"Entre finalizar una película y ganar un Oscar hay una distancia de 15 pollos". De esta manera tan simplista pero certera resume Ang Lee la carrera por la estatuilla. Lo hizo en 2009, cuando presentó en el festival de San Sebastián "Destino: Woodstock". "La promoción por el Oscar dura cuatro meses y un montón de comidas. Como el pollo es un perfecto plato principal, que no está prohibido por ninguna religión, te lo ponen constantemente yo acabé comiéndome unos quince"
Tal vez el cineasta debió haberse comido alguno más para conseguir que en aquella noche aciaga de 2006 "Brokeback Mountain" se llevara el Oscar a la mejor película. Ang Lee acababa de ganar el premio al mejor director y esperaba entre bambalinas a que Jack Nicholson abriera el sobre de mejor película. La tensión en la platea del por entonces Kodak Theatre era nula y las informaciones de los periodistas ya estaban cerradas: iba a ganar "la peli de los cowboys gays". Y fue entonces cuando Nicholson miró sorprendido el sobre, gritó "Crash" y la sala de prensa rompió el silencio rutinario con una fuerte ovación. Ang Lee solo pudo aplaudir durante unos segundos en el backstage, asimilar la situación, y después dirigirse directamente a hacerse la foto con su Oscar.
Años después, la derrota de "Brokeback Mountain" sigue siendo uno de los mayores momentos de polémica en los premios de la Academia de Hollywood. Pero, sin embargo, nadie duda del gran talento del cineasta taiwanés, avalado por la propia Academia casi desde sus inicios en el mundo del cine. Su segunda película, "El banquete de Boda" (1993), ya fue nominada para la categoría de mejor película de habla no inglesa (cayendo derrotada ante la "Belle epoque" de Fernando Trueba). "Comer, beber, amar" (1994) siguió el mismo camino y su asalto definitivo a Hollywood llegó en 1995 con la británica "Sentido y sensibilidad", que obtuvo 7 nominaciones. Sin embargo, la Academia se olvidó del taiwanés en la categoría de mejor director pese a sí haber sido nominado al Globo de Oro. Pero el gran triunfo llegó en 2001 cuando "Tigre y dragón" revolucionó la cinematografía y alcanzó las diez nominaciones, incluyendo esta vez la de Ang Lee como cineasta. Al final se llevó cuatro estatuillas, aunque muchos consideran que mereció ser la gran vencedora de esa edición.
"Life of Pi" es el retorno de Ang Lee a la carrera por el Oscar tras "Lust, Caution" (elegida por Taiwán para optar para el Oscar, pero descalificada posteriormente por la Academia) y "Destino: Woodstock". Un proyecto ambicioso por el cual no ha dudado en reconocer que a veces se sentía superado. “Soy como Pi. Me siento como si estuviera a la deriva en el Pacífico. No he finiquitado la película todavía. Hay muchas confusiones, sorpresas constantes. Hay veces en las que te sientes derrotado. Sientes como si estuvieran poniendo a prueba tu fe. Cuando estás en el océano, es algo espiritual. Miro a Dios y pregunto ‘¿por qué?’ pero es un por qué feliz.”
Sin embargo, la respuesta en el festival de cine de Nueva York, donde se presentó la película, fue muy buena y algunos analistas ya la consideran la nueva "front-runner" de la carrera por el Oscar. Como señala Peter Knegt, "huele a Oscar por todas partes. Es épica. Es una adaptación literaria. Es lacrimógena pero agradable. Como la especie de híbrido entre “Slumdog Millionaire” y “Titanic” que es, “Life of Pi” reúne definitivamente las cualidades que han gustado a la Academia en el pasado". Aunque también advierte de la comparativa con "Hugo", ya que ambas son "películas épicas en 3D, con directores aclamados y protagonizadas por niños, que se estrenaron en el New York Film Festival. Además, “Hugo” también olía a Oscar por todas partes (terminó con 11 nominaciones, más que ninguna otra película de su año), pero ninguna de las 5 estatuillas que ganó fue en categorías importantes"
Es evidente que no existe ninguna cuenta pendiente por parte de la Academia hacia Ang Lee. El taiwanés tiene su Oscar, es querido y respetado por los académicos, y sus películas se reciben con máxima expectación. Pero se ha quedado ya tres veces muy cerca de la victoria en mejor película y "Life of Pi" puede ser la cinta definitiva. Será cuestión de comer más pollos, querido Ang Lee.
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