecho en otros
filmes en apariencia más convencionales. Este es transgresor sin epatar".
David Rooney (THR): "Puede parecer extraño, pero el relato íntimo de Luca Guadagnino sobre el
primer amor entre dos vagabundos caníbales en la década de 1980 en América
tiene algo de la misma suavidad, sensibilidad y gentil naturalismo que
aportó a su serie de HBO sobre adolescentes holgazanes en un Base militar
del norte de Italia: 'We Are Wo Whe Are'. Incluso cuando se están dando un
festín con carne humana y se van vestidos con baberos de sangre y cartílago,
la película muestra a sus protagonistas, interpretados con una conmovedora
fragilidad protegida por Taylor Russell y Timothée Chalamet, no como
monstruos, sino como forasteros sin raíces hambrientos de conectarse y
alimentar un apetito que no pueden controlar. (...) Si bien no hay escasez
de flujos de sangre, es poco probable que el público con aversión al gore se
moleste demasiado con esos elementos. Quizá sea porque Guadagnino ha hecho
una especie de película de terror emo. Está mucho menos interesado en el
factor sorpresa que en el conmovedor aislamiento de sus jóvenes personajes
principales y el salvavidas que llegan a representar entre sí mientras bajan
lentamente la guardia".
Diego Lerer (Micropsia): "Más una tragedia romántica con algunas escenas un tanto gore que un film
de horror propiamente dicho, es una suerte de road movie existencial que le
debe más al cine norteamericano de los ’70 –la influencia de 'Malas
tierras', de Terrence Malick, es notoria– que el terror más cruento de los
clásicos de esa misma época. Filmada con el poético romanticismo que
acostumbra el realizador italiano de 'Call Me By Your Name', este por
momentos angustiante drama que transcurre en un punto indeterminado de los
años ’80 se centra en una pareja de jóvenes a los que, a falta de mejor
término, habría que definirlos como caníbales. Pensada como un retrato más
lírico que intenso ya desde la bucólica fotografía de Arseni Khatchaturan y
la música de Trent Reznor y Atticus Ross, 'Hasta los huesos' no abandona del
todo la búsqueda de producir un impacto, ejem, visceral. (...) Funciona como
una triste y melancólica reflexión sobre la violencia familiar, sobre los
límites del deseo –Maren lucha constantemente contra su condición mientras
que Lee parece ya resignado a aceptarla– y hasta como una metáfora sobre las
adicciones".
Mejor Película, Mejor Dirección (Luca Guadagnino), Mejor Actor (Timothée Chalamet), Mejor Actriz (Taylor Russell), Mejor Actor Secundario (Mark Rylance), Mejor Guion (Dave Kajganich), Mejor Fotografía (Arseni Khachaturan), Mejor Montaje (Marco Costa), Mejor Música (Trent Reznor y Atticus Ross), Mejor Reparto.
De lo mejor del 2022, sorprendente y evocadora, fiel retrato de la soledad del que es diferente, Mark Rylance está impecable, sobrecogedoramente inquietante.
ResponderEliminarRylance podría haber sido nominado al Oscar incluso.
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