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La venezolana Pelo malo triunfa en San Sebastián

- 28/09/13 10 Comentarios

- "Pelo Malo" logra la Concha de Oro, el máximo galardón del festival
- "La herida", la otra gran triunfadora con el Premio especial del jurado y mejor actriz
- Jim Broadbent, mejor actor por "Le week-end"

La película «Pelo malo» de la cineasta venezolana Mariana Rondón ha ganado la Concha de Oro del 61 Festival Internacional de Cine de San Sebastián, que ha entregado el presidente del jurado de esta edición, el director Todd Haynes.  La venezolana se convierte en la cuarta mujer que consigue el máximo galardón del festival.  «Pelo malo» cuenta la historia de Junior, un niño mulato de 9 años que no tiene padre al que le crece un pelo obstinadamente rizado y cuya obsesión es alisárselo para la foto de la escuela, una determinación del pequeño que hace pensar a su madre en su homosexualidad.

La Concha de Plata al Mejor Director ha recaído en elmexicano Fernando Eimbcke por 'Club Sándwich', mientras que la de Plata a la Mejor Actriz ha sido otorgada a Marian Álvarez por su papel en 'La herida' y la de Plata al Mejor Actor la ha recibido Jim Broadbent por su interpretación en 'Le week-end'.

En clave de Oscar, "Gravity" ha quedado segunda en el Premio del público por detrás de la cinta de Hirokazu Kore-eda "Like father, like son". "Of horses and men", la representante islandesa en mejor película de habla no inglesa este año, se ha llevado el premio Nuevos Directores. 

PREMIOS SECCIÓN OFICIAL
Concha de Oro a la mejor película: "PELO MALO", DE MARIANA RONDÓN
Premio Especial del Jurado: "La herida", de Fernando Franco
Concha de Plata a la mejor interpretación masculina: Jim Broadbent "Le week-end"
Concha de Plata a la mejor interpretación femenina: Marian Álvarez "La herida"
Concha de Plata a la mejor dirección: Fernando Eimbcke "Club sándwich"
Premio del Jurado al mejor guión: Antonin Baudry, Christophe Blain y Bertrand Tavernier "Quai D'Orsay"
Premio del Jurado a la mejor fotografía: Pau Esteve Birba "Caníbal"

PREMIOS PARALELOS
Premio de Nuevos Directores:  "Of horses and men", de Benedikt Erlingsson 
Premio de Horizontes Latinos:  "O lobo atras da porta", de Fernando Coimbra
Premio Cine en construcción: "La salada", de Juan Martín
Premio TVE-Otra Mirada: "Jeune et jolie", de François Ozon
Premio del Público Wuaki TV: "Like Father, Like Son", de Hirokazu Kore Eda
Premio del Público a la mejor Película Europea: "About Time", de Richard Curtis
Premio Irizar a la mejor película vasca: "Asier ETA Biok", de Aitor Merino
Premio Euskaltel de la Juventud: "Wolf", de Jim Taihuttu
Premio FIPRESCI: "Quai D'Orsay"
Premio SIGNIS: "The Railway Man". Mención especial para "Pelo Malo" y "Oktober November"
Premio de la Asociación de Donantes de Sangre Guipuzkoa a la Solidaridad: "Mon Ame Par Toi Guerie"
Premio Sebastiane 2013: "Dallas Buyers Club", de Jean-Marc Vallée

San Sebastián: Día 8. Prisoners, L'Amour est un crime parfait, T.S. Spivet

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Llegó, vio y venció. La ciudad de San Sebastián recibía a un encantador Hugh Jackman con los brazos abiertos para dar otorgarle el Donostia, el premio honorífico del festival que en los últimos años recibieron nombres como Glenn Close, Dustin Hoffman, Julia Roberts o Ewan McGregor. Aprovechando su visita y la del director Dennis Villeneuve (también presente en la sección oficial del festival con la controvertida "Enemy"), el Zinemaldia ha proyectado la esperada "Prisoners", el intenso thriller dramático que ha conquistado a los periodistas desde su estreno mundial en Telluride y que estuvo a punto de ganar el premio del público del festival de Toronto.

Jackman interpreta en el film a un hombre llamado Keller Dover. Anna, su hija de seis años, ha desaparecido, junto a su amiga Joy, y a medida que los minutos se convierten en horas, le va invadiendo el pánico. Desesperado, decide que no tiene más remedio que ocuparse personalmente del asunto, pero ¿hasta dónde está dispuesto a llegar este padre desesperado para proteger a su familia?

Tres años después optar al Oscar por "Incendies", Villeneuve se ha confirmado este 2013 como uno de los directores más interesantes y prometedores de la escena internacional gracias a dos películas muy diferentes entre sí y que, sin embargo, comparten una puesta en escena desasogante que incomoda y perturba al espectador. Con "Prisoners" el canadiense logra uno de los thrillers más logrados de la última década, una historia llena de giros al más puro estillo Hollywood y que sin embargo no renuncia a aportar al conjunto una profundidad dramática y psicológica que convierte al film en uno de los títulos más recomendables del año. El guión no se interesa exactamente en contarte quiénes son estos personajes, si no en las trágicas consecuencias que tienen los acontecimientos en ellos. No importa si finalmente las niñas aparecen o no, las vidas de estas personas ya ha cambiado para siempre por las decisiones que han tomado en el camino.

El tercer acto de la película está alargado (podría haberse reducido el tiempo que pasa desde que el espectador sabe lo que pasa hasta que lo descubren los personajes) pero el ritmo de la propuesta nunca falla a pesar de sobrepasar los 150 minutos de duración. La espectacular atmósfera que crean Villeneuve y el director de fotografía Roger Deakins y el espectacular trabajo del reparto (todos están excelentes, desde los protagonistas a los que sólo tienen un puñado de escenas de lucimiento) elevan un film que seguirá dando que hablar durante los próximos meses.


El penúltimo día del festival nos reservó la cinta más floja de la muy notabla sección Perlas de otros festivales. Desde Francia llegó "L'Amour est un crime parfait", un thriller dirigido por los hermanos Jean-Marie y Arnaud Laurrie que se pudo ver en la última edición del Festival de Toronto. El venerado Mathieu Amalric ("La escafandra y la mariposa") da vida a un profesor de la lujosa universidad de Lausanne que sigue soltero a sus más de cuarenta años. Marc es todo un seductor que tiene debilidad por sus alumnas, a las que no dudará en llevar a su lujoso chalet en una espectacular región de montañas y lagos. Su vida se complica cuando una de sus estudiantes desaparece y la madrastra de esta entra en escena.

Durante dos largas horas seguimos los pasos de un protagonista insufrible con el que es imposible conectar y que, además, resulta muy poco como creíble como Don Juan: Amalric puede ser uno de los actores más respetados de Francia, pero es feo. Simple y llanamente. En cualquier caso, ese es el menor de los problemas de una película aburrida, sin garra y que no tiene nada destacable. Difícilmente lo llamaría una Perla.


Desde el país vecino también nos llegó la película que clausuró la sección Perlas. "9 mois Ferme" es una comeda dirigida, escrita y coprotagonizada por Albert Dupontel que tampoco termina de encajar en una prestigiosa sección como esta. La alocada comedia sigue los pasos de Ariane Felder (que interpreta una divertida Sandrine Kiberlain, vista en "Las chicas de la sexta planta"), una estricta jueza que descubre sorprendida que está embarazada. No lo entiende, puesto que no recuerda haberse acostado con nadie en los últimos meses. Tras hacer una prueba de ADN, descubre horrorizada que el padre de su futuro hijo es Bob Nolan, un delincuente en busca y captura por un crimen monstruoso.

Tal embrollo es el punto de partida de una cinta menor, pero simpática que podrá espantar a los detractores de la comedia francesa más absurda. No es una gran película, pero hay gags notables y tras cuarenta películas a las espaldas de los periodistas presentes en el festival se agradece un simple entretenimiento. Curiosamente, entre lo más destacado del film nos encontramos con un divertidísimo Jean Dujardin en un cameo como intérprete para lenguaje de signos de un canal de noticias.



La premiere mundial del último trabajo de Jean-Pierre Jeunet ha sido la encargada de clausurar la 61 edición del Festival de San Sebastián con su regreso al cine angloparlante. El director de "Amelie" ha presentado "The Young and Prodigious T.S. Spivet", una fábula protagonizada por un genio de diez años que vive en un rancho en Montana. Su gran talento para la cartografía y los inventos pronto tendrán su recompensa cuando una prestigiosa institución científica le concede un prestigioso premio y cruzará medio país para recogerlo.

Alejado de la inspiración de la cinta que convirtió en una estrella mundial a Audrey Tautou, Jeunet intenta volver por los fueros con un cuento en el que encontramos algunos de los rasgos más característicos de su cine: voz en off, fotografía y colores luminosos, personajes excéntricos y un aura de realismo mágico. En su primera aventura en tres dimensiones (un formato que la película sabe exprimir, aunque el relato no lo "necesitaba") el francés consigue una película simpática y con cierto encanto que peca de irregular: si bien los dos primeros actos son de lo más disfrutable, el clímax se aleja del tono que había caracterizado hasta entonces la película y carece de la emoción necesarias. No es una gran película, pero sí un agradable cierre a nueve días de cine en los que hemos disfrutado de historias para todos los gustos.

San Sebastián 2013: Día 7. For Those Who Tell No Tales, Jeune et Jolie, La Herida, Heli

- 27/09/13 No hay comentarios

Siete años después de ganar el Oso de Oro con su primer largometraje de ficción ("Grbavica"), la cineasta bosnia Jasmila Žbanić fue el primer plato fuerte de la séptima jornada del festival de San Sebastián. "For Those Who Tell No Tales", la tercera película de su carrera, está protagonizada por una turista australiana llamada Kym que decide viajar a Bosnia. Por recomendación de la guía de viaje que sigue, al llegar a la pequeña ciudad de Visegrado, decide pasar la noche en el hotel Vilina Vlas. Entonces la protagonista descubre lo que sucedió durante la guerra en ese lugar y su vida nunca volverá a ser la misma.

Trabajando mano a mano con la actriz protagonista y co-autora del guión, Kym Vercoe, la directora se aleja de la narración clásica de historias de genocidios para apostar por una puesta en escena simple y directa... quizás demasiado. Todo lo que sabemos de los horrores que sucedieron en Viena es gracias a testimonios que la protagonista graba a modo diario o por entrevistas y conversaciones que tiene con habitantes del lugar. Se agradece que Žbanić y Vercoe huyan de lugares comunes como los flashbacks, pero al mismo técnica la cinta se queda algo coja y falta de garra. Hay reflexiones interesantes sobre la necesidad (o no) de dejar atrás los horrores de la guerra para que un país y una sociedad tan dañada como la bosnia pueda salir adelante, pero es inevitable sentir que el tema daba para más.


Todo festival necesita tener un tipo de concreto de películas en su Sección Oficial. En la 61 edición del Zinemaldia ha habido hueco para la rareza ("Enemy"), la feel-good movie ("Vivir es fácil con los ojos cerrados") o la comedia con toque intelectual ("Quai D'Orsay"). Desde hoy ya tenemos el dramón en toda regla. "La Herida" es la ópera prima de Fernando Franco (hasta ahora montador de películas como "Blancanieves" o "No tengas miedo"). La protagonista del relato es Ana, una mujer de treinta años que no sabe que sufre el trastorno límite de la personalidad. Los impulsos autodestructivos, el abuso del alcohol, los cambios radicales de carácter o las autolesiones forman parte del día a día de alguien que en realidad sólo quiere ser feliz. Y no puede.

Una maravillosa Marián Alvarez (firme candidata desde ya a la Concha de Plata) es lo mejor de una película que ha conquistado a la crítica con una propuesta incómoda y difícil de ver. Durante algo más de hora y media somos testigos de la terrible deconstrucción de la patología de una mujer que no sabe lidiar consigo misma ni con las personas que están a su alrededor, convirtiéndola en una bomba de relojería andante. No hay maniqueísmo ni salidas en fáciles en "La Herida".  Con una solidez impropia de un debutante, Franco firma una notable película que trata con delicadeza un tema y personaje delicado. Notable.



François Ozon, el ganador de la Concha de Oro y el premio a mejor guión en 2012 con la extraordinaria "En la casa", regresa a San Sebastián en la sección Perlas con "Jeune et Jolie", un drama que compitió en la Sección Oficial de la última edición del Festival de Cannes. Finalmente no apareció en el palmarés presidido por Steven Spielberg, pero Ozon convenció a la crítica con un sugerente drama sobre cuatro estaciones y cuatro canciones que cambiarán la vida de un adolescente de 17 años que se sumerge en el mundo de la prostitución de lujo.

Marine Vacth es Isabelle, una adolescente insatisfecha que intenta rellenar su vacía existencia explotando su fascinante belleza cobrando por practicar sexo con hombres mucho mayores que ella. Las consecuencias que tienen sus actos para ella y las personas que la rodean son el corazón de esta vuelta de tuerca a las historias de adolescentes incomprendidos que confirma a Ozon como uno de los grandes del cine europeo. La elegante puesta en escena, la reiteración de temas que han habitado sistemáticamente su filmografía (como el voyeurismo) y una cuidada selección musical son valores adicionales de un trabajo tan magnético, morboso e inquietante como la propia protagonista del film.


La encargada de cerrar el día desde la sección Horizontes Latinos ha sido "Heli", ganadora del premio a mejor director en la última edición del Festival de Cannes y representante mexicana en la próxima edición de los Oscar. El cineasta Amat Escalante hace una radiografía de la violencia (uno de los temas estrella de esta edición) a partir de un desafortunado incidente que arrastra a los protagonistas del relato a una espiral de destrucción. Estela es una niña de doce años que se ha enamorado de un joven cadete de policía dispuesto a todo para huir con ella y casarse. Los planes, por supuesto, no salen como ellos esperaban y la tragedia es inminente.

La violencia y radicalidad de la propuesta de Escalante no es precisamente Oscar-friendly (a priori la notable "La Jaula de Oro" es una opción mucho más académica), pero no se puede poner en duda la sensacional dirección y fotografía de un film plagado de planos espectaculares y secuencias que se quedan en la retina del espectador. El trabajo de algunos de los actores y el tercer acto del guión lastran el resultado final del film, pero confirman a su director como una de las grandes promesas del cada vez más interesante y exitoso cine mexicano.

San Sebastián 2013: Día 6. Dallas Buyers Club, The Devil's Knot, Club Sandwich

- 26/09/13 1 Comentario

Fue la última película que vimos en la sexta jornada del festival de San Sebastián, pero también con mucho la más satisfactoria. "Dallas Buyers Club" cuenta la fascinante historia de Ron Woodoorf , un hombre al que pronosticaron erróneamente un mes de vida y que dedicó el resto de su días a luchar contra la enfermedad y las autoridades que aprueban los medicamentos que combaten el SIDA.

Tras tropezar en su debut en inglés con "The Young Victoria", el canadiense Jean-Marc Vallée (revelado con la generacional "C.R.A.Z.Y.") logra su primer gran película hollywoodiense gracias a una propuesta que recuerda más a "Erin Brockovich" que a "Philadelphia". Un héroe atípico y redneck, la lucha contra el sistema y la injusticia, la perfecta mezcla entre comedia y drama y la inspiración en hechos reales son algunos de los elementos que comparte con el film de Steven Soderbergh, pero no nos dejemos engañar por comparaciones fáciles: "Dallas Buyers Club" es una película genuina y llena de alma que llega mucho más allá de lo que se esperaba de ella. 

McConaughey va directo a por el Oscar con una interpretación llena de corazón, encanto y personalidad. Al mismo tiempo es el típico paleto encantador sureño y un cretino, adicto y homófobo que necesita aprender una lección vital. El actor clava ambos registros y lo hace con una naturalidad pasmosa. Pasan los minutos y uno se olvida de que detrás de Ron está una estrella de Hollywood que se ha enfrentado a una transformación física radical para convertirse en la persona, no el personaje. Lo mismo se puede decir de un trágico pero arrebatador Jared Leto en el papel de Rayon, un transexual que se convertirá en socio personal e íntimo amigo de Ron a pesar del inicial choque entre sus fuertes personalidades. Cuidado Fassbender, Leto puede convertirse en un durísimo rival en la carrera de reparto con su primer papel en cuatro años. Jennifer Garner completa el trío protagonista con una buena interpretación que necesita otra gran escena para poder entrar en la carrera de secundarias.

Durante meses temíamos que el film se quedaría simplemente en una serie de buenas interpretaciones, pero hay más donde rascar en el vehículo estrella del año para Focus Features. El férreo guión de Craig Borten y Melissa Wallack presenta un equilibrio perfecto entre comedia y drama mientras construye un interesante relato sobre la lucha contra el SIDA y el sistema farmaceútico en los años ochenta sin cargar excesivamente las tintas dramáticas. La banda sonora y la elegantemente sencilla puesta en escena de Vallée (también montador) se suman a las virtudes de una película brillante y que nos obliga a mirar a un doloroso episodio del pasado. 


Desde México llega la segunda participación latina en la Sección Oficial a competición. Con "Club Sandwich" el realizador Fernando Eimbcke estrena su tercer largometraje, una comedia dramática que aborda la cercana relación entre una mujer separada y su hijo adolescente. Unas vacaciones en la costa serán el escenario en el que las tensiones entre ellos aparezcan después de que el adolescente empiece a juguetear con el primer y el sexo. 

El tono costumbrista y cotidiano de la propuesta que plantea Eimbcke acerca el film a todos los públicos, pero al mismo tiempo se convierte en su principal enemigo: la película, al igual que el mejor de los veranos, está lleno de tiempos muertos, absurdos juegos para pasar el rato y conversaciones tan cotidianas como anodinas. Durante una hora somos testigos de la vida de dos personas durante su semana de vacaciones. Ni más ni menos. Tenemos que esperar a su notable acto final para que el drama estalle en la más divertida y natural de las maneras. Tarda demasiado en arrancar y no cuenta nada  nuevo, pero "Club Sandwich" tiene encanto y todo el mundo puede conectar con ella. Simpática. 


La prensa no ha sido tan benevolente con "The Devil's Knot", el regreso a San Sebastián del armenio Atom Egoyan desde que inaugurase el festival en 2009 con "Chloe". Los ganadores del Oscar Colin Firth y Reese Witherspoon encabezan el reparto de la primera película de ficción hollywoodiense que lleva al cine los sucesos relacionados con los infames crímenes de West Memphins 3, una tragedia que terminó con tres niños asesinados y tres inocentes en la cárcel. Con anterioridad, los documentales de la trilogía "Paradise Lost" y el alabado "West Memphins" ya habían analizado en profundidad el caso... y todo apunta a que con mucho mejores resultados. El director intenta contar en dos horas los que otros tardaron seis y fracasa en su intento. 

Egoyan, muy alejado ya de cintas como "The Sweet Hereafter" o "Exotica", firma aquí un thriller judicial de lo más convencional que no sabe aprovechar su materia prima y que raya lo convencional: sólo el planteamiento del film es realmente interesante. El guión de Scott Derrickson y Paul Harris Boardman es demasiado abrupto en los primeros compases de la investigación y no sabe gestionar con acierto los problemas derivados del trabajo policial. Ni siquiera Firth y Witherspoon pueden exprimir dos jugosos papeles que, sobre la mesa, tenían mucho potencial: investigador que hace todo por lograr justicia y sufrida madre de un niño asesinado. "The Devil's Knot" entretiene como cualquier película de juicios que se precie, pero ya está olvidada en mi cabeza. Una oportunidad desaprovechada. 


En la sección Perlas también hemos visto este miércoles "A Touch of Sin", premio al mejor guión en el último festival de Cannes. Zhangke Jia presenta un retrato de la violencia en la China actual a través de cuatro historias independientes. Un hombre que busca justicia, un emigrante fascinado por las armas, una mujer que trabaja en una saula de noche y un joven que va de trabajo en trabajo son los protagonistas de una película exigente (la duración roza los 150 minutos de duración y el ritmo que imprime Jia al film es lento) y desigual en el interés de sus historias (el segundo episodio aburre y va en contra del discurso del resto de historias). Sin embargo, el cineasta chino obsequia al espectador más paciente con momentos de gran cine. Al final de este intenso viaje, es inevitable sentir cierta admiración por las ambiciosas intenciones del Zia.

San Sebastián 2013: Día 5. The Railway Man, Quai D'Orsay, About Time...

- 25/09/13 3 Comentarios

Finalmente no ha venido al festival, pero Colin Firth es uno de los grandes protagonistas de la Sección Oficial de la 61 Edición del Festival de San Sebastián. Ayer se presentó el primero de sus dos trabajos que competirán por la Concha de Oro: "The Railway Man". La flamante adquisición de The Weinstein Company es un drama basado en hechos reales que recrea la traumática experiencia en la Segunda Guerra  Mundial de Eric Lomax, un oficial británico enamorado de los trenes que fue brutalmente torturado por los japoneses, dejándolo marcado de por vida. Los amargos recuerdos del pasado regresan cuando este descubre que un soldado japonés que jugó un papel clave en su sufrimiento sigue vivo. Nicole Kidman, Stellan Skarsgård, Jeremy Irvine y Hiroyuki Sanada completan el reparto del cuatro trabajo como director de Jonathan Teplitzky.

A pesar de su potente pareja protagonista, la película ha sido recibida con frialdad en el Zinemaldia. Colin Firth sabe captar el dolor que arrastra Lomax, pero Teplitzky nunca llega a emocionar a pesar de los terribles acontecimientos que cuenta la película. La estructura del guión y los santos temporales entorpecen el ritmo de una película que no termina de despegar hasta su segunda hora, cuando se produce el reencuentro de torturador y torturado. Nicole Kidman no puede hacer mucho más de lo que hace: "The Railway Man" está tan centrada en el trauma de Lorax que ni siquiera real termina de estar contada con claridad.La fotografía y la música están a la altura de la cuidada producción, pero la sensación de que la historia daba más de sí es inevitable. Y frustrante.


El martes fue también el día del regreso a San Sebastián de Bertrand Tavernier, un habitual del Zinemaldia que ha sido premiado cada vez que ha participado en el festival: con "Holy Lola" y "Hoy empieza todo" se llevó el Premio del Público, mientras que "Capitán Conan" - su única participación en la Sección Oficial hasta este año - se llevó el Premio FIPRESCI. El prestigioso cineasta francés ha presentado "Quai D'Orsay", una sátira política que sigue los pasos de un joven prometedor que es contratado como jefe del departamento de lenguaje del ministerio de Asuntos Exteriores francés. Su principal función será escribir los discursos del Ministro... aunque rápidamente se dará cuenta de que lo más difícil será lidiar con las personalidades de la gente que trabaja ahí, especialmente la de un particular ministro cuyos principales valores democráticos son la legitimidad, la lucidez y la eficacia. O eso cree él.

Los veteranos Thierry Lhermitte ("La Cena de los Idiotas") como el ministro Taillard  y Niels Arestrup ("Un Profeta") en el papel del asesor Maupas se apoderan de la función en una cinta que recuerda poderosamente a las comedias políticas de Armando Ianucci, particularmente la serie "Veep" y la película de culto "In the Loop". Los brillantes diálogos y los efectivos trucos de montaje (especialmente en las escenas protagonizadas por el excéntrico ministro) insuflan de vida a una película que satura por momentos con la endiablada velocidad de su propuesta y sus referencias locales. En cualquier caso, una comedia efectiva y llena de momentos divertidos que podría rascar premio el próximo sábado.

"Quai D'Orsay" es la adaptación de un cómic de Abel Lanzac, pseudónimo de Antonin Baudry, un profesional que trabajó durante la guerra de Irak en el ministerio en el que se enclava la película y que utilizó posteriormente sus experiencias para convertirlo en un cómic y, posteriormente, en un guión cinematográfico.


Saldando cuentas pendienes del fin de semana (organizar la agenda para no perderte ninguna de las películas importantes ni los títulos que podrían sorprender en las secciones paralelas es una labor de chinos), ayer disfruté de "Las Brujas de Zugarramurdi". O más bien, del primer acto de la nueva película de Alex De la Iglesia. La brillantez que caracteriza la primera media hora del film  (desde el prólogo en Sol hasta el paseo en taxi) hace que sea tan decepcionante ver cómo la película se viene abajo en cuanto los ladrones que interpretan Hugo Silva y un notable Mario Casas se adentran en el pueblo de Zugarramurdi.

Al igual que pasa con todas las películas del director vasco (con la excepción de "El día de la bestia" y "La Comunidad"), la irregularidad se apodera del conjunto y los momentos de genio que tiene el director aparecen con cuentagotas. El alocado clímax de la película, un homenaje al cine de brujería que no termina de funcionar, roza incluso lo aburrido. Una pequeña decepción para una cinta que, pese a todo, tiene numerosos gags hilarantes, un prólogo sensacional  e interpretaciones destacadas de Terele PávezMacarena Gómez y el citado Casas. Exhibirse fuera de competición le vendrá bien a un título que, gracias a su reparto lleno de estrellas (y de dos curiosos cameos de Santiago Segura y Carlos Areces) y una acertada promo tiene bastantes opciones de funcionar en taquilla.


Se convirtió en un nombre clave del cine europeo con los guiones de películas como "Four Weddings and a Funeral", "Notting Hill" o "Bridget Jones Diary", pero Richard Curtis vuelve a tomar las riendas de la dirección (como hizo con "The Boat that Rocked" y la icónica "Love, Actually") con una comedia dramática con toques de ciencia ficción que se presentó el mes pasado en el festival de Locarno. "About Time" arranca cuando, en su 21 cumpleaños, Tim descubre  que, como todos los hombres de su familia, puede viajar en el tiempo. No puede cambiar la historia, pero sí puede cambiar lo que ocurre y lo que ha ocurrido en su vida. Por lo tanto decide que su mundo será mejor… y que tendrá novia.

Tras leer la premisa y ver el trailer de la nueva producción de Working Title uno podría pensar que estamos simplemente ante una simple comedia romántica (por mucho que sea del maestro Curtis, el gran especialista del género en las últimas décadas), pero "About Time" va más allá. La historia romántica entre Tim y Mary es una parte importante, pero la verdadera intención del relato es construir una reflexión sobre la vida y cómo decidimos pasar cada uno de nuestros días. Siguiendo la vena optimista y emocional que caracterizan sus trabajos anteriores, Curtis utiliza los viajes en el tiempo como simple excusa para transmitir un mensaje en una película tan adorable como sus personajes que conseguirá hacer reír y llorar a los espectadores. Habrá que seguir muy de cerca la carrera de Domhnall Gleeson, secundario robaescenas de "Anna Karenina" que aquí se adueña de la película con su inspirada y carismática interpretación del feucho pero encantador Tim. Es una gozada ver cada una de sus escenas con el siempre divertido Bill Nighy.

El público de San Sebastián ha recibido calurosamente a la película y la colocó en el segundo puesto de clasificación del premio del público, sólo por detrás de "Like Father, Like Son". No es de extrañar: "About Time" es seguramente la mejor película como director de Curtis y uno de sus mejores trabajos como guionista. El tiempo la pondrá en su lugar.


Gracias al boca a boca surgido tras la proyección del film dentro de la sección Nuevos Directores, la jornada del martes terminó con el pase de prensa de "Wolf". La trama no es nueva (un chico de barrio de buen corazón se ve atraído al lado oscuro por las malas compañías y la esperanza de una vida mejor), pero el prometedor cineasta holandés Jim Taihuttu muestra una solidez y un aplomo impropios de un director novel. A pesar de tirar de clichés, la puesta en escena, la solidez del guión y el trabajo del protagonista (Chico Kenzari) hacen de "Wolf" un título interesante y muy recomendable.

San Sebastián 2013: Día 4. Gravity, Canibal, Child's Pose, Vivir es fácil...

- 24/09/13 3 Comentarios

Era la película más esperada del festival y no ha decepcionado. "Gravity" arrancó una espectacular ovación a los periodistas después gracias a uno de los mayores espectáculos audiovisuales que un servidor recuerda haber visto en la gran pantalla. Más allá del indudable virtuosismo técnico de la propuesta (durante los próximos años seremos conscientes de su influencia - dicen- revolucionaria en el futuro del cine), el mexicano Alfonso Cuarón supera cualquier expectativa posible ofreciendo al espectador un drama de supervivencia que te deja pegado a la pantalla durante los concisos pero tremendamente intensos noventa minutos que dura el film. 

"Gravity" empieza con un extraordionario (y obviamente falseado, pero a quién le importa) plano secuencia que presenta los personajes y la misión, terminando con el terrible accidente que pone en peligro las vidas del piloto espacial Matt Kowalski y la astronauta Ryan Stone. A partir de ahí la película se convierte en una descarnada lucha por la supervivencia en las que las posibilidades de sobrevivir son ínfimas. Los protagonistas deberán hacer frente a una serie de desafortunados incidentes mientras batallan con sus propios demonios personales. Es ahí donde los Cuarón (el hijo y el padre - Jonás - firmaron juntos el guión) sorprenden y llevan la película mucho más allá de lo que se esperaba. "Gravity" es un hito tecnolológico, sí, pero también es una historia con alma que sirve a los cineastas para hablar de grandes temas como el renacer emocional o la capacidad del ser humano de levantarse en las situaciones más adversas. 

No importa si uno cree que Sandra Bullock merece tener un Oscar en sus casa. Da igual lo que pase durante la próxima temporada de premios. Dentro de treinta años la actriz podrá mirar atrás y recordar un papel inolvidable que le ha permitido dar lo mejor de sí misma (física y emocionalmente), logrando la mejor interpretación de su carrera. En la rueda de prensa le preguntaron a Cuaron si Bullock no era un inconveniente para las pretensiones artística del film y el mexicano no dudó en dar la cara por su actriz: "La interpretación que da Sandra en la película habla por sí misma", destacando la profesionalidad, el esfuerzo y la brutal disciplina con la que la intérprete se enfrentó al reto. 

Durante la proyección, el nudo en el estómago, la carne de gallina e incluso las lágrimas se alternan como respuesta a una cinta imprescindible que cualquier cinéfilo debería ver en una sala de cine. Repito, en una sala de cine. Es una pena que tantos académicos se vayan a perder la sensación de angustia y desesperación que produce en el espectador por ver la película en la comodidad de sus casas. "Gravity" tiene planos que se analizarán en las escuelas de cine durante décadas. El 4 de octubre se estrena en España y Estados Unidos la que tiene todas las papeletas para ser LA película del 2013. 

 

Dos días antes de saber si será la cinta elegida para representar a España en la 86 edición de los Oscar, ayer fue el día de "Canibal". La cinta llegaba al Zinemaldia con grandes expectativas tras su positiva premiere mundial en Toronto. La respuesta ha sido mayoritariamente positiva, aunque no ha habido consenso. Manuel Martín Cuenca logra la mejor película de su breve carrera con una perturbadora historia que gira en torno a la figura de Carlos, respetado sastre de día y asesino canibal de noche. El antihéroe protagonista no tiene remordimiento ni culpa... hasta que una mujer aparece en su vida, surgiendo una particular historia de amor que le hace plantearse sus principios.

Sorprende en "Canibal" la apuesta de Martín Cuenca por un tono intimista, pausado y crudo, aunque nunca gráfico. La violencia está presente en todo el relato pero siempre queda en un segundo plano, fuera de campo. Lo importante es la construcción del personaje y de la descomposición de sus normas y costumbres cuando aparece alguien que cambia todo para Carlos. El contenido trabajo de Antonio de la Torre podría darle la Concha de Plata al mejor actor, pero tampoco podemos olvidarnos de una sorprendente Olimpia Melinte, sencilla y brillante en su doble papel. Ellos forman la particularmente perversa historia de amor sobre la que está construida "Canibal", aunque no sin ciertos problemas: el segundo acto del film tiene problemas narrativos que entorpecen el film. Afortunadamente, la cuidada puesta en escena del director eleva un trabajo que también nos reserva ocasionales filigranas visuales llenas belleza y horror (el prólogo del film y la escena en la playa). Lástima de la frialdad que afecta al conjunto, pero "Canibal" que merece atención cuando llegue a los cines el próximo 11 de octubre. 

 

También en la Sección Oficial a concurso vimos la austriaca "October November", la primera película del director y guionista Götz Spielmann desde que hace cinco años lograse la nominación al Oscar a la mejor pelicula de habla no inglesa con "Revanche". En esta ocasión el cineasta nos cuenta la historia de dos hermanas, una actriz de éxito que se ha acostumbrado a fingir en su propia vida y una mujer frustrada e insatisfecha con su vida que es infiel a su marido con el médico del pueblo. Los problemas de salud del padre ellas obliga a la actriz a volver al pueblo de los Alpes en el que se crió. Los viejos conflictos entre las hermanas y los secretos familiares no tardarán en hacer aparación.

Si ayer hablaba de cómo Dupeyron decepcionaba al personal con la frustrante y difusa segunda mitad de "Mon âme par toi guérie", Spielmann hoy no se ha quedado atrás. El cineasta nunca termina de explorar los demonios interiores de los personajes ni apuesta por ninguna de las tramas que pone sobre la mesa: las mil caras de la actriz que interpreta una muy correcta Nora von Waldstätten logra captar el interés de la audiencia hasta que Spielmann se olvida de ella para pasar - por encima - a los problemas de su hermana en una trama mucho más manida y previsible. Tampoco tiene sentido la nulidad del personaje del patriarca de la familia: el padre sólo está en la historia para revelar un secreto del pasado, nunca sabemos gran cosa de él. Para más inri, el cineasta alarga en exceso la película y los últimos veinte minutos del film son simplemente agonizantes. En todos los sentidos. Gran decepción generalizada entre la prensa desplazada al festival.


Ha quedado ensombrecida por el efecto "Gravity", pero el lunes también se ha podido ver en la sección Perlas la última ganadora de Oso de Oro del festival de Berlín y futura representante de Rumanía en la carrera por el Oscar. El título es "Child's Pose", un poderoso drama sobre las consecuencias de un accidente de tráfico en el que un treinteañero atropella  a un adolescente provocando su muerte. La situación no es favorable para el conductor: a pesar de que el joven cruzó por donde no debía pasar, su exceso de velocidad puede acabar con sus huesos en la cárcel. 

Lo interesante del drama de Calin Peter Netzer es su decisión de construir el relato alrededor de la madre del conductor, una figura controladora que pertenece a la clase alta de Bucarest (un grupo al que el director y guionista reserva diferentes dardos a lo largo de la historia). Cornelia está dispuesto a todo por salvaguardar el futuro de su hijo, incluso cuando se da cuenta de que quizás no le dio la mejor educación. Además del excelente trabajo de la actriz Luminita Gheorghiz, si hay algo que destaca en la cinta rumana son sus brillantes diálogos y su brutal dominio de la tensión en las conversaciones más aparentementesencillas. El guión es capaz de convertir larguísimos intercambios verbales entre una madre y su yerna o entre la misma matriarca y el testigo del accidente en escenas llenas de tensión y progresión dramática. La decisión de Netzer de rodar gran parte del metraje cámara al hombre termina saturando al espectador, pero al mismo tiempo acerca inexplorablemente al drama de esta madre que tiene que dar la cara por su hijo en unas trágicas circunstancias.


El cuarto día del festival ha llegado a su fin con el primer pase de "Vivir es fácil con los ojos cerrados", el nuevo trabajo de David Trueba tras la experimental "Madrid 1987". La cinta es una encantadora road movie que nos lleva directos a la España de los años 60. Los protagonistas del relato son un profesor de inglés obsesionado con los Beatles (maravilloso Javier Cámara en un papel que podría interponerse en el camino de De la Torre), un adolescente que se escapa de casa tras pelearse con su padre y una joven embarazada que quiere regresar a Málaga para estar con su familia. Un viaje en coche a raíz de la presencia en Almería del mismísimo John Lennon es la excusa argumental para unir los caminos de tres personas muy diferentes que, sin embargo, tienen muchas cosas en común.

Trueba presenta una película pequeña pero llena de alma que los más cínicos rechazarán de pleno por su aura optimista y de feel good movie. Los demás hemos disfrutado de un relato nostálgico que deja en su metraje varios guiños a la situación de la España actual, con mensajes para la juventud española incluida (no hay que tener miedo a la vida incluso en las situaciones más adversas). Una delicia.

San Sebastián 2013: Día 3. Fruitvale Station, Gloria, El medico alemán...

- 23/09/13 6 Comentarios

Ha sido el pase más polémico de la tercera jornada de la 61 edición del Zinemaldia. Ayer se exhibía por primera vez en nuestro país "Fruitvale Station", la ópera prima de Ryan Coogler cuyos derechos de distribución compró Harvey Weinstein por dos millones de dólares horas antes de que el drama basado en hechos reales arrasase logrando el codiciado pleno en Sundance: Gran Premio del Jurado y Premio del Público. Cuatro meses después la cinta llegaba a Cannes y lograba un premio menor en la sección Un Certain Regard, pero las reacciones de los periodistas europeos ya dejaban claro que el recibimiento del film en el viejo continente distaría notablemente de su excelente acogida en Norteamérica. La respuesta de gran parte de los periodistas desplazados en San Sebastián ha sido más cínica todavía. 

La reconstrucción del último día en la vida de Oscar Grant no acaba convirtiéndose en la gran película que los múltiples premios en Sundance nos hicieron creer que podría ser, pero es muy efectiva y cumple holgadamente los objetivos que se presenta Coogler. Antes de que los Weinstein se metiesen de por medio, "Fruitvale Station" no era más que una pequeña película que quería dramatizar un trágico e injusto suceso que conmocionó a América el día de año nuevo de 2009. El director no tiene pretensiones mucho mayores y su táctica es simple: explicar quién era Oscar a través de diferentes encuentros con las personas importantes de su vida (su madre, su novia, su hija) como prólogo del plato estrella del film, es decir, el incidente de la estación de Fruitvale y sus posteriores consecuencias. Es en esta segunda parte de la película donde el espectador queda pegado a la pantalla, consternado por la inmediatez de una tragedia que ya nos adelantan en los primeros segundos de la película (Coogler muestra el suceso grabado por el móvil de uno de los pasajeros-testigos del tren). No es una puesta en escena sofisticada, pero funciona. Como la propia película. Para quien esto escribe, claro. 

Octavia Spencer hace un trabajo notable como la madre de Oscar, pero el papel es pequeño, su aproximación sorprendentemente sutil (muy lejana de la Minnie de "The Help") y la posible desaparición del film de la carrera podrían dejarla fuera de la carrera de reparto. En cualquier caso, la gran estrella de la función es Michael B. Jordan, todo un diamante en bruto que podría convertirse, si Hollywood se lo permite, en la nueva gran estrella afroamericana. El actor desprende carisma, naturalidad y rabia con un personaje que (como apuntan los detractores del film) está dibujado con brocha gorda. Obviamente Grant fue víctima de una situación injusta, pero Coogler se esfuerza demasiado por pintarle como un gran persona cuando no era estrictamente necesario para la historia. En el lado contrario de la balanza, el director nunca explota gratuita ni melodramáticamente la tragedia. 

Como siempre, lo mejor es que cada uno desarrolle su propia opinión, pero lo más probable es que "Fruitvale Station" sea peor película de lo que creen en Estados Unidos y mejor de lo que pintan en Europa. 


En la misma sección, Perlas, hemos podido ver la que se ya ha convertido en la gran favorita de la crítica en lo que llevamos de festival. "Gloria" llegaba a San Sebastián semanas después de ser elegida por Chile para intentar repetir el éxito logrado el año pasado en los Oscar por "No" (su director, Pablo Larraín, ejerce aquí de productor). La fórmula presentada aquí es muy diferente: Sebastián Lelio nos ofrece una tragicomedia en toda regla protagonizada por una mujer de 58 años que está sola en la vida. Y sin embargo, ella no se resigna y pondrá todo de su parte para llenar el vacío (de ocio, sentimental, familiar) de su vida. Todo cambiará cuando esta mujer que lleva doce años divorciada inicia una relación con un hombre que acaba de separarse. O no, pero no por ello "Gloria" dejará de hacer frente a los obstáculos que aparecen en su camino a una vida más plena. 

Paulina García compone aquí uno de esos papeles que aparecen una vez en la carrera de un intérprete, una mujer llena de aristas y posibilidades (cómicas y dramáticas) que la actriz chilena clava a pesar de su relativa inexperiencia. García está a punto de cumplir 60 años, pero "Gloria" es sólo la quinta película de su carrera. Cualquiera lo diría. La actriz sobrevive a silencios, adversidades y humillaciones con la mayor de las dignidad, con una actitud positiva que, no obstante, nada tiene que ver con "Happy Go-Lucky" y otras tragicomedias con desgraciadas como protagonistas. Su premio a la mejor actriz en Berlín es poco. 

Hablamos de la actriz, pero "Gloria" es más que la sensacional interpretación de su protagonista. La cinta de Lelio es una dolorosa y al mismo tiempo divertida reflexión sobre la soledad y los miedos ante la inminente llegada de la vejez. Esperemos que los académicos hollywoodienses sepan aceptar la valentía de la propuesta. 


El domingo también dejó la primera gran decepción de la Sección Oficial a concurso. Quince años después de ganar la Concha de Oro con el drama "¿Qué es la vida? el director francés François Dupeyron regresa al Zinemaldia con una de las pocas premieres mundiales de la competición. "Mon âme par toi guérie" nos presenta a Frédi, un hombre sin profesión que vuelve a sufrir crisis de epilepsia tras la muerte de su madre. Ésta era curandera y le transmitió el don antes de morir, pero Fredi no quiere oír hablar de ello... hasta que un accidente fatal le obliga a dejarse llevar y aceptar su don.

Durante la primera hora del film somos testigos de un prometedor primer acto que huye de lugares comunes y despierta la curiosidad del espectador... hasta que la película cambia de tercio sin venir a cuento y el interés salta por la ventana. La trama que ejerce como desencadenante del relato desaparece sin explicación alguna y una improbable historia romántica ocupa su lugar sin éxito a pesar de la belleza y melancolía de alguna de sus escenas. De repente nada tiene sentido en una película difusa que acaba aburriendo y perdiendo el norte en sus más de dos horas ideas de duración. Dupeyron deja pasar una oportunidad para contarnos... aún no sabemos muy bien qué. Merece una mención especial negativa la selección musical a base de canciones de pop indie anglosajón que son insertadas en la historia en exceso y sin níngun sentido de la oportunidad. Sobrevive un notable Grégory Gadebois con un personaje central que va y viene como la propia película.


Ha cerrado el día el estreno en Horizontes Latinos de "El médico alemán", el más convencional de los trabajos de Lucía Puenzo, una prometedora directora argentina que había estrenado anteriormente títulos más sugerentes como "XXY" o "El niño pez". Aquí la cineasta nos lleva hasta los años 60 para contarnos una historia basada en hechos reales. Desconociendo su identidad, una familia acepta como primer huésped de su hostería a un médico de la Alemania Nazi. Aunque el extraño personaje les genera recelo, se verán seducidos por él sin caer en que tienen ante sí uno de los criminales más buscados de la historia.

A Puenzo le falta personalidad en una producción tan efectiva como academicista que juega con la huida de los criminales nazis y sus controvertidos experimentos para la mejora de la raza humana. La decisión de contar la historia a través de la hija de la familia dificulta una aproximación más oscura (e interesante) a la sugerente premisa del film. Se eleva sobre el material el trabajo de producción del film y el notable trabajo de Alex Brendemül, un inspirado intérprete que imprime carisma, humanidad y ambición al personaje que da título a la película. 

San Sebastián 2013: Día 2. La Vie d'Adele, Le Week-End, The Wind Rises...

- 22/09/13 3 Comentarios

La primera noche de la 61 edición del Festival de San Sebastián se cerraba el pasado viernes con el (incomprensiblemente) único pase que tendrá lugar en el festival de "La Vie d'Adele". El director tunecino Abdellatif Kechiche acudió a la ciudad guipuzcoana para recibir el premio FIPRESCI que cada año se entrega en la gala de apertura del Zinemaldia. Con enormes expectativas arrancaba a las 23.30 horas de la noche una proyección que prometía provocar reacciones dispares con esta propuesta visceral de tres horas de duración. Así fue. 

"La Vie d'Adele" se erige, por un lado, como un maravilloso relato de madurez que nos cuenta sin prisa pero sin pausa el paso de la adolescencia a la juventud de una chica llamada Adele y, por otro, como una emotiva narración sobre el comienzo, desarrollo y posible final del primer gran amor de esta con otra chica, Emma. Y todo con una naturalidad pasmosa y pocas veces vistas en la gran pantalla. Quizás el método para exprimir a sus actrices bordeó la tortura, pero los resultados se ven y se sienten en la gran pantalla. Adele y Emma no parecen personajes, si no personas que están enfrentándose a personas, situaciones y emociones que jamás podrán dejar atrás a pesar de que sus vidas puedan seguir adelante. 

Lea Seydoux y sobre todo una espectacular Adele Exarchopoulos (en uno de esos papeles revelación que marcan un antes y un después) hacen una composición apasionada, apasionante y, digámoslo de nuevo, de una naturalidad pasmosa. Las actrices y un brillante Kechiche consiguen trasladar a la pantalla una sensación tremendamente difícil de conseguir en la gran pantalla: la verdad. En todas sus acepciones, positivas y negativas. Adele y Emma comen, hablan, follan como personas normales. En un medio que tiende tanto a la coreografía como es el cine, es algo casi inaudito. 

"La Vie d'Adele" no es una película perfecta. Tampoco lo pretende. Sin llegar a ser irregular, hay partes que destacan más (su etapa en el instituto) que otras (la relación consolidada) y pega de un par de lugares comunes (la intensa conversación con los amigos de Emma) de estas historias de amor casi tan intelectuales como pasionales.  Dura tres horas cuando podría perfectamente podría eliminar una de ellas. No todas las secuencias de la película son necesarias y sin embargo yo no tocaría ninguna de ellas. Ni siquiera las famosas (con razón) escenas de sexo. Están ahí para contar algo de Adele, su relación o lo que está pasando por la cabeza. Se toma su tiempo para todo. Hay que estar preparado para enfrentarte a un drama de personajes de tres horas de duración, pero la recompensa es grande. Y dejemos que sea el tiempo el que diga si estamos ante una obra maestra o no. No tengamos tanta prisa. 


Ayer tarmbién se pudo ver uno de los títulos que luchan por la Concha de Oro. Con inevitables aires de la saga "Before..." de Richard Linklater, el británico Roger Michell nos muestra la relación de una pareja británica que regresa a París muchos años después de su luna de miel con el fin de insuflar de vida a su matrimonio. Unos brillantes Jim Broadbent y Lindsay Duncan protagonizan una comedia con toques dramáticos (¿o es a la inversa?) mucho más efectiva que original. Ya hemos visto numerosas películas que explotan una premisa similar, pero es inevitable disfrutar de los reproches, momentos cómplices y anécdotas que comparten Nick y Meg a lo largo de los ajustados y entretenidos 90 minutos que ocupan el film. 

Hanif Kureishi ("Mi hermosa lavandería", "Venus") es desde ya uno de los favoritos para ganar el premio al mejor guión el próximo 29 de julio. Sus agudos diálogos hacen de "Le Week-End" una película perfecta para premiar en la categoría. En cualquier caso, no deberíamos vaticinar premios a estas alturas. Después de todo, estamos aún en el segundo día del festival. 

Como curiosidad, añadir que la mismísima Annette Bening (de visita en el Zinemaldia para presentar "The Face of Love") acudió al pase de prensa celebrado en el teatro Principal. Los periodistas que se dieron cuenta de su presencia en la sala la recibieron entre aplausos, tal y como se merece una grande como ella. 

El otro título que se ha pasado ayer de la Sección Oficial fue "Pelo Malo", una coproducción entre Venezuela, Perú y Alemania que dirige Mariana Rondón. La película es un drama social con espacio para la sonrisa que presenta a dos personajes principales. Marta es una joven viuda que es incapaz de aguantar en el mismo trabajo y que no sabe cómo sacar adelante a sus dos hijos en la caótica Caracas; Junior es un niño de nueve años cuya mayor preocupación ese verano es alisarse el pelo para hacerse una foto y apuntarse al colegio. La problemática relación de estos dos se coloca en el epicentro de una cinta costumbrista con aspiraciones de denuncia social que aligera su propuesta con el personaje del chico y una amiga regordeta que sueña con ser Miss. Inofensiva y entretenida, "Pelo Malo" es una película pequeña que se deja ver gracias a la luz que desprende su joven protagonista. 


En la sección Perlas y tras su paso por la competición en la última edición del festival de Venecia pudimos ver la que dicen será la última película del maestro Hayao Miyazaki, el cofundador del venerado Studio Ghibli. En "The Wind Rises" el japonés repasa los principales acontecimientos en la vida de Jiro Horikoshi, un hombre que pasaría a la historia por ser el diseñador del avión de combate usado en el ataque a Pearl Harbor durante la Segunda Guerra Mundial. La película, no obstante, se centra en su amor por la aviación, su obsesión con un diseñador italiano llamado Caproni (protagonista de numerosos momentos oníricos que aparecen en el film) o su romántica relación con Naroko, una chica que conoció en el terremoto de Kanto en 1923 y que acabaría convirtiéndose en la mujer de su vida. 

Miyazaki adopta un tono y estructura de biopic pero deja de lado todas las implicaciones políticas e incluso morales que acompañan la carrera como diseñador de aeronaves de guerra de Horikoshi. En ningún momento de hecho se detalla la implicación de Jiro con la batalla de Pearl Habor. La cinta deja pistas en clave visual al espectador, pero sólo aquellos que conozcan la historia sabrán descifrarlas. Miyazaki apuesta por dibujar a su protagonista desde un punto de vista algo simplista: Jiro es un héroe, un romántico, un buen amigo de sus compañeros de trabajo y un apasionado de la aviación. 

Independientemente del cuestionable fondo del proyecto, Miyazaki vuelve a recordarnos que formalmente es un mago que sabe tocar las teclas necesarias para llegar al espectador. La emoción que provoca la ensoñación final con Naroko o la tragedia de Kanto que sucede en los primeros compases del film son dos muestras de ello. Conviene destacar el crecimiento (en la historia y en el propio espectador) de la historia romántica del relato: inicialmente parece una trama sin apenas importancia, pero en la segunda parte del relato el impacto emocional es mayor cuanto más conocemos la particular relación de la pareja (la despedida de ella en el tren deja con el corazón en un puño al espectador). Una obra notable que podría haber sido todavía mejor si Miyazaki se hubiese atrevido a ir más allá. 

También en la misma sección hemos visto "Narco Cultura", un documental de Shaul Schwartz sobre el impacto del narcotráfico en Ciudad Juarez. La película, estrenada en el último festival de Sundance, se centra en cómo los narcotraficantes se han convertido en un figura a respetar y admirar, en modelos de éxito y fama. A raíz de fascinantes ejemplos como el narcocorrido (un subgénero musical que conmemora conductas y figuras relacionadas con esa problemática) vemos el impacto cultural de una situación que ha provocado directa o indirectamente más de 15.000 muertes en Ciudad Juárez desde 2006. Los datos son desoladores, pero el documental acaba siendo algo reiterativo y por momentos pierde el foco al acercarse a la figura de los peritos, los CSI mexicanos, otras víctimas del nacotráfico. Interesante, revelador y muy entretenido, pero el tema daba para más. 


La sección dedicada al Velódromo ha abierto sus puertas en la segunda jornada del festival con la exhibición de "Zipi y Zape y el club de la canica", una nueva adaptación cinematográfica de los personajes creados por José Escobar. El director Oskar Santos es el responsable de una aventura en la que los hermanos son enviados a pasar el verano a un colegio donde les controlará con mano de hierro. Allí descubren rápidamente que es un lugar donde todo está prohibido, especialmente jugar. Para luchar contra el sistema preestablecido deciden fundar el Club de la Canica, una especie de resistencia infantil que desafía la autoridad de los adultos.

A pesar de su guión ágil y lleno de guiños a los clásicos del cine juvenil de los años ochenta como "Los Goonies", la película de Santos falla allá donde no debería: "El club de las canicas" podrá ser una (moderadamente) divertida cinta de aventuras para toda la familia, pero no es una película sobre Zipi y Zape. No hay rastro de numerosos personajes y elementos claves del comic que enamoró a generaciones de españoles en la segunda mitad del siglo XX. Resulta evidente que los productores han querido aprovechar el tirón de la marca del cómic para desarrollar una nueva franquicia si la película triunfa en su estreno en los cines españoles el próximo 4 de octubre.

Un punto a favor del film lo encontramos en el cuidado trabajo de producción de la película (con ese colegio que recuerda indudablemente a Hogwarts: la saga "Harry Potter" es otro clásico en el que se fija descaradamente) y su notable banda sonora de Fernando Velázquez, compositor que saltó a la fama el pasado año por su emocionante trabajo para "Lo Imposible".