Ver películas en el Kursaal es una experiencia increíble, hacerlo en los teatros (el Principal o el Victoria Eugenia) tiene su encanto, pero ir a los cines que prestan sus salas al festival es una historia completamente distinta. Mi pase de 'Aún estoy aquí' en los Cines Príncipe fue cualquier cosa salvo agradable. La sala era pequeña, el asiento era incómodo, el aire acondicionado no funcionaba y tenía en la butaca de al lado a un señor que no sabía comportarse en un cine. Todo esto no habría importado mucho si la película hubiera valido la pena... pero ese no fue el caso.
'Aún estoy aquí'
Había muchas ganas de ver lo nuevo de Walter Salles, el responsable de títulos que valen tanto la pena como 'Estación central de Brasil' o 'Diarios de motocicleta'. Los primeros compases de la película, rodados con un nervio que casi recuerda a 'Ciudad de Dios', me hicieron pensar que podía estar viendo, al fin, otra gran película de Salles... pero esa sensación se esfumó rápido. El brasileño dedica mucho tiempo a mostrar estampas alegres de la familia y a construir una figura paternal verdaderamente encantadora (Selton Mello) para que, cuando por fin estalla el drama, nos impacte aún más fuerte. La película se centra entonces en la figura de la madre (una enorme Fernanda Torres), en su sufrimiento y su incansable lucha por buscar justicia. En un interminable tercer acto (la película tiene más finales que 'El retorno del rey'), Salles pone todo su empeño en conseguir emocionar al espectador, pero todo se siente demasiado orquestado. Cuesta entender por qué esta película ganó el premio al mejor guion en Venecia, ya que la historia es extremadamente sencilla. El galardón que sí merecía es el de mejor actriz, ya que Fernanda Torres realiza un trabajo encomiable por el que merecería seguir los pasos de su madre (Fernanda Montenegro) y lograr una nominación al Oscar, pero está por ver si 'Aún estoy aquí' tendrá un recorrido tan destacado como el de 'Estación central de Brasil'.
'La luz que imaginamos'
En su charla del sábado, Sean Baker reconocía que fue el primer sorprendido por ganar la Palma de Oro. Él estaba convencido de que la ganadora sería 'La luz que imaginamos', la película que al final se acabó haciendo con el Gran Premio del Jurado. La ópera prima de Payal Kapadia llegaba al Zinemaldia como uno de los grandes atractivos de la Sección Perlas, pero conseguir un premio importante en Cannes nunca es garantía de que la película vaya a gustar a todo el mundo, y aquí en San Sebastián no son pocos los espectadores que no han logrado conectar con la propuesta (de hecho, cuando escribo esto es la película con la nota más baja en el Premio del Público). 'La luz que imaginamos' es el retrato de dos mujeres que trabajan como enfermeras en Mumbai. Aunque estén en diferentes etapas de su vida, ambas comparten sus ansias de libertad: la más mayor quiere dejar atrás a su marido, con el que apenas mantiene contacto desde que se marchó a Alemania y la más joven tiene una incipiente historia de amor con un chico árabe. Kapadia narra la cotidianidad de estas mujeres de una forma extremadamente completiva y consigue crear algunos momentos realmente bellos (casi siempre apoyándose en un uso muy inteligente de la banda sonora), pero el armazón narrativo de la película es raquítico.
'Los destellos'
La cámara de Pilar Palomero está enamorada del rostro de Patricia López Arnaiz en 'Los destellos', a veces puede que incluso demasiado, pero es que no es para menos porque la actriz vasca aguanta el plano como pocos intérpretes de este país y en esta película está imperial. Tanto ella como Antonio de la Torre volverán a ser nominados a los Goya por una película que tiene mucho más de sensorial que de narrativa y que carece de esos momentos mágicos que sí estaban en 'La maternal', aunque en un par de ocasiones da la impresión de que Palomero está intentando replicar las escenas más memorables de la que sigue siendo su mejor película. 'Los destellos' es una demostración más del buen ojo de Palomero para encontrar talento joven y el descubrimiento de esta película es Marina Guerola (probable Goya a la mejor actriz revelación), que en su primer papel en el cine consigue estar al nivel de dos bestias de la interpretación. Resulta sorprendente el casting de Julián López para interpretar a la pareja de Patricia López Arnáiz pero, en realidad, su papel no es demasiado exigente y acaba convertido en poco más que un alivio cómico.
'Serpent's Path'
El thriller llegó a la Sección Oficial de la mano de todo un experto en la materia, Kiyoshi Kurosawa, el director japonés que este año representará a su país en los Oscar con 'Cloud'. 'Serpent's Path' es un remake de una película que él mismo realizó en 1998 pero en este caso ha trasladado la acción a Francia y ha rodado con un reparto formado mayoritariamente por actores de ese país. La acción comienza cuando un padre que busca venganza por la muerte de su hija (el siempre inquietante Damien Bonnard) secuestra a un hombre de negocios (Mathieu Amalric) con la ayuda de una misteriosa doctora (Ko Shibakasi). Eso solo será el comienzo de una ola de crímenes y una serie de interrogatorios que llevará a esta extraña pareja hacia un lugar cada vez más oscuro. La película está en todo momento salpicada de un humor negro bastante marciano porque los secuestradores son extremadamente torpes y las situaciones ridículas no dejan de sucederse una tras otra. Aunque tenga de fondo un tema tan serio como el tráfico de menores, 'Serpent's Path' solamente puede ser interpretada en clave de comedia. No es la clase de título que uno espera ver en la Sección Oficial (ni desde luego en el palmarés) pero, en medio de tanto drama, tiene un efecto refrescante.
'Cónclave'
Lo mejor que puedo decir de 'Cónclave' es que, la primera vez que miré la hora en el móvil durante la proyección, me sorprendí al comprobar que ya habían pasado 90 minutos. La nueva película del director de 'Sin novedad en el frente' es un thriller modélico que realmente se ve con una facilidad pasmosa y que logra sacar buena nota en todos sus aspectos (fotografía, montaje, realización, guion...). Pero donde realmente destaca en el apartado interpretativo: no hay duda de que Ralph Fiennes es el MVP (ya ha llegado el momento de que vuelva a ser nominado al Oscar), pero todo el mundo está a un nivel excepcional, tanto los secundarios que disponen de más tiempo en pantalla como aquellos que aparecen de manera fugaz. Por ejemplo, Lucian Msamati, actor al que no recuerdo haber visto previamente, protagoniza una escena verdaderamente alucinante. 'Cónclave' es cualquier cosa salvo una película sutil, no lo es la dirección de Edward Berger (que se siente un poco impostada), no lo es la música del oscarizado Volker Bertelmann y tampoco lo es el guion, que en los últimos compases del film se reserva un giro que tal vez podría (o incluso debería) haberse ahorrado.
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