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#NoOscarFest: 'El clan', de Pablo Trapero

- 30/04/16 No hay comentarios

Ganadora del León de Plata al Mejor Director en el Festival de Venecia'El clan' es una muestra más de que el 2015 fue un año fantástico para el cine latinoamericano. La película dirigida por Pablo Trapero, uno de los cineastas más interesantes del cine argentino ('Carancho''Elefante blanco'), fue la elegida para representar a su país en los Oscar. Pero, lamentablemente, no pudo repetir el éxito de 'Relatos salvajes' en la anterior edición de los Premios de la Academia. Las dos películas tienen algo en común: Pedro y Agustín Almodóvar, que ya co-produjeron el exitoso film de Damian Szifron, están detrás de este eléctrico thriller.

'El clan' fue un enorme éxito de taquilla en Argentina convirtiéndose en la segunda película más vista de la historia del país (tan sólo por detrás de, precisamente, 'Relatos salvajes'). Muchos de esos espectadores acudieron a las salas seducidos por una historia que les resultaba muy familiar, ya que 'El clan' relata la historia real del clan Puccio. El caso de esta familia, que debajo de una fachada de aparentemente normalidad escondía una terrible verdad, sacudió a la Argentina de los años ochenta. El padre de la familia, Arquímedes Puccio, era el líder de una organización criminal que se dedicaba al secuestro, la extorsión y el asesinato.

El actor encargado de encarnar a Arquímedes Puccio es Guillermo Francella, un actor cómico que ya sorprendió con un cambio de registro en 'El secreto de sus ojos' (aún cuesta asimilar que no consiguiera una nominación como Mejor Actor de Reparto en los Premios Goya). Francella logra construir un personaje absolutamente escalofriante. A su lado encontramos al debutante Peter Lanzani en el papel de Alejandro, el primogénito de la familia. Lanzani, curtido en la televisión argentina, consigue aguantar el tipo ante ese terrible monstruo de ojos azules (una especie de pariente lejano del Johhny Depp de 'Black Mass').


Mientras que el patriarca de la familia es un remanso de paz que no parece mostrar ningún tipo de escrúpulo o arrepentimiento por las barbaridades que comete, su hijo se encuentra justo en el centro de una encrucijada moral: es consciente de lo que hacen no es correcto pero al mismo tiempo es incapaz de abandonar a la familia. Por eso Alejandro se queda de piedra cuando su hermano Guillermo (Franco Masini) le cuenta su intención de marcharse de casa para no regresar.

Trapero, no sólo director sino también guionista y co-editor de la cinta, realiza un encomiable trabajo intentando escudriñar lo que pasaba por las cabezas de unos personajes tan complejos como aquellos. Además, la película hace gala de un empaque visual que tiene muy poco que envidiar a los thrillers anglosajones. Una prueba de ello ese espectacular plano secuencia final con un desenlace inesperado para los que no conozcan los hechos reales que se relatan en la cinta.

Palmarés del Festival de Málaga: 'Callback' es la gran triunfadora

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- 'Callback' consigue tres victorias incluyendo Mejor Película
- 'La próxima piel' es la más galardonada con cinco premios

Mejor película: Callback, de Carles Torras.
Premio especial del jurado: La propera pell (La próxima piel), de Isaki Lacuesta e Isa Campo
Mención especial del jurado: Quatretondeta, de Pol Rodríguez
Mejor dirección: Isaki Lacuesta e Isa Campo por La propera pell (La próxima piel)
Mejor actor: Martín Bacigalupo por Callback
Mejor actriz: Emma Suárez por La propera pell (La próxima piel)
Mejor actor de reparto: Óscar Martínez por Kóblic
Mejor actriz de reparto: Silvia Malla por Julie
Mejor guión: Carles Torras y Martín Bacigalupo por Callback
Mejor música: Silvia Pérez Cruz por Cerca de tu casa
Mejor fotografía (ex aequo): Kóblic y Quatretondeta
Mejor montaje: La propera pell (La próxima piel)
Premio de la crítica: La propera pell (La próxima piel)
Premio del público: La noche que mi madre mató a mi padre, de Inés París

Consulta el palmarés de las secciones paralelas en la web oficial del festival

Tú decides los ganadores del #NoOscarFest

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Ha llegado la hora de la verdad. Ayer dimos por finalizada la primera fase del #NoOscarFest y ahora es el turno de decidir el palmarés de la primera edición del festival organizado por PremiosOscar.net y Cinéfagos.es. Desde hoy y hasta el 6 de mayo (inclusive), dispondréis de ocho días para escoger vuestras películas y actores favoritos en un total de ocho categorías.

En la categoría de Mejor Película, debéis elegir vuestros tres títulos favoritos del festival (sin orden de preferencia). La película que obtenga más votos será la vencedora y aquella que sea la segunda más votada recibirá el Gran Premio del Público.

En las categorías interpretativas se puede votar por cualquier actor en cualquier categoría. Para agilizar el recuento de los votos, os hemos facilitado unas listas con las elecciones más obvias. Pero si ninguna de las opciones predefinidas os convence y queréis votar por un nombre que no aparece en la lista, sólo debéis marcar la casilla "Otra" y escribir al lado vuestra interpretación favorita en ese apartado.

#NoOscarFest: 'Victoria', de Sebastian Schipper

- 28/04/16 4 Comentarios

Este artículo está escrito por Emilio Doménech, director de Cinéfagos.es

En la película española 'Stockholm', un chico y una chica rondaban las calles de Madrid tras una noche de fiesta. Él trataba de convencerle a ella de que se había quedado prendado. El intenso toma y daca terminaba con chico y chica en la misma casa, aunque nunca les veíamos compartir cama. Había un salto temporal, fundido a negro mediante, desde el beso robado de la noche al despertar resacoso de la mañana. Y las decisiones que acababan ahí, tomadas todas por instinto, derivaban en un epílogo brutal en el que ella saltaba desde una azotea al vacío madrileño.

En 'Victoria', la ambiciosa película de Sebastian Schipper rodada en una sola toma, el fundido a negro no entra en la ecuación. Cada acción tiene su consecuencia; en la pantalla y en los personajes. Y cualquiera de las decisiones que se toman tienen implicaciones mucho más inmediatas en tanto que suceden en tiempo real. No hay respiro fuera del plano y si existe un descanso para los personajes es irreal porque no está en la pared iluminada; lo creamos nosotros al parpadear.

Victoria sigue los paseos berlineses, también a altas horas de la madrugada, de Sonne (Frederick Lau) y Victoria (Laia Costa), un chico alemán y una chica española que se conocen en una discoteca. Él está con unos amigos. Ella sólo habla un inglés muy básico y en apenas unas horas tiene que abrir la cafetería en la que trabaja. Está sola, pero se deja llevar por sus nuevos compañeros de juerga porque tiene ganas de pasárselo bien. Está en un país que no es el suyo. Ante la soledad del estar lejos de casa, cualquier atención es bienvenida.


El (evidentemente) exhaustivo seguimiento de la cámara operada por Sturla Brandth Grøvlen captura todas las limitaciones en el encuentro entre personajes. La barrera del lenguaje y los saltos socioeconómicos entre Sonne y Victoria actúan como evidencias de una Europa de Schengen en la que confluyen juventudes muy dispares.

La escena del piano, sin duda la mejor del filme, deja marca en el rostro de Sonne, que ve lo que le distancia de Victoria —su habilidad con las teclas constata que vienen de clases sociales muy diferentes— y lo que les iguala—ella está cobrando cuatro euros por hora tras abandonar una península de decepciones y él es un bala perdida que pasea Berlín con amigos que acaban de salir de la cárcel.

Son esas coyunturas que se acumulan y ponen peso sobre los protagonistas. Y al ser 'Victoria' un todo continuado, el desgaste es visible y sentido. Porque conforme los personajes toman decisiones, sus líneas argumentales derivan en resultados cada vez más catastróficos. La gasolina del plano secuencia se quema y la juventud de la que gozaban en esa discoteca inicial se escapa.

Sonne, Victoria y el resto corren, malgastan, festejan y, finalmente, enfrentan la pendiente. El precipicio, tal y como en 'Stockholm', es un vacío que llega de forma inesperada —para los personajes. Porque para los espectadores, para quienes el epílogo de 'Stockholm' se sentía como un cliffhanger precipitado, la caída en 'Victoria' es previsible; es un final coherente. Y el hecho de que la hostia del finiquito sea tan contundente confirma que la ambición de rodarlo todo de una tacada es un logro absoluto de Schipper, de Brandth Grøvlen y de todos los actores involucrados.

#NoOscarFest: 'El club', de Pablo Larraín

- 26/04/16 3 Comentarios

Este artículo está escrito por Carlos Cañas, redactor de Cinéfagos.es

Al inicio de la película 'El club', en la oscuridad del fondo negro mate se escribe, en letra blanca, un extracto del Génesis que marcará la esencia y tono de toda la obra: "Y vio Dios que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas". Y por eso, 'El club' nace en el alba y se moverá en la frontera entre el día y la noche de una pequeña localidad costera llamada La Boca. Surca así el filme las primeras luces matinales, los cielos nublados y los anocheceres. La luz y la sombra son aprisionadas tras una sucia patina azulada fruto de la combinación del digital con viejas lentes anamórficas rusas, lo que otorga al filme un aspecto brumoso donde lo único que destaca frente al inmenso mar es una casita de color amarillo pálido donde el director chileno, Pablo Larrain, encierra la verdadera penumbra.

El "club" al que no se le refiere así en ningún momento, dice ser, o ello cree el resto del pueblo, un lugar de retiro espiritual para antiguos curas; y debe ser, o ello dice la teoría, un centro de penitencia para eclesiásticos pecadores. Pero la realidad es que el "club", lejos de ser un centro de penitencia, es una penitenciaría donde la iglesia católica oculta sus crímenes y a sus criminales: abuso sexual infantil, complicidad con las sangrientas fechorías de la dictadura militar, alcoholismo o tráfico de bebés. Cuatro curas y una monja, llenos de claroscuros, simbolizan todos estos pecados y los entierran con individualismo, justificaciones, mentiras, reality shows de televisión y unas lucrativas carreras de galgos. Eso sí, como si de una clausura monástica se tratase, por la mañana se levantan y oran, toman desayuno, celebran misa, almuerzan, cantan, rezan el rosario y cenan. Su religión minutada nunca falta.

La plácida existencia de este limbo se verá turbada con la llegada de un quinto cura, otro criminal que dice no ser como los otros (el tan traído "¡soy inocente!"). Tras él, llegarán los ángeles. El primero de ellos, hijo del futuro que quiere a la iglesia católica, es un ángel negro de espesa cabellera y barba. Un "ex-niño" del quinto cura. Una víctima. Su venida hará que el quinto cura, preso ante todo de sus remordimientos, se quite la vida como método de huida. Pero tras ello, y una vez despachada la rápida y fútil investigación policial (hecho que habla por sí solo), llegará un ángel blanco, de fina cabellera y barba. Un hijo del futuro. Un director espiritual. Un psicólogo profesional con estudios en España y en Ginebra. Un hombre de buen vestir y olor del que dice la Curia estar "muy preparado" y ser "muy hermoso".

Cuatro curas y una monja, llenos de claroscuros, simbolizan todos estos pecados y los entierran con individualismo, justificaciones, mentiras, reality shows de televisión y unas lucrativas carreras de galgos. Eso sí, como si de una clausura monástica se tratase, por la mañana se levantan y oran, toman desayuno, celebran misa, almuerzan, cantan, rezan el rosario y cenan. Su religión minutada nunca falta.


'El club', Oso de Plata al Gran Premio del Jurado de la Berlinale 2015, es una película más de director y actores que de guión. Es una película que busca reflejar la esencia de los pecados y pecadores de la Iglesia Católica y en la que importa más lo que se siente que lo que se cuenta. Su libreto fue escrito sobre la marcha (quizá por ello sea su apartado más mejorable), pero su dirección y actuaciones son firmes y claras. De ahí su simbología. De ahí su música. De ahí su tono, presente en un limbo entre la tragedia y el humor negro. De ahí su penumbra visual, tanto a nivel de estética como a nivel de planos: generales alejados y difusos y primeros que aíslan a los monstruos que miran a cámara. De ahí sus actuaciones, donde todo el elenco actoral construye personajes grisáceos, inquietantes y sugerentes que intentan opacar sus luces y sombras. Y de ahí su montaje casi azaroso, que otorga fluidez al conjunto y lo cohesiona: los pecados de unos se extienden a otros mediante el cambio de planos.

Y con ese ángel blanco —o castaño encanecido, según va el espectador conociéndole mejor—, El club muestra el cáncer que poco a poco carcome una institución que siempre trata de refugiarse en la luz de la santidad mientras cierra las cortinas a la oscuridad de la noche, temerosa de ver su verdadero reflejo. Y esto, lejos de ser una metáfora, ocurre en el filme cuando la nocturnidad muestra a los personajes en su perfil más descarnado, de ahí que el clímax de El club tenga lugar en la noche. Es una escena que además deriva en una nueva víctima a raíz de los protagonistas: ese ángel negro que aborrece la iglesia pero que se ve atraído y subyugado por ella. Un cordero de Dios. El Agnus Dei. Víctima ofrecida en sacrificio por los pecados.

Y una vez ese Agnus Dei, representación directa de Jesucristo como Salvador y Juez según el libro del Apocalipsis, acaba reunido con el resto de penitentes, es el ángel blanco el que marcha, pues da por finiquitada su misión con el "club". Y el silencio se hace. La oscuridad es total. El "club" deja de ser una penitenciaría y se convierte en  lo que siempre debió haber sido: un centro de penitencia. Aunque nosotros no lo veremos y los crímenes seguirán impunes.

Estos son los 9 miembros del jurado del Festival de Cannes

- 25/04/16 2 Comentarios

Ya se conocen los nombres que acompañarán a George Miller en el jurado de la próxima edición del Festival de Cannes. Los actores serán mayoría en un grupo de personalidades que reunirá a uno de los grandes triunfadores de la pasada edición (László Nemes), a un ganador del premio al Mejor Actor en el certamen francés como Mads Mikkelsen o a un veteranísimo actor de Hollywood como Donald Sutherland. Estos son los 9 elegidos:

George MILLER (Director, productor y guionista)
Arnaud DESPLECHIN (Director y guionista)
Kirsten DUNST (Actriz)
Valeria GOLINO (Actriz)
Mads MIKKELSEN (Actor)
László NEMES (Director y guionista)
Vanessa PARADIS (Actriz)
Katayoon SHAHABI (Productor)
Donald SUTHERLAND (Actor)

La 69ª edición del Festival de Cannes arranca el 11 de mayo y se prolongará hasta el día 22.

#NoOscarFest: 'Grandma', de Paul Weitz

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'Grandma' ha sido una de las grandes olvidadas no sólo de los Oscar sino de la temporada de premios en general. Los escasos reconocimientos obtenidos por la película dirigida por Paul Weitz se han centrado principalmente en la labor de su protagonista: Lily Tomlin. Aunque no cabe duda de que la veterana actriz se adueña de la función, la película es mucho más que ese estupendo trabajo interpretativo que perfectamente podría haber sido recompensado con una nominación al Oscar en la categoría de Mejor Actriz.

'Grandma' es una propuesta aparentemente sencilla que, disfrazada de (mini) road-movie y a través de  una buena dosis de humor, se permite (en menos de 80 minutos) abordar asuntos tan diversos como la vejez, el paso de la adolescencia a la madurez, las relaciones familiares, la homosexualidad o incluso los problemas del sistema sanitario norteamericano. Este proyecto de marcado carácter feminista es también un certero retrato de tres generaciones distintas de mujeres (abuela, madre e hija). Paul Weitz maneja a la perfección el difícil equilibrio entre el drama familiar, la comedia un poco pasada de rosca e incluso el cine romántico. Y todo esto lo consigue desbordando encanto, sensibilidad y naturalidad, tres cualidades que provienen en gran medida del trabajo de un reparto en estado de gracia.

Lily Tomlin es Elle, una anciana sin pelos en la lengua y de vuelta de todo que tiene que ayudar a su nieta (una encantadora Julia Garner) a conseguir el dinero suficiente para practicarse un aborto a espaldas de su madre (divertidísima Marcia Gay Harden). Por el camino se encontrarán con un puñado de personajes singulares interpretados por un plantel de secundarios de lujo como Laverne CoxElizabeth Peña (fallecida poco después de rodar la película), un carismático Sam Elliott y una gran actriz frecuentemente desaprovechada como Judy Greer.

Tomlin brilla en un papel hecho a su medida. Weitz, que ya había trabajado previamente con la veterana actriz en su anterior película, escribió el guión con ella en mente. La que fuera musa de Robert Altman consigue reflejar a la perfección la doble vertiente de Elle: dura y cortante por fuera, pero tierna y vulnerable por dentro. La simbiosis entre la actriz y el personaje es absoluta. Lily y Elle se confunden hasta el punto que la ropa que viste la anciana y el viejo Dodge que conduce pertenecen en realidad a la actriz.


Por su condición de road-movie protagonizada por una anciana con malas pulgas, 'Grandma' puede recordar a títulos como 'Nebraska' o 'A propósito de Schmidt'. Pero tal vez la película con la que guarda más semejanza sea otra joya (menos evidente) del cine independiente: 'Retrato de April (Pieces of April)' (2003). La comparación entre ambas películas cobra más fuerza si tenemos en cuenta que el director de 'Retrato de April' tiene un pasado en común con Paul Weitz. Aquella película, bastante olvidada hoy en día pese a su candidatura al Oscar a la Mejor Actriz Secundaria (Patricia Clarkson), estaba escrita y dirigida por Peter Hedges. Hedges y Weitz, junto al hermano del segundo, trabajaron juntos en el guión de 'Un niño grande'.

Sin duda estamos ante la película más redonda de Paul Weitz desde que se separó de su hermano Chis (justo después de tocar techo con la nominación al Oscar por 'Un niño grande'). Mientras que Chris fue mucho más ambicioso ('La brújula dorada''La saga Crepúsculo: Luna nueva'), Paul optó por seguir desarrollando proyectos más personales ('Algo más que un jefe (In Good Company)''American Dreamz: Salto a la fama') aunque también ha realizado alguna concesión a Hollywood ('Ahora los padres son ellos''El circo de los extraños'). En 'Grandma', Weitz se reencuentra con la mejor versión de sí mismo dentro de ese tono ligero con un punto excéntrico (un trabajo similar al que ha desempeñado recientemente como guionista y director en varios capítulos de la serie 'Mozart in the Jungle', de la que es co-creador).

'Grandma' es una gran muestra de lo que se puede llegar a hacer con una planteamiento simple y un presupuesto reducido. Una película que se cimenta en nada más (y nada menos) que unos diálogos bien escritos y un puñado de buenos actores. En definitiva, 'Grandma' es un buen ejemplo del mejor cine independiente americano.

#NoOscarFest: 'La visita', de M. Night Shyamalan

- 23/04/16 4 Comentarios

Si afirmáramos que los 16 títulos que conforman la primera edición del #NoOscarFest son películas aclamadas por la crítica, estaríamos faltando a la verdad. Así sucede en la gran mayoría de los casos pero no en el que nos ocupa hoy. 'La visita' está lejos de ser un éxito de crítica y, sin embargo, ha sido la película mejor recibida de M. Night Shyamalan en muchísimo tiempo. Habría que remontarse hasta 'Señales' (2002) para encontrar un film del director indio que hubiera tenido unas críticas tan favorables como 'La visita'.

Desde que el tremendo éxito de 'El sexto sentido' le pusiera en el mapa, Shyamalan fue perdiendo el favor de la crítica de forma progresiva. Películas que ahora son de culto como 'El protegido', 'Señales' o 'El bosque' fueron recibidas con excesiva frialdad en su momento (especialmente en el último caso). Pero fue 'La joven del agua' la que marcó un antes y un después: desde ese momento, todas las películas de Shyamalan serían masacradas indiscriminadamente. Las esperanzas de que el cineasta nominado a dos Oscars y ganador de cuatro Razzies (dos como director, uno como guionista y otro como actor secundario) volviera al buen camino eran cada vez más reducidas... pero entonces llegó 'La visita'.

Apartándose de la pomposidad de sus últimas películas ('Airbender, el último guerrero' y 'After Earth'), Shyamalan se planteó 'La visita' como una oportunidad para volver al terreno en el que ha demostrado sobradamente ser un experto: el cine de terror. El planteamiento es muy sencillo: una pareja de hermanos (Olivia DeJonge y Ed Oxenbould) van a pasar unos días a la casa de sus abuelos (Deanna Dunagan y Peter McRobbie). Los niños, que jamás han visto a los ancianos puesto que no se hablan con su madre (Kathryn Hahn) desde hace años, muy pronto se darán cuenta de que sus anfitriones están muy lejos de ser unas personas normales. Mientras que la anciana se comporta de forma extraña por las noches (se desnuda, corre como una loca y se golpea contra las paredes), el abuelo ataca a un extraño por la calle y colecciona pañales usados.

'La visita' es esencialmente un film de terror cuya principal intención es hacer que el espectador salte de su butaca pero el humor se adueña de la función hasta el punto de que la película podría ser considerada una comedia (de un modo similar a lo que ocurría en 'Señales'). Los momentos cómicos recaen principalmente en el personaje de Tyler (AKA T-Diamond Stylus), rapero aficionado que decide emplear nombres de cantantes famosas (Beyonce, Shakira, Katy Perry) en lugar de palabras malsonantes, provocando algunas de las situaciones más hilarantes de la cinta. Pero el drama también está presente en la película y por partida doble: por un lado están los niños afrontando el trauma del padre ausente y por el otro el conflicto entre la hija y sus padres. La película incluso funciona como una parodia del cine documental más lacrimógeno al reírse de forma evidente de algunos de los recursos más habituales del género.


'La visita' es una ilustre incorporación a la lista de películas etiquetadas bajo el estilo "found footage", un subgénero explotado hasta la saciedad en el cine de terror y ciencia-ficción que sólo muy de vez en cuando nos deja algún título destacado ('REC', 'Chronicle', 'Monstruoso'). De hecho, el productor de 'La visita' no es otro que Jason Blum, que se ha hecho de oro con la saga 'Paranormal Activity'. Shyamalan imparte un auténtico clínic sobre un estilo que no le era del todo desconocido, puesto que el realizador ya había usado de forma magistral el "found footage" en algunas de sus anteriores películas. En 'El sexto sentido', Cole (Haley Joel Osment) encontraba una cinta que mostraba la terrible verdad que se escondía detrás de la muerte de una niña; y en 'Señales', era una grabación casera emitida en un informativo lo que nos permitía ver por primera vez a los alienígenas.

Ninguna otra obra de Shyamalan se asemeja más a 'La visita' que 'Señales'. Como ocurría en la película protagonizada por Mel Gibson, las particularidades de los niños acaban teniendo una importancia vital en el desenlace de la película. Si en aquella teníamos el asma de Morgan (Rory Culkin) y la afición por coleccionar vasos de agua de Bo (Abigail Breslin), en el film que nos ocupa tenemos la obsesión de Tyler con la higiene y la imposibilidad de mirarse al espejo de Becca. Por si esto fuera poco, también hay un trauma deportivo: del mismo modo que Merrill (Joaquin Phoenix) rememoraba su pasado como jugador de béisbol golpeando a un alienígena con un bate en 'Señales', Tyler usa su experiencia como jugador de fútbol americano en un momento crucial de 'La visita'.

En 'La visita', Shyamalan se reivindica como un gran director de actores. Su buena mano con los niños queda demostrada una vez con más con los trabajos de Ed Oxenbould y Olivia De Jonge (flaco favor les hace el doblaje español). Pero los dueños de la función son esa pareja de inquietantes ancianos formada por Peter Mc Robbie (actor con amplia trayectoria televisiva al que recientemente se le ha podido ver en 'Daredevil') y, especialmente, Deanna Dunagan (ganadora del Tony por 'Agosto'). El trabajo de Dunagan ya fue destacado en su momento en este blog como una de las cinco grandes interpretaciones del año que tenían todas las papeletas para ser ignoradas en la temporada de premios (en aquel post también hablábamos de Olivia Cooke en 'Yo, él y Raquel', otro trabajo del que también podemos disfrutar en el #NoOscarFest).

En definitiva, esta es la pelicula que nos ha devuelto a un director al que muchos habíamos echado de menos. Tal vez 'La visita' no esté entre lo mejor de su filmografía, pero al menos aquí encontramos a un Shyamalan 100% reconocible tanto en su habilidad para generar tensión, como en ese humor un tanto marciano y en esa capacidad para crear momentos cinematográficos realmente potentes (como ese emocionante reencuentro bajo la lluvia). Además, Shyamalan también recupera en 'La visita' una de sus señas de identidad: la sorpresa final. Un giro de guión que en este caso puede resultar obvio para muchos de los espectadores pero que no por ello deja de ser tremendamente divertido. ¡Este es el Shyamalan que nos gusta, Shakira!

#NoOscarFest: 'Yo, él y Raquel', de Alfonso Gómez-Rejón

- 21/04/16 6 Comentarios

Este artículo está escrito por Francesc Miró, redactor de Cinéfagos.es

¿Cuándo fue la última vez que te emocionaste en una película? No me refiero al "ay, qué bonita", no. Me refiero a sentir ese algo en el pecho que aprieta más de la cuenta, a tener que controlar tu lagrimal no sea cosa que te deje en mal lugar. Me refiero a esa sensación que te provocan películas que conectan contigo y te dejan con el corazón en la mano. La conexión, esa es la maldita clave.

Aunque esta sarta de memeces que acabo de soltar puedan parecer eso, chorradas, a veces uno se descubre así, tonto ante una obra que ha conectado con él. Confieso que si una película empieza con una escena en stop-motion en la que el protagonista imagina que "el mejor de los tiempos" sería verse delante de una barra libre de comida vietnamita que sirve una chica de Pussy Riot mientras toca el arpa, me tiene medio convencido desde el minuto uno. Pero si el minuto dos es una descripción del "peor de los tiempos" consistente en un tío siendo torturado por profesionales mientras cuelga maniatado sobre una piscina de ácido infestada de cocodrilos más cabreados de lo normal (por lo del ácido, claro), que además sufre por no poder evitar oler tuberías que sueltan aire que huele a leche podrida derramada, cosa que también cabrea a los torturadores mientras le golpean… entonces ya, mira, me ha desarmado completamente. Y lleva dos minutos y diecinueve segundos contando los créditos iniciales. Eso es 'Yo, él y Raquel' de Alfonso Gómez-Rejón: una locura que desarma.

Y se esfuerza en hacerlo hasta para el que mejor defensa quiera plantar: aquél que se postra sobre su inconmensurable conocimiento cinéfilo para repetir en cada crítica que todo le suena a déjà vu porque él se ha visto todas las películas de Feuillade y ha comprendido en qué consiste el cine de Godard. A él: 'Yo, él y Raquel' lo mira por encima del hombro con una sonrisa sarcástica. Puesto que 'Yo, él y Raquel' cuenta la historia de dos jóvenes de último año de instituto cuya afición es rodar películas amateur dándole una vuelta irónica (y loca) a los títulos de las películas clásicas que les gustan. Y la película, que ya era desde el minuto dos  algo realmente divertido, se va revelando como un juego para freaks cuyas jugadas cuestan de pillar.


Alfonso Gómez-Rejón nos ha brindado, sin comerlo ni beberlo, un encantador juego metacinéfilo. 'Yo, él y Raquel' es un juguete de piezas de referentes y referencias sin fin al que no sobra ni un solo guiño. Aquí podéis ver a unos tipos que hicieron reunieron los mejores, porque todos daría para un libro: desde detalles insignificantes en la puesta en escena, hasta bromas de vestuario, pasando por juegos con una genial banda sonora (como refleja excelentemente Shipra Harbola en un artículo para Indiewire). Pero, por si todo lo mencionado anteriormente no fuese suficiente, resulta que Gómez-Rejón no se conforma con dejar sin defensa a los más avezados. Con delicadeza y extremo cuidado de no pasarse con el azúcar, hace que todo esto gire en torno a la emoción: a una historia de sensible amistad, alejada (para bien) de los dejes de la última oleada de películas "young adult".

Una escena, cuya síntesis (no es baladí) es un "found footage" en un hospital, reduce todo a puro sentimiento. ¿Qué es el cine sino eso?. 'Yo, él y Raquel' extrae oro de cada segundo: convierte a dos amigos, una pantalla, un proyector y una película en una de las escenas más desprejuiciadamente bellas que servidor ha visto en tiempo. Una expresión pura de amor al cine, o simplemente de amor, que termina por hacerte preso de tus emociones. Algo así como hacer que ardan como lo harían en manos de Amrish Puri (el villano de 'Indiana Jones y el templo maldito') arrancando un corazón del pecho de un pobre desgraciado mientras grita "Kalimaaa!!"

La última vez que me emocioné tanto, fue escuchando la voz de Scarlett Johansson susurrarle a Joaquin Phoenix que su historia de amor es como las páginas de un libro pero que la vida era eso que está entre las páginas y va mucho más allá de su libro. “Es en este espacio infinito entre las palabras donde me estoy encontrando a mí misma. Es un lugar que no existe en el plano físico. Es donde está todo lo demás que ni siquiera sabía que existía”, decía en 'Her' (Spike Jonze, 2013). Justo entre las páginas de un libro, tampoco es baladí, se descubre el giro final de 'Yo, él y Raquel'.

Pero antes de dejarnos llevar por la lágrima, también podemor reír. Y bien a gusto.

Michael Keaton impulsa McDonalds en el primer trailer de 'The Founder'

- 3 Comentarios

Michael Keaton está decidido a aprovechar hasta el final el espectacular 'comeback' que empezó el año pasado con 'Birdman' y que ha confirmado este año con 'Spotlight'. ¿Puede convertirse 'The Founder' en la tercera ganadora del Oscar a la Mejor Película protagonizada por el Batman de Tim Burton? La historia, desde luego, es de prometedora. Un empresario se hace con una hamburguesería que se acaba convirtiendo en el imperio que hoy conocemos como McDonalds. Más que una historia de superación, quien ha leído el guion dice que se parece más a un retrato en la línea de 'La red social' que a la consecución del sueño americano.  Ahora está por ver qué hace con ella John Lee Hancock, el responsable de dramas descafeinados y de irregulares resultados como 'The Blind Side' y 'Al encuentro de Mister Banks'.

Keaton interpretará en la ficción a Ray Kroc, un vendedor de Illinois que en los años cincuenta se cruzó en el camino de Maurice 'Mac' y Richard 'Dick' McDonald, una pareja que regentaba una hamburguesería abierta en los 40 bajo el nombre de Bar-BQ McDonald. Kroc quedó impresionado por el veloz sistema implantado por los hermanos para hacer la comida y vio el potencial de la franquicia. El resultado es historia.

'The Founder' se iba a estrenar en Estados Unidos en noviembre, pero The Weinstein Company ha adelantado su lanzamiento a agosto. ¿Malas noticias?

 


Trailer de 'La chica del tren', ¿la 'nueva Perdida'?

- 20/04/16 13 Comentarios

Tate Taylor se pasa al thriller. El director de 'Criadas y señoras' es el responsable de la adaptación al cine de 'La chica del tren', una novela de intriga de la autora británica Paula Hawkins publicada en 2015 que supo aprovechar el hambre de thrillers que había dejado el fenómeno de 'Perdida', de Gillian Flynn.

La protagonista de este esperado proyecto es Emily Blunt, una mujer devastada por su reciente divorcio que dedica cada mañana a fantasear sobre la vida de una pareja aparentemente perfecta que vive en una casa por la que su tren pasa cada día. Pero una mañana Rachel ve algo que lo cambia todo y se ve involucrada en el misterio que ella misma revela. Rebecca Ferguson, Haley Bennett, Luke Evans, Edgar Ramirez, Justin Theroux, Allison Janney, Lisa Kudrow y Laura Prepon forman el ecléctico reparto de un thriller que llegará a los cines el próximo 21 de octubre.

#NoOscarFest: 'Lejos del mundanal ruido', de Thomas Vinterberg

- 19/04/16 1 Comentario

Este artículo está escrito por Alberto Corona, redactor de Cinéfagos.es

'Lejos del mundanal ruido', película participante en el #NoOscarFest, es una nueva adaptación al cine de la novela de Thomas Hardy publicada en 1874. Teniendo en cuenta que otra de sus adaptaciones más conocidas es la superproducción que en 1967 protagonizaron Julie Christie y Terence Stamp, resulta tentador tejer ciertas comparaciones en torno a ambas películas. No tanto por la mera intención de comparar los resultados artísticos y escoger una ganadora, sino por el interesante paralelismo, de carácter inverso, que podemos establecer entre ambas.

Tanto John Schlesinger como Thomas Vinterberg, que dirige la versión de 2015, son cineastas de carreras enormemente interesantes, pero de las que pocas características en común, inicialmente, podríamos extraer. No obstante, sus respectivas interpretaciones de este drama de época suponen una rara avis dentro de cada filmografía, así como una suerte de prueba de fuego a la que someter su visión cinematográfica. Mientras que Schlesinger rodó su adaptación justo antes de pasar a películas tan urbanitas y deprimentes como 'Cowboy de medianoche' o la extraordinaria 'Marathon Man', Vinterberg ha hecho lo propio luego de una trayectoria agresiva, impactante y llamada a romper moldes, iniciada nada menos que con la primera película adscrita al Dogma 95: 'Celebración' (de hecho, Vinterberg es fundador, junto a Lars von Trier, de tan efímero movimiento). 'La caza', estrenada en 2012 y protagonizada por Mads Mikkelsen, supuso una nueva oportunidad, de estupendos resultados, para que el cineasta danés volviera alzarse como uno de los que mejor saben lidiar con la incomodidad y el mal rollo.  Poco después, tomaría las riendas de 'Lejos del mundanal ruido'.

Así, ambas versiones de la novela de Thomas Hardy surgen en encrucijadas artísticas, de la mano de directores inquietos que se preguntan qué camino han de tomar a continuación. En el caso concreto de Vinterberg, su particular aproximación a las aventuras de Batsheba Everdene acaba saldándose con un filme extraño que tan pronto coquetea con el clasicismo más preciosista (e insoslayable en un argumento con semejantes características), como adopta el tono macabro y perturbador de un cineasta que no se ha vuelto tan dócil, o comercial, como podría parecer en un principio.

La realización de Vinterberg, por tanto, se configura como un sorprendente dechado de técnicas contrapuestas, utilizando por ejemplo una brusca cámara al hombro con el objetivo de subrayar la íntima angustia de los personajes, para a continuación recrearse en espectaculares e idílicas panorámicas de la campiña inglesa. Por otra parte, la exquisita banda sonora de Craig Armstrong, omnipresente a lo largo del filme, parece inclinar por momentos la balanza del lado más academicista e impersonal, y la personalidad de Vinterberg se ve obligada entonces a depositar su atención sobre los personajes para seguir respirando.


David Nicholls se ocupa del libreto de 'Lejos del mundanal ruido', y firma de este modo una adaptación atípica, en sintonía con la bipolar realización de Vinterberg, y que sorprende desde el momento en que reparamos que esta versión dura una hora menos que la película de John Schlesinger. Además de por los presumibles tijeretazos, esto se debe al modo tan particular en que están construidos tanto los personajes como los diálogos y así, el filme tiene como protagonista absoluta a Batsheba Everdene, una joven resuelta pero llena de dudas y fragilidades, mientras que sus distintos pretendientes están definidos a gruesas y arquetípicas pinceladas, sin otra motivación que vagar a su alrededor esperando el momento en que su amada les conceda un poco de su preciada atención. Sus interacciones, en este sentido, se componen de secas y tajantes réplicas, caprichosas elipsis, y una general sensación de desorden que algunos calificarían como propia de un filme con nula intuición dramática.

Puede que, en efecto, 'Lejos del mundanal ruido' carezca de la habilidad de otras superproducciones de características similares (como 'Lo que el viento se llevó', sin ir más lejos) para convencernos de que la historia que nos cuenta es más grande que la vida, y para acabar enterneciéndonos, pero es que Vinterberg tampoco pretende nada parecido. Su propuesta, estrafalaria, inclasificable, recurre a los ingredientes del melodrama más convencional para a partir de ellos construir algo radicalmente nuevo, y proporcionar un visionado lleno de sobresaltos, violencia estética y soluciones formales imprevistas que consiguen camuflar con éxito lo enormemente previsible que es la trama en sí. Y el danés, en efecto, se las apaña para que lo más memorable del conjunto sean imágenes tan macabras y expresionistas como un rebaño de ovejas suicidándose parsimoniosamente por un acantilado, o un militar acomplejado intimidando a su amada con sus habilidades en el combate; todo ello sin dejarnos de maravillar con la belleza más accesible y directa de los pictóricos paisajes, del romance troncal o de, por qué no, el angelical rostro de Carey Mulligan, tan vulnerable como indómito.

Esta última supone por cierto otro de los grandes aciertos del filme de Vinterberg, junto con la mayoría del reparto. A este respecto, y si bien Tom Sturridge resulta excesivo y totalmente fuera de tono como el impetuoso Frank Troy, tanto Michael Sheen como Matthias Schonaerts están espléndidos en sus papeles de pretendientes taciturnos y pacientes, destacando sobre todo al último por su contención y carismática presencia. Gracias a estos intérpretes, 'Lejos del mundanal ruido' se permite finalmente emocionarnos un poco casi como daño colateral, como si no hubiera más remedio, y alcanza su culmen, muy convenientemente, en la escena de clausura: unos pocos minutos sencillos, minimalistas, que resuelven pacíficamente el conflicto y carecen de cualquier tipo de grandilocuencia. Vinterberg no la ha necesitado hasta ahora, y es obvio que tampoco la necesitará una vez descubra qué destino le aguarda tras superar su personal encrucijada.

Lista de ganadores de los David di Donatello

- 18/04/16 1 Comentario

- 'Perfetti Sconosciuti' vence en Película y Dirección
- 'El cuento de los cuentos' y 'Lo Chiamavano Jeeg Robot' consiguen 7 premios
- 'La juventud' se impone en las categorías musicales

Mejor Película
Fuocoammare, de Gianfranco Rosi
Non Essere Cattivo, de Claudio Caligari
Perfetti Sconosciuti, de Paolo Genovese
Il Racconto dei Racconti, de Matteo Garrone
Youth - La Giovinezza, de Paolo Sorrentino

Mejor Director
Gianfranco Rosi, Fuocoammare
Claudio Caligari, Non Essere Cattivo
Paolo Genovese, Perfetti Sconosciuti
Matteo Garrone, Il Racconto dei Racconti
Paolo Sorrentino, Youth - La Giovinezza

Mejor Actor Protagonista
Alessandro Borghi, Non Essere Cattivo
Marco Giallini, Perfetti Sconosciuti
Luca Marinelli, Non Essere Cattivo
Valerio Mastandrea, Perfetti Sconosciuti
Claudio Santamaria, Lo Chiamavano Jeeg Robot

Mejor Actriz Protagonista
Àstrid Bergès-Frisbey, Alaska
Juliette Binoche, L'Attesa
Paola Cortellesi, Gli Ultimi Saranno Ultimi
Sabrina Ferilli, Io e Lei
Anna Foglietta, Perfetti Sconosciuti
Valeria Golino, Per Amor Vostro
Ilenia Pastorelli, Lo Chiamavano Jeeg Robot

Mejor Actor Secundario
Giuseppe Battiston, La Felicità è un Sistema Complesso
Fabrizio Bentivoglio, Gli Ultimi Saranno Ultimi
Valerio Binasco, Alaska
Alessandro Borghi, Suburra
Luca Marinelli, Lo Chiamavano Jeeg Robot

Mejor Actriz Secundaria
Sonia Bergamasco, Quo Vado?
Claudia Cardinale, Ultima Fermata
Elisabetta De Vito, Non Essere Cattivo
Piera Degli Esposti, Assolo
Antonia Truppo, Lo Chiamavano Jeeg Robot

Mejor Productor
Gabriele Mainetti para Goon Films, RAI Cinema, Lo Chiamavano Jeeg Robot
21Uno Film, Stemal Entertainment, Istituto Luce-Cinecittà, RAI Cinema, Les Films d'Ici avec ARTE France Cinema, Fuocoammare
P. Bogna, S. Isola y V. Mastandrea para Kimerafilm, RAI Cinema e Taodue Film, Prod.Associado P.O Valsecchi en colaboración con Leone Film Group, Non Essere Cattivo
Archimede, RAI Cinema, Il Racconto dei Racconti
Nicola Giuliano, Francesca Cima y Carlotta Calori para Indigo Film, Youth - La Giovinezza

Mejor Director Novel
Carlo Lavagna, Arianna
Piero Messina, L'Attesa
Adriano Valerio, Banat - Il Viaggio
Gabriele Mainetti, Lo Chiamavano Jeeg Robot
Fabio Bonifacci y Francesco Micciché, Loro Chi?
Alberto Caviglia, Pecore in Erba

Mejor Guión
Nicola Guaglianone y Menotti, Lo Chiamavano Jeeg Robot
Claudio Caligari, Giordano Meacci y Francesca Serafini, Non Essere Cattivo
Filippo Bologna, Paolo Costella, Paolo Genovese, Paola Mammini y Rolando Ravello, Perfetti Sconosciuti
Edoardo Albinati, Ugo Chiti, Matteo Garrone y Massimo Gaudioso, Il Racconto dei Racconti
Paolo Sorrentino, Youth - La Giovinezza

Mejor Montaje
Andrea Maguolo y Federico Conforti, Lo Chiamavano Jeeg Robot
Jacopo Quadri, Fuocoammare
Consuelo Catucci, Perfetti Sconosciuti
Patrizio Marone, Suburra
Cristiano Travaglioli, Youth - La Giovinezza

Mejor Fotografia
Michele D'Attanasio, Lo Chiamavano Jeeg Robot
Maurizio Calvesi, Non Essere Cattivo
Peter Suschitzky, Il Racconto dei Racconti
Paolo Carnera, Suburra
Luca Bigazzi, Youth - La Giovinezza

Melhor Música Original
Michele Braga y Gabriele Mainetti, Lo Chiamavano Jeeg Robot
Ennio Morricone, La Corrispondenza
Paolo Vivaldi y Alessandro Sartini, Non Essere Cattivo
Alexandre Desplat, Il Racconto dei Racconti
David Lang, Youth - La Giovinezza

Mejor Canción Original
"Torta di Noi" por Niccolò Contessa, La Felicità è un Sistema Complesso
"A Cuor Leggero" por Riccardo Sinigallia, Non Essere Cattivo
"Perfetti Sconosciuti" por Bungaro y Cesare Chiodoe y Fiorella Mannoia, Perfetti Sconosciuti
"La Prima Repubblica" por Luca Medici, Quo Vado?
"Simple Song #3" por David Lang y Sumi Jo, Youth - La Giovinezza

Mejor Dirección Artística
Massimiliano Sturiale, Lo Chiamavano Jeeg Robot
Maurizio Sabatini, La Corrispondenza
Giada Calabria, Non Essere Cattivo
Dimitri Capuani y Alessia Anfuso, Il Racconto dei Racconti
Paki Meduri, Suburra
Ludovica Ferrario, Youth - La Giovinezza

Mejor Vestuario
Mary Montalto, Lo Chiamavano Jeeg Robot
Gemma Mascagni, La Corrispondenza
Chiara Ferrantini, Non Essere Cattivo
Massimo Cantini Parrini, Il Racconto dei Racconti
Carlo Poggioli, Youth - La Giovinezza

Mejor Maquillaje
Giulio Pezza, Lo Chiamavano Jeeg Robot
Enrico Iacoponi, La Corrispondenza
Lidia Minì, Non Essere Cattivo
Gino Tamagnini, Valter Casotto, Luigi D'Andrea y Leonardo Cruciano, Il Racconto dei Racconti
Maurizio Silvi, Youth - La Giovinezza

Mejor Peluquería
Angelo Vannella, Lo Chiamavano Jeeg Robot
Elena Gregorini, La Corrispondenza
Sharim Sabatini, Non Essere Cattivo
Francesco Pegoretti, Il Racconto dei Racconti
Aldo Signoretti, Youth - La Giovinezza

Mejor Sonido
Valentino Giannì, Lo Chiamavano Jeeg Robot
Angelo Bonanni, Non Essere Cattivo
Umberto Montesanti, Perfetti Sconosciuti
Maricetta Lombardo, Il Racconto dei Racconti
Emanuele Cecere, Youth - La Giovinezza

Mejores Efectos Digitales
Chromatica, Lo Chiamavano Jeeg Robot
EDI - Effetti Digitali Italiani, Game Therapy
Makinarium, Il Racconto dei Racconti
Visualogie, Suburra
Peerless, Youth - La Giovinezza

Mejor Documental
I Bambini Sanno, de Walter Veltroni
Harry's Bar, de Carlotta Cerquetti
Louisiana (The Other Side), de Roberto Minervini
Revelstoke, Un Bacio nel Vento, de Nicola Moruzzi
S is for Stanley - Trentanni Dietro al Volante per Stanley Kubrick, de Alex Infascelli

Mejor Película Europea
45 Years, de Andrew Haigh (Reino Unido)
The Danish Girl, de Tom Hooper (Reino Unido)
A Perfect Day, de Fernando León de Aranoa (España)
Saul Fia, de László Nemes (Hungria)
Le Tout Nouveau Testament, de Jaco van Dormael (Bélgica)

Mejor Película Extranjera
Bridge of Spies, de Steven Spielberg (USA)
Carol, de Todd Haynes (USA)
Inside Out, de Pete Docter y Ronnie Del Carmen (USA)
Remember, de Atom Egoyan (Canadá)
Spotlight, de Tom McCarthy (USA)

David Giovani (votado por un Jurado Joven)
Alaska, de Claudio Cupellini
La Corrispondenza, de Giuseppe Tornatore
Non Essere Cattivo, de Claudio Caligari
Quo Vado?, de Gennaro Nunziante
Gli Ultimi Saranno Ultimi, de Massimiliano Bruno

Mejor Cortometraje
A Metà Luce 2016, de Anna Gigante
La Ballata dei Senzatetto, de Monica Manganelli
Bellissima, de Alessandro Capitani
Dove l'Acqua con Altra Acqua si Confonde, de Gianluca Mangiasciutti y Massimo Loi
Per Anna, de Andrea Zuliani

#NoOscarFest: 'The Diary of a Teenage Girl', de Marielle Heller

- 17/04/16 No hay comentarios

Este artículo está escrito por Álvaro G. Illarramendi, redactor de Cinéfagos.es

Han sido muchas –y buenas- las películas que, a lo largo de la historia del cine, y en los últimos años con especial intensidad, han abordado las complicaciones y desafíos de la edad adolescente desde una perspectiva realista ('Los juncos salvajes'), melodramática ('Rebelde sin causa' o la reciente 'The Spectacular Now') o crudamente desinhibida ('Ghost World', 'Napoleon Dynamite'). A esta última categoría, que suele centrar su foco de atención en quinceañeros de gustos o costumbres excéntricas, pertenece 'The Diary of a Teenage Girl', una de las revelaciones de la edición 2015 de Sundance que no logró finalmente nominación alguna a los Oscar, pese a la obtención de diversos premios en la conocida «carrera» que los precede (mejor ópera prima en los Independent Spirit Awards; nominación a mejor nuevo director en el Sindicato de Directores (DGA); mejor actriz en los Premios Gotham, etc.).

El olvido "académico"  de esta magnífica ópera prima resulta hasta cierto punto comprensible dada su notable heterodoxia (que, como bien sabemos, no es un rasgo distintivo de las películas mejor situadas en la carrera), pero su singularidad deriva precisamente de una característica fácil de apreciar y admirar: una brutal honestidad  en la aproximación cinematográfica (narrativa y formal) a la iniciación sexual. Sí, hay desde luego más películas recientes que han roto el gran "tabú"  desde una perspectiva principalmente cómica (la americana 'Supersalidos', la francesa 'Les beaux gosses'), pero el  desacomplejado compromiso con el que lo aborda la debutante (y muy prometedora) Marielle Heller se revela insólito. Porque, en efecto, hablamos de un filme con dirección y protagonismo femeninos, un enfoque poco frecuente y enormemente deseable que le confiere mayor importancia y distinción si cabe.

Las andanzas erótico-existenciales de la quinceañera Minnie Goetze, que sueña con ser dibujante de cómics (vocación para la que sus dibujos atestiguan  extraordinario talento) y cuya curiosidad por la vida y el placer supera a los infundados complejos de chica físicamente poco afortunada, articulan un relato que se desarrolla en los ambientes hippies y alternativos del San Francisco de los años 70, estupendamente recreado gracias a una notable atención a los detalles cotidianos. A consecuencia de la relación sexual que entabla con el novio de su madre, Minnie desarrolla un apetito de nuevas experiencias que la transforman en una adolescente insaciable y descontrolada. Este proceso de aprendizaje sexual y progresiva maduración psicológica, narrado en una sincerísima primera persona, se ilustra con los imaginativos dibujos de la protagonista, auténticas obras de arte en su atrevimiento y autenticidad, y no ahorra detalles escatológicos o explícitos que la corrección política habría aconsejado excluir.


La película es procaz, de un lirismo feísta, pero, sobre todo, genuino. Porque el gran mérito de Heller consiste en hacernos sentir como íntimamente real una experiencia que, por muy lejana que sea de la nuestra (y la de Goetze es sin duda extrema), se antoja infinitamente más creíble que la imagen que el cine acostumbra a dar del sexo y, en especial, de nuestros primeros escarceos, torpes, ansiosos o imprevisibles, con él.  Esa mezcla de urgencias e inquietudes que surgen del instinto, pero también del corazón, marcan nuestra entrada en la vida adulta con una magia que no puede ser idealizada, pero sí evocada, por filmes como el que nos ocupa.

Gran parte de la hazaña se le deba atribuir al sobresaliente electo actoral en el que se apoya Heller, liderado por la primeriza y deslumbrante Bel Powley, perfecta en el descaro e impertinencia, pero también conmovedora vitalidad, de una protagonista deseosa de descifrar los códigos secretos del cuerpo y del cariño. Tanto Kristen Wiig, como madre dulce pero descuidada, y Alexander Skarsgård, como amante infiel, cumplen sobradamente y demuestran ser perfectas elecciones de casting.

La película de Heller, que guarda interesante parentesco con la descacharrante 'The To Do List' (algo así como su reverso completamente cómico, aún inédito en España), entona un hermoso alegato, libre de cualquier moralismo,  a favor de la emancipación personal para explorar, disfrutar y comprender la vida. Perjudicada por una repentina tendencia a desacreditar lo indie, 'The Diary of a Teenage Girl' perdurará sin embargo como uno de sus mejores exponentes en los últimos años.

#NoOscarFest: 'Tangerine', de Sean Baker

- 15/04/16 No hay comentarios

Los 2000 han sido una década complicada para el cine independiente norteamericano. La masificación de Sundance, el rechazo de los grandes estudios hacia el cine adulto y el intrusismo de las estrellas - hambrientas de grandes papeles y embaucadas por Harvey Weinstein- han hecho que la línea que separaba claramente los muros de Hollywood de la comunidad independiente cada vez sea más difusas.

‘Tangerine’ coge un rotulador permanente y de colores para volver a dibujar con firmeza esa barrera. Huye de lo ‘mainstream’ para firmar un ejercicio arrebatador que, irónicamente, conquista a cualquiera que se atreva a enfrentar a ella. Esta suerte de vuelta de tuerca transgénero a ‘¡Jo, qué noche!’ es un ejercicio de cine de guerrilla que desafía las normas preestablecidas y que haría las delicias del primer Almodóvar, ese que huía del preciosismo para adentrarse en el Madrid más salvaje y callejero para enseñar qué ocurría al otro lado. Aquí tenemos prostitutas, transexuales, proxenetas y taxistas armenios que nos muestran qué pasa en la ciudad de Los Angeles cuando se apagan los focos de Hollywood.

Transcurre durante las fiestas navideñas y su protagonista tiene nombre de princesa, pero la última película de Sean Baker está muy lejos de ser un cuento de hadas. Sin-Dee Rella (Ceni Cienta sería la traducción pertinente en castellano) es una prostituta transexual que acaba de salir de prisión en pleno día de Nochebuena. Nada más recuperar la libertad, se entera a través de su mejor amiga que su novio ha aprovechado su ausencia para engañarla. Es entonces cuando Sin-Dee empieza un arrebatador viaje por la ciudad de Los Angeles para descubrir la verdad.


La comunidad que se indignó al descubrir que el personaje central de ‘La chica danesa’ sería interpretado por un actor cisgénero tiene aquí un motivo de celebración. ‘Tangerine’ descubre al mundo los desarmantes talentos de Kitana Kiki Rodriguez Mya Taylor, dos actrices que aportan una verdad y una naturalidad que no podría aportar ni siquiera un actor tan talentoso como Eddie Redmayne. Ellas son las caras visibles de un universo de personajes que van de lo patético a lo hilarante, pero siempre auténticos.

Ni siquiera hace falta hablar de cómo se sacó adelante un proyecto imposible que sólo contaba con 100.000 dólares de presupuesto, tres modelos del iPhone 5S como cámaras y una app al alcance de cualquier usuario de Apple por ocho dólares. Sin embargo, el cómo nunca se apodera del qué. Sin la democratización de las tecnologías el milagro de ‘Tangerine’ nunca hubiese sido posible, pero los méritos del filme van mucho más allá. Apunten su nombre. Sean Baker se ha encargado de la dirección, la producción, el guión, la fotografía y la edición de su película. El cine independiente sí era esto.

Cannes 2016: todas las películas que se verán en el festival

- 14/04/16 9 Comentarios

- La 69ª edición del certamen francés tendrá lugar entre el el 11 y el 22 de mayo
- Se han presentado 1869 títulos, 49 han pasado el corte 
- Pedro Almodóvar competirá en Cannes por quinta vez con 'Julieta', Albert Serra también representará a España en una sección paralela 
- Los Dardenne, Cristian Mungiu y Ken Loach aspiran a repetir la Palma de Oro que ganaron en anteriores ediciones 
- George Miller encabeza el Jurado de la Sección Oficial

SECCIÓN OFICIAL 
Sieranevada – Cristi Puiu
I, Daniel Blake – Ken Loach
Rester Vertical– Alain Guiraudie
Ma Loute – Bruno Dumont
Toni Erdmann – Maren Ade
Agassi – Park Chan-Wook
Mal de Pierres – Nicole Garcia
American Honey – Andrea Arnold
Paterson – Jim Jarmusch
Loving – Jeff Nichols
Aquarius– Kleber Mendonca Filho
Julieta – Pedro Almodovar
Personal Shopper – Olivier Assayas
The Unknown Girl – Jean-Pierre y Luc Dardenne
Ma’Rosa – Brillante Mendoza
It’s Only The End Of The World – Xavier Dolan
Bacalaureat – Cristian Mungiu
The Last Face – Sean Penn
The Neon Demon – Nicolas Winding Refn
Elle – Paul Verhoeven
The Salesman - Ashgar Farhadi

Cafe Society – Woody Allen (fuera de concurso)
The BFG – Steven Spielberg (fuera de concurso)
Money Monster – Jodie Foster (fuera de concurso)
The Nice Guys – Shane Black (fuera de concurso)
Gok Sung – Na Hong-Jin (fuera de concurso)

UN CERTAIN REGARD
Varoonegi – Behnam Behzadi
Apprentice – Boo Junfeng
Voir Du Pays – Delphine Coulin y Muriel Coulin
La Danseuse – Stephanie Di Giusto
Clash – Mohamed Diab
La Tortue Rouge – Michael Dubok de Wit
Fuchi Bi Tatsu – Fukada Koji
Omar Shakhsiya – Maha Haj
Me’Ever Laharim Vehagvaot – Eran Kolirin
After The Storm – Kore-Eda Hirokazu
Hymyileva Mies – Juho Kuosmanen
La Large Noche de Francisco Sanctis – Francisco Marquez y Andrea Testa
Caini – Bogdan Mirica
Pericle Il Nero – Stefano Mordini
The Transfiguration – Michael O’Shea
Captain Fantastic – Matt Ross
Uchenik – Kirill Serebrennikov

MIDNIGHT SCREENING
Gimme Danger – Jim Jarmusch
The Train to Busan – Yeon Sang-Ho
A Chad Tragedy – Mahamat-Saleh Aroun
The Death of Louis XIV – Albert Serra
L’Ultima Spiaggia – Thanos Anastopolous y Davide Del Degan

QUINCENA DE REALIZADORES
Sweet Dreams – Marco Bellocchio (Apertura)
Divines – Uda Benyamina
Endless Poetry – Alejandro Jodorowsky
Fiore – Claudio Giovannesi
L’economie du couple – Joachim Lafosse
L’effet aquatique – Solveig Anspach
Like Crazy – Paolo Virzi
Mean Dreams – Nathan Morlando
Mercenaire – Sacha Wolff
My Life as a Courgette – Claude Barras
Neruda – Pablo Larrain
Pyscho Raman – Anurag Kashyap
Risk – Laura Poitras
Tour de France – Rachid Djaidani
Two Lovers and a Bear – Kim Nguyen
Les Vies de Therese – Sebastien Lifshitz,
Wolf and Sheep – Shahrbanoo Sadat
Dog Eat Dog – Paul Schrader (Clausura)

CORTOMETRAJES
Abigail – Isabel Penoni y Valentina Homem
Chasse Royale – Lise Akoka y Romane Gueret
Decorado – Alberto Vázquez
Habat Shel Hakala – Tamar Rudoy
Hitchhiker – Jero Yun
Happy End – Jan Saska
Import – Ena Sendijarevic
Kindil el Bahr – Damien Ounori
Léthé – Dea Kulumbegashvili
Listening to Beethoven – Garri Bardine
Zvir – Miroslav Sikavica

#NoOscarFest: 'Love & Mercy', de Bill Pohlad

- 13/04/16 6 Comentarios

Este artículo está escrito por Eugenio Gallego y fue publicado originalmente en Cinéfagos.es

Hay nombres que no deben caer en el olvido. La historia no suele caracterizarse por su justicia, y el tiempo es un mal aliado que termina por hacer estragos en su propia herencia dinamitando sin compasión algunos legados que deberían resultar imperecederos para cualquier época y lugar. Es en la cultura donde se acumulan el mayor número de olvidos incomprendidos con talentos ignorados o no reconocidos en su justa medida mientras que otros nombres son elevados a unos altares de los que no fueron, ni son, merecedores, pero que en un alarde de ignorancia muy propio de nuestra sociedad nos sirve para calmar nuestras aspiraciones de trascendencia. Tras esta pequeña disertación con tintes de crítica, se esconde un velado homenaje a miles de nombres cuya posición en las páginas del recuerdo debería ser más relevante que aquella a la que se han visto relegados. Uno de esos nombres, grandioso y merecedor de no pocas loas y alabanzas, es el de Brian Wilson.

Brian Douglas Wilson, cantante, compositor, productor, y miembro fundador de los legendarios The Beach Boys, es uno de esos casos en los que la injusticia se ha cebado con la posición que su nombre ocupa en la cultura popular. No pretendo emplear estas líneas para desarrollar una biografía sobre uno de los músicos más influyentes de todos los tiempos, pero sí al menos permitidme que defienda la obra de un artista cuyo trabajo cimentó un sonido que ha permanecido vigente dentro de la cultura de la música pop hasta la actualidad. Su labor, impagable e inolvidable, se vio lastrada por sus problemas de salud mental, hecho que los mismos medios que le encumbraron aprovecharon para sepultarle y lapidar su legado, convirtiendo el nombre de Brian Wilson en un susurro escondido en las páginas de la música pop americana. Una posición injusta para un genio que supo desarrollar su particular talento a través de una serie de composiciones maravillosas que consiguieron evolucionar desde el primigenio rock ´n roll surfero de los primeros discos de la banda que fundó con sus hermanos, al carácter sinfónico y casi elegíaco de esa obra maestra que es Pet Sounds, sin duda uno de los mejores álbumes de todos los tiempos, de obligada escucha para todos aquellos que deseen comprobar hasta dónde pueden llegar los límites de la magia musical en un compendio de temas capaces de hacer de la sencillez la mayor complejidad. Wilson, respetado y amado por la comunidad más melómana, ocupa un lugar en la historia de la música que no le corresponde, alejado de la grandeza de la que su obra le hizo merecedor.

Dicho esto, queda demostrado que mi pasión por Brian Wilson me invitaba a gozar de una cita ineludible con el estreno en la gran pantalla de 'Love & Mercy', título que se centra en una de las épocas más oscuras y a la vez inspiradas del artista en cuestión. Y por mucho que pueda extrañar, os aseguro que pocas veces lo he tenido tan fácil para ser objetivo sin entrar en conflicto con mi mal escondida pasión por el personaje en cuestión. La segunda película del productor Bill Pohlad ('El árbol de la vida', '12 años de esclavitud') es un manual soberbio de cómo afrontar el complicado género del biopic sin caer en los tópicos y los clichés manidos de este tipo de producciones.

'Love & Mercy' es un ejemplo sólido y lleno de calidad que rehúye de lugares comunes como los orígenes del genio o su salto a la fama y la notoriedad. Pohlad respeta tanto la obra de Wilson que da por sentados sus primeros pasos como figura popular y comienza su narración en un punto en el que el innegable talento del autor ya ha quedado demostrado. Pero lo hace con una elegancia mágica que le lleva a entretejer un sólido retrato de la existencia del cantante en el que su vida como joven músico se entremezcla con esa etapa de madurez en la que la cabeza de Wilson ya había decidido el destino del artista y le había relegado a una posición alejada de los escenarios y los estudios de grabación. De este modo, se establece una interconexión entre futuro y pasado del artista que sirve para indagar en las raíces del problema en cuestión sin que en ningún momento la cámara masque la escena para hacerla más digerible y entendible de cara al espectador.

Pohlad consigue de manera asombrosa un relato de carácter hipnótico que, acompañado por la irrepetible música de Brian Wilson, camina con un pie en la fiel recreación de un Paul Dano desatado, y otro en la excavación psicológica de un John Cusack en la cima de su talento. Dos caras para un solo personaje que consiguen el difícil logro de humanizar una figura endiosada para muchos con un trabajo plagado de esos matices que consiguen transportarnos a los rincones más oscuros e interiores de la psique del personaje.

Ambos actores son las cabezas visibles de un reparto que tiene en cada uno de sus nombres un valor asegurado de calidad gracias a un trabajo plagado de implicación y respeto. Un respeto que nace de la mano del propio director, que con su cámara desmenuza cada escena con una precisión quirúrgica capaz de dotar a cada plano del color adecuado para convertirlo en un lienzo sobre el que desarrollar un relato que sabe viajar desde el carácter casi documental de esa impresionante recreación de las sesiones de grabación del mítico Pet Sounds, hasta el intimismo cercano y casi voyeurista de las conversaciones que se entablan entre Brian Wilson y su padre, o Wilson y la arrebatadora Melinda Ledbetter que interpreta con encanto descorazonador una hermosa Elizabeth Banks. Por no hablar de esas explosiones de locura e incertidumbre que corren a cargo del exagerado pero necesario Paul Giamatti en su papel como el terapeuta Eugene Landy.

Todo funciona en 'Love & Mercy'; su fotografía, su soberbia edición de sonido, su guión. Y todo a través de la máxima de que menos es más. Porque hasta en su concepción, la película homenajea a uno de los mayores defensores de la sencillez como grandeza. En esta película, lo sencillo es mágico, y lo mágico es soberbio. Un viaje al fondo de una historia que va sobrada de alma y talento, y que no necesita hacer apología de su protagonista para desarrollar uno de los mejores biopics musicales que he disfrutado en mi vida, y ójala pudiera exagerar. Porque el cariño y el respeto valen más que la grandeza y la inmortalidad. Una joya que nadie se debería perder.

#NoOscarFest: 'Viaje a Sils Maria', de Olivier Assayas

- 11/04/16 5 Comentarios

Este artículo está escrito por Daniel Lorenzo, redactor de Cinéfagos.es

Si uno revisa con atención la ceremonia de los Oscar celebrada el 24 de marzo de 1997, puede apreciar esa fracción de segundo en la que Lauren Bacall levanta el trasero de su butaca del Shrine Auditorium justo antes de volver a posarlo, mirar desconcertada a ambos lados y, en un primer momento, ser incapaz de aplaudir. Esa fracción de segundo a la que me refiero fue la que transcurrió entre el momento en el que Kevin Spacey abrió el sobre que contenía el nombre de la ganadora del Oscar a mejor actriz secundaria y en el que pronunció el nombre de Juliette Binoche.

Juliette Binoche no era, en absoluto, una recién llegada a esto del cine. Actriz profesional desde 1985, ya había trabajado a las órdenes de Jean-Luc Godard (Yo te saludo, María), André Téchiné (La cita), Leos Carax (Mala sangre, Los amantes de Pont Neuf), Philip Kaufman (La insoportable levedad del ser), Louis Malle (Herida) y Krzysztof Kieslowski (Tres colores: Azul). Una actriz francesa tiene, esencialmente, dos formas de ser sexy: aparentar ser una intelectual o aparentar ser una ninfómana. Juliette Binoche es de las primeras. Brigitte Bardot fue de las segundas. Catherine Deneuve cometió la osadía de querer pertenecer a ambos grupos y todos empezaron a cuchichear que a ver qué se había creído esa insoportable. Pero, al lado de Lauren Bacall, Juliette Binoche era una becaria, una joven promesa con toda la carrera por delante. Bacall era Bette Davis. Binoche, Anne Baxter. Y todos y cada uno de los espectadores que esa noche asistimos a esa derrota del viejo Hollywood ante aquella intrusa europea nos sentimos testigos de la caída de un mito, un poco como George Sanders en 'Eva al desnudo'.

Y, en el fondo, veinte años después, de todo esto trata 'Viaje a Sils María'. Juliette Binoche da vida a una actriz que, dos décadas después de su mayor éxito trata de decidir si volverá a interpretar la obra que la lanzó a la fama. No interpretaría el mismo papel, claro está, sino el de su antagonista. Una actriz que, cuando se llevó a cabo el montaje original, iniciaba su decadencia. Ahora, la protagonista tiene esa misma edad. Y ya nada le parece lo mismo: ni las motivaciones de cualquiera de los personajes, ni el propio oficio de intérprete. Y todo esto le atormenta. Porque es francesa. Y profunda. E intelectual. Uno se imagina a Michael Caine decidiendo participar en el remake de 'La huella' que se rodó en 2007, 35 años después del anterior, interpretando al rival de su personaje original. Y se lo imagina despreocupado, preguntando cuándo puede hacer efectivo el cheque y dónde guarda el productor el whisky, y no necesariamente en este orden. Pero claro, Michael Caine protagonizó 'Tiburón, la venganza'. Y Juliette Binoche solo se atrevió a salir cinco minutos en 'Godzilla', porque le daba como vergüenza. Todavía hay clases. O eso se cree ella.

'Viaje a Sils María' se desarrolla como si fuera una película de Ingmar Bergman. Es, casi, una versión a la francesa de su cine. Tenemos a dos mujeres aisladas, como en 'Silencio', y una de ellas es actriz, como en 'Persona'. Tenemos el suicidio de uno de los personajes secundarios, y la devastación que causa en sus conocidos, como en 'Los comulgantes' o 'Luz de invierno'. Tenemos esa casa, escenario de felicidades pretéritas, donde nada parece poder herirnos, como en 'Fresas salvajes'. Y tenemos el paso del tiempo. El tiempo como enemigo. El futuro como amenaza, el pasado como refugio, la naturaleza y sus fenómenos atmosféricos como analgésico. Y el miedo a la vejez como desencadenante de la trama, otra de las constantes de su cine. Pero ahí donde el cine de Bergman se muestra como no apto para no iniciados, triunfa la película de Olivier Assayas. 'Viaje a Sils Maria' es tan inteligente y está tan bien narrada que resulta mucho más árida contada que vista. Y ahí radica gran parte de su éxito.


Pero el disfrute que proporciona 'Viaje a Sils Maria' no se queda ahí. Porque, en un giro de los acontecimientos que la convierte en la película más metanarrativa de los últimos tiempos, gran parte de la gracia que tiene asistir a su visionado es presenciar como Kristen Stewart, 26 años más joven que Juliette Binoche, le roba la película, poco a poco, en su cara. Mientras el personaje de Binoche se piensa si compartir escenario con el de Chloë Grace Moretz, dada la fama de problemática de ésta, y a su pasado como actriz en una saga de mutantes, Stewart, de pasado personal problemático debido a sus escarceos con su director en 'Blancanieves y la leyenda del cazador', y pese a su pasado como actriz en la saga 'Crepúsculo', le va ganando, una a una, todas sus escenas.

Así, cuando llegó la temporada de premios, todos los reconocimientos recayeron en Stewart. Y cuando uno ve la escena en la que una desesperada Binoche le ruega al personaje de Moretz que le permita unos segundos de lucimiento en escena, que no le robe todos los aplausos, no puede dejar de pensar en todas las entregas de premios a las que este año no fue invitada. Y sí su compañera. La niñata de 'Crepúsculo'. El hazmerreír de Hollywood hace apenas un lustro. Esa chica de la que decían que no sonreía para no mostrar lo desproporcionado de sus dos incisivos frontales superiores. Sus dos paletas, que van camino de ser las más reconocibles de la historia del cine, por encima de Lina Morgan y Gracita Morales. Por encima, incluso, de Nicole Kidman y Reneé Zellweger en 'Cold Mountain'. Esa Kristen Stewart que, cuando gracias a esta película se convirtió en la primera actriz estadounidense en ganar un Cesar, no pudo evitar posar para la cámara como cara de pensar ¿pero qué carajo habéis hecho?

Juliette Binoche pone todo de su parte. Incluso se hizo las ingles para una escena completamente gratuita en la que nos muestra su pubis. Pero, a pesar de ello, Binoche solo ganó un premio por Viaje a Sils Maria: el International Cinephile Society Awards.Chatarra. Calderilla. Las vueltas del pan.

Puede que ella esté por encima de los galardones, puede que a estas alturas ya haya colmado su ambición, que ya haya ganado todo lo que tenía que ganar. Pero esa visión despreocupada por el reconocimiento entra en conflicto frontal con la imagen de los actores que nos ofrece la película. Siempre egoístas, siempre vanidosos, como esos goleadores incapaces de dar una asistencia por su adicción a los flashes posteriores al tanto. Porque 'Viaje a Sils María' es, en el fondo, un trabajo que define y describe un concepto tan difuso en la actualidad como el de la diva. Probablemente, sea la mayor aportación europea al respecto desde que Dana International cantó, allá por 1998, aquello de Viva le diva, viva Vitoria, Cleopatra.

Allá donde otras películas se basan en la realidad para construir una ficción, Viaje a Sils María añade un tercer espejo a esta ecuación, que multiplica su alcance hasta el infinito. La realidad crea una ficción que a su vez se convierte en realidad. Con Juliette Binoche como daño colateral. Lauren Bacall se hubiera reído. Mucho. Y con motivo. Y luego, habría invitado a la Binoche a un cigarro. Buena era la Bacall para estas cosas.

'Star Wars', DiCaprio y Theron triunfan en los MTV Movie Awards

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PELÍCULA DEL AÑO
Avengers: Age of Ultron
Creed
Deadpool
Jurassic World
Star Wars: The Force Awakens
Straight Outta Compton

PELÍCULA BASADA EN HECHOS REALES
Concussion
Joy
Steve Jobs
Straight Outta Compton
The Big Short
The Revenant

PELÍCULA DOCUMENTAL
Amy
Cartel Land
He Named Me Malala
The Hunting Ground
The Wolfpack
What Happened, Miss Simone?

MEJOR INTERPRETACIÓN FEMENINA
Alicia Vikander, Ex Machina
Anna Kendrick, Pitch Perfect 2
Charlize Theron, Mad Max: Fury Road
Daisy Ridley, Star Wars: The Force Awakens
Jennifer Lawrence, Joy
Morena Baccarin, Deadpool

MEJOR INTERPRETACIÓN MASCULINA
Chris Pratt, Jurassic World
Leonardo DiCaprio, The Revenant
Matt Damon, The Martian
Michael B. Jordan, Creed
Ryan Reynolds, Deadpool
Will Smith, Concussion

MEJOR INTERPRETACIÓN REVELACIÓN
Amy Schumer, Trainwreck
Brie Larson, Room
Daisy Ridley, Star Wars: The Force Awakens
Dakota Johnson, Fifty Shades of Grey
-John Boyega, Star Wars: The Force Awakens
O’Shea Jackson Jr., Straight Outta Compton

MEJOR INTERPRETACIÓN EN COMEDIA
Amy Schumer, Trainwreck
Kevin Hart, Ride Along 2
Melissa McCarthy, Spy
Rebel Wilson, Pitch Perfect 2
Ryan Reynolds, Deadpool
Will Ferrell, Get Hard

MEJOR INTERPRETACIÓN DE ACCIÓN 
Chris Pratt, Jurassic World
Dwayne Johnson, San Andreas
Jennifer Lawrence, The Hunger Games: Mockingjay — Part 2
John Boyega, Star Wars: The Force Awakens
Ryan Reynolds, Deadpool
Vin Diesel, Furious 7

MEJOR HÉROE
Charlize Theron, Mad Max: Fury Road
Chris Evans, Avengers: Age of Ultron
Daisy Ridley, Star Wars: The Force Awakens
Dwayne Johnson, San Andreas
Jennifer Lawrence, The Hunger Games: Mockingjay — Part 2
Paul Rudd, Ant-Man

MEJOR VILLANO
Adam Driver, Star Wars: The Force Awakens
Ed Skrein, Deadpool
Hugh Keays-Byrne, Mad Max: Fury Road
James Spader, Avengers: Age of Ultron
Samuel L. Jackson, Kingsman: The Secret Service
Tom Hardy, The Revenant

MEJOR BESO
Amy Schumer & Bill Hader, Trainwreck
Dakota Johnson & Jamie Dornan, Fifty Shades of Grey
Leslie Mann & Chris Hemsworth, Vacation
Margot Robbie & Will Smith, Focus
Morena Baccarin & Ryan Reynolds, Deadpool
Rebel Wilson & Adam DeVine, Pitch Perfect 2

MEJOR PELEA
Deadpool (Ryan Reynolds) vs. Ajax (Ed Skrein), Deadpool
Hugh Glass (Leonardo DiCaprio) vs. The Bear, The Revenant
Imperator Furiosa (Charlize Theron) vs. Max Rockatansky (Tom Hardy), Mad Max: Fury Road
Iron Man (Robert Downey Jr.) vs. Hulk (Mark Ruffalo), Avengers: Age of Ultron
Rey (Daisy Ridley) vs. Kylo Ren (Adam Driver), Star Wars: The Force Awakens
Susan Cooper (Melissa McCarthy) vs. Lia (Nargis Fakhri), Spy

MEJOR INTERPRETACIÓN VIRTUAL
Amy Poehler, Inside Out
Andy Serkis, Star Wars: The Force Awakens
Jack Black, Kung Fu Panda 3
James Spader, Avengers: Age of Ultron
Lupita Nyong’o, Star Wars: The Force Awakens
Seth MacFarlane, Ted 2

MEJOR REPARTO
Avengers: Age of Ultron
Furious 7
Pitch Perfect 2
Star Wars: The Force Awakens
The Hunger Games: Mockingjay — Part 2
Trainwreck