Dos semanas después de que conociéramos las primeras impresiones sobre
'Los odiosos ocho (The Hateful Eight), los principales medios cinematográficos estadounidenses desafían la locura desatada por la premiere de
'Star Wars: el despertar de la fuerza' y publican sus reseñas sobre la última locura de
Quentin Tarantino. A pesar de que muchos coinciden en que quizás estemos ante el peor grupo de personajes que jamás ha escrito el cineasta, los periodistas celebran cómo Tarantino vuelve a demostrar que puede sacar adelante cualquier premisa. Incluso una pequeña historia de misterio que en sus manos se acaba convirtiendo en una excentricidad con tres horas de metraje y un descanso incluido.
Eric Kohn, Indiewire:
"Bienvenido de nuevo al Planeta Quentin, un universo autónomo del pastiche cinematográfico en que el diálogo escandaloso, la violencia de dibujos animados y la narración laberíntica se abre camino en todas direcciones. Estos ingredientes vibrantes han sido las claves de la obra de Tarantino durante casi 25 años, pero en 'Los odiosos ocho' les da rienda suelta de una manera salvaje y sin barniz alguno. La película es un garabato errático y temperamental que ofrece una provocadora imagen de unos estadounidenses enojados que lidian con las paradojas del sur en la época de la posguerra (...) 'Los odiosos ocho' se ve lastrada por su repleta agenda, especialmente con esa lluvia de rostros famosos que van y vienen. A las dos horas de película aparece una voz en off que no aporta nada y hay varios personajes que nunca terminan de ser aprovechados. Aún así, no hay duda de que tenemos ante nosotros la visión de un director. Cada escena muestra el ADN de un cineasta que, recordemos, empezó mostrando a un grupo de mafiosos discutiendo sobre Madonna (...) Al final la película pertenece a Jackson. Como en sus anteriores películas, la historia se acaba convirtiendo en una fantasía que expone las reverberaciones psicológicas de un personaje."
Peter Debruge, Variety:
"Aunque Tarantino juegue con muchos de los elementos clásicos del género, es discutible que podamos decir que su última película es un western. Puede que su denominación correcta sea un choque entre el Norte y el Sur (...) La elección de la música, al igual que la forma de rodar, supone una ruptura visceral con el resto de la obra del director, un maniático del control que acostumbra a reciclar canciones y músicas instrumentales ya existentes mientras les da una sensación de actualidad y una personalidad que hace que parezcan escritas para sus películas. Aquí confía en Ennio Morricone y éste es el encargado de otorgar al conjunto un tono y una sensación de anticipación al espectador (...) Pocos directores tienen una mayor satisfacción al recordar a la audiencia que están viendo una película. Aunque el material entre manos apenas dé para un episodio televisivo de una hora de duración (Delmer Daves dirigió la superior y moderadamente similar '3:10 to Yuma' en unos concisos 92 minutos), el tratamiento de Tarantino hace que 'Los odiosos ocho' sea épica (...) Algunos actores y personajes parecen sacados de otra historia (el que interpreta Tim Roth), mientras Bichir, Madsen y Dern se ven ensombrecidos por las exageradas interpretaciones de Samuel L. Jackson y Kurt Russell (...) Al final es Leigh la que crea el personaje más memorable, una mujer que utiliza su cara amoratada y su voz rota para fingir docilidad y esconder su verdadero carácter (...) Las dinámicas de género de la historia no son tan interesantes como sus políticas raciales. Son éstas últimas las que hacen que esta película que más que una vuelta de tuerca a 'Grindhouse', 'Los odiosos ocho' sea una aportación digna de una de las filmografías americanas más distintivas."
Todd McCarthy, The Hollywood Reporter:
"La mayoría de nosotros fuimos criados para creer que los vaqueros eran hombres de pocas palabras, pero Quentin Tarantino demuestra lo contrario en su última película, un western de tres horas que es turbulenta por dentro y por fuera. No hay absolutamente ninguna duda sobre quién escribió los diálogos elaborados, picantes, profanos y, a menudos graciosos que un notable reparto escupe y mastica con evidente regocijo. También es evidente quién está detrás del baño de sangre del último acto. Al mismo tiempo, la obra de Tarantino es una especia de mezcla extraña de 'La diligencia' de John Ford, los 'Diez negritos' de Agatha Christie y 'A puerta cerrada' de Jean-Paul Sartre (...) Después de haber recibido muy poco tiempo en pantalla en 'Django desencadenado', Jackson aprovecha al máximo las oportunidades verborreicas que le ofrece Tarantino. Enreda las palabras en su boca, pronuncia de forma inmaculada y se deleita en sus diálogos. Otra que se luce es Leigh, que termina recordando a los momentos más oscuros de Linda Blair en 'El Exorcista'. Russell y Tatum, a pesar de unirse a la fiesta ya en su clímax, también brillan entre el grupo (...) Estaría bien decir que la primera banda sonora de Erricone para un western desde sus colaboraciones con Sergio Leone está entre sus mejores trabajos, pero no es el caso. Su naturaleza sombría y enfática no ayuda... y tampoco se usa demasiado."
Tim Grierson, Screen Daily:
"Conceptualmente, la película es brillante, con la segunda mitad de la historia desplegándose sobre la primera, lo que hace que sea aún más lamentable que la historia esté llena de algunos de los personajes menos convincentes de Tarantino. Ya se trate del afectado caballero inglés que interpreta Roth, el gruñón cazarrecompensas de Russell o el autoestopista racista destinado a ser sheriff, hay muchos personajes centrales dibujados con brocha gorda (...) Puede que Tarantino juegue con los arquetipos del western, pero lo cierto es que sólo a veces resultan divertidos o arrebatadores. Y eso es problemático cuando gran parte de la primera mitad del filme les muestra explicando sus pasados complicados - para luego, en la segunda parte, dedicarse a explotarlos y profundizar en ellos (...) Se puede pensar lo que quiera de sus limitaciones estéticas, pero Tarantino es un mago al mando de universos cinematográficos muy específicos. Con 'The Hateful Eight' sigue siendo aventurero y experimental. Su audacia sin complejos hace que sus películas sigan siendo un evento, incluso si no estás de acuerdo con su enfoque (...) Del reparto, probablemente la más destacada es Leigh, cuya Daisy Domergue es una figura de la repugnancia absoluta que se transforma poco a poco en algo aún más sádico y malvado. Su personaje puede ser tan simplista como el de sus compañeros, pero la actriz retuerce hasta la última gota de amenaza que hay en el guión."