Última hora

Últimos Posts
Browsing Category "The Witch"

#NoOscarFest2: 'La bruja', de Robert Eggers

- 11/04/17 8 Comentarios

Este artículo está escrito por Andrés R. Paredes, redactor de Cinéfagos.es

"¿Que hemos venido a encontrar a esta tierra maldita?", pregunta el padre de la familia protagonista en la primera línea de 'La bruja'. Desde luego que un Oscar no.

'La bruja' entró en la segunda tanda de películas para este festival con un aplastante 49% de los votos. En su día se llevó dos Spirit Awards, cuatro premios de diferentes asociaciones de críticos estadounidenses a la Mejor Ópera Prima y otros tres al Mejor Director Revelación. Y, sin embargo, ni se la vio en los Oscar. Resulta inexplicable. La película ha recibido todos los elogios posibles que se esperan de una buena película de terror. Un equilibrio perfecto entre tensión y drama, un crescendo terrorífico, unas actuaciones impecables y una dirección que es tan personal y única como accesible y sencilla. La ópera prima de Robert Eggers es todo un portento y da la impresión de que todos la hemos olvidado a pesar de considerarla una de las mejores cintas de 2016.

En 1991, Timothy Dalton seguía siendo James Bond. Se publicaba ‘Nevermind’, de Nirvana. En la televisión ponían 'Roseanne' 'Un chapuzas en casa' y el gobierno inglés tuvo que definir la diferencia exacta entre una galleta y una tarta. También fue la primera y la última vez que una película de terror ganó el Oscar a mejor película: 'El silencio de los corderos'. Aquella no era exactamente una película de terror, pero eso es arena de otro costal. De esto hace casi 30 años. Desde entonces, el cine de terror, uno de los más rentables para las productoras, y uno de los que más consumen los espectadores, sufre un desprecio constante por parte de la Academia. No así de los críticos o de los especialistas. Todos sabemos que el cine de terror es un pilar fundamental de la industria y de la formación de críticos, y rara es la lista de mejores películas del siglo XX que no incluya 'Alien' o 'El Exorcista'. Si el mundo fuera justo, 'La bruja' redondearía ese triunvirato del terror.

En 'La bruja', Eggers narra la historia de una familia comandada por un padre y una madre ultrareligiosos que deciden abandonar la protección de una comunidad de Nueva Inglaterra para vivir en comunión con Dios en los lindes de un bosque. Al poco de asentarse allí, el bebé de la familia desaparece y todas las culpas recaen sobre la hija mayor, Thomasin (Anya Taylor-Joy en un tour de force envidiable que le ganó el premio Gotham a Mejor Intérprete Revelación). Esa es la mecha que pone en marcha una historia que ya resultaba terrorífica antes de comenzar. Porque 'La bruja' no sólo trata sobre la paranoia y el miedo, también nos acerca una reflexión importante sobre los secretos, la familia y una crítica feroz del patriarcado y la religión fanática.

 Y consigue todo esto de la manera más simple posible. Tan sólo existen tres escenarios, seis actores -siete, si contamos la cabra- y escenas largas y terroríficas en las que se pormenorizan las relaciones entre los personajes y se avanza en una trama asfixiante. Y puede dar la impresión de que esto es un clásico a la hora de hablar del cine de terror, pero con en este caso realmente se aguanta la respiración.


'La bruja' es una película de sutilezas y grandezas. Es sutil en el uso del inglés de la época (1630), en las oraciones susurradas, en la magnífica banda sonora de Mark Korven y en los planos en los que los personajes son observados casi desde un punto de vista voyueristico. Y es gigantesca en la enormidad del bosque, en los gritos y en las actuaciones. Todo parece terriblemente real, secretamente onírico y muy contenido. Al menos, es contenido durante los dos primeros tercios de la película. A lo largo de la primera hora, todo en 'La bruja' son susurros, enfados velados y tensión que recae sin parar sobre los hombros de la joven Thomasin. Durante todo este tiempo predominan los planos amplios, en los que la granja destaca por su simplicidad, casi como un faro en medio de la noche. Pero, a medida que la historia avanza, los personajes están cada vez más cerca en el plano, se hace más palpable el sufrimiento, contemplamos mejor la podredumbre y tristeza del entorno, el dolor de los protagonistas, y cada vez se grita más a medida que cada personaje pierde los papeles y se deja llevar por la maldición de una incógnita paranormal (¿quizá una bruja?) que nunca queda del todo claro dónde está. Y eso es quizá lo mejor de la película de Eggers y lo que hace que esté por encima de todo el cine de terror de los últimos años.

Cuando se estrenó en 1968 'La semilla del Diablo' de Polanski ocurrió una cosa extraña. Al acabar la película, muchos afirmaban haber visto al bebé de Mia Farrow en pantalla. El pequeño no salía en ningún momento en pantalla, por supuesto, pero muchos de los espectadores tenían pesadillas en las que contemplaban el rostro del anticristo. En el caso de la película de Eggers ocurre algo muy parecido. La bruja existe, pero de espaldas, escondida, apareciendo lentamente, a oscuras, haciendo cosas terroríficas que la cámara apenas se atreve a mostrar. Da la impresión de que la propia película tiene miedo de lo sobrenatural, de caer bajo el embrujo del monstruo que habita en el bosque, y eso juega en su favor. Siempre resultará más terrorífico lo no mostrado que lo obvio, y 'La bruja' juega con ello constantemente.

Así que hagamos un repaso: ¿Por qué debería La bruja arrasar en el palmarés del #NoOscarFest2? Por sus actuaciones. Por su ambientación. Por su historia envolvente y aterradora. Porque, a pesar de estar ambientada en 1630, no podría ser más actual. Porque es un drama disfrazado de terror (como todas las buenas películas de terror). Por su dirección impecable. Porque sería una injusticia que fuese de nuevo olvidada.