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La 78ª edición del Festival de Cannes ha arrancado con su habitual despliegue de glamour, discursos y primeras imágenes virales en la alfombra roja. Entre flashes, saludos y algún que otro reencuentro cinéfilo, se inauguró oficialmente una edición que, en su primera jornada, ha combinado espectáculo, nostalgia y algo de reivindicación. En lo que a películas se refiere, el inicio cinematográfico fue algo discreto.


Juliette Binoche y un discurso con acento político


La gala inaugural estuvo presentada con elegancia por Laurent Lafitte, quien reivindicó a los actores y actrices. También recordó a la recientemente fallecida Émilie Dequenne, la inolvidable Rosetta de los hermanos Dardenne. Un poco más tarde, la presidenta del jurado, Juliette Binoche, recibió una gran ovación desde el escenario. Su discurso fue breve, poético y sin rodeos: se habló del papel del cine en tiempos inciertos, del derecho a la libertad de expresión y del poder de las imágenes para construir memoria. Fue de las pocas que incluyó referencias a la situación en Gaza. Entre las filas del jurado -con nombres como Halle Berry, Carlos Reygadas y Jeremy Strong- se percibe una apuesta, quizás poco rotunda, del festival por combinar sensibilidad artística con una lectura política del presente. 


Robert De Niro, Palma de Oro de honor y estrellas en La Croisette


El primer gran momento de la noche llegó con el homenaje a Robert De Niro, que recibió la Palma de Oro Honorífica entre aplausos, silbidos de admiración y un público visiblemente emocionado. Subió al escenario sereno, algo conmovido, recordando a Scorsese, a sus comienzos en el cine y lanzando, como no podía faltar, un dardo directo contra "los líderes que convierten la mentira en sistema". El aplauso fue inmediato. Entre los grandes nombres presentes en la gala destacó la aparición de Leonardo DiCaprio y la siempre celebrada presencia de Quentin Tarantino, que saludó al público con una dosis de histrionismo demasiado elevada. Y mientras, Tom Cruise, cual Godot, ya es conversación en pasillos, cafés y conferencias de prensa.



'Partir un jour': una inauguración simpática… y poco más


La película inaugural, 'Partir un jour' de Amélie Bonnin, planteaba una propuesta curiosa: el regreso a casa de una ganadora del reality de cocina francés de turno, que intenta reconectar con su pasado. Al mismo tiempo, pretende abrir su primer restaurante, solventar un fuerte dilema personal y aclarar su situación sentimental. Sobre el papel, una comedia nostálgica con números musicales y cierta ternura generacional. En la práctica, la película se queda corta. Plana en su desarrollo, con personajes poco definidos y una fórmula que agota su encanto inicial demasiado pronto, la cinta fue recibida con educación pero sin entusiasmo por la prensa que asistió al pase de la Sala Debussy. La novedad de sus canciones y su tono liviano no bastaron para dar con la tecla de un arranque memorable.


Primeras sensaciones: calor, reencuentros y mucha expectación


El ambiente en La Croisette es el de cada año… y sin embargo, distinto. Hay más seguridad, más cámaras, pero también más sonrisas entre el personal del Festival. Aún falta gente por llegar. A los que ya estamos nos queda el haber visto en pantallón 'La quimera del oro' (Charles Chaplin, 1925). La insulsa inauguración no nos ha quitado la sonrisa.

1 comentario to ''Cannes 2025 - Día 1: Estrellas, política y un arranque para olvidar"

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  1. Muchas gracias por esta primera crónica. Lo seguiré con mucha atención; de aquí sale gran parte del año cinematográfico....Hoy Mascha Schilinsky y Sergei Loznitsa...

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