'La gran apuesta (The Big Short)' ha sido la película encargada de clausurar la 29ª edición del AFI Fest. La cinta de Adam McKay ha sido mejor recibida que los otros dos títulos que han celebrado su premiere en el certamen, 'Frente al mar' y 'La verdad duele (Concussion)'. La crítica ha destacado el guión y el trabajo del reparto, pero parece coincidir en que se trata de una película extremadamente densa, lo que hace que su visionado pueda resultar agotador.
Andrew Barker, Variety: "De todos los cataclismos universales de este siglo, la crisis financiera de 2008 está probablemente entre las más pobremente comprendidas. Los cineastas han buscado rectificar esto aproximándose a la historia desde diversos ángulos (..) pero la ruta tomada por 'La gran apuesta' es con diferencia la más radical, transformando una densa lectura económica en una hipercafeinada farsa postmoderna, un batido de espinacas hábilmente disfrazado de comida basura. Tomando el estilo de los vídeos de hip-hop, los clips de 'Funny or Die' y 'The Office', la película de Adam McKay toca correctamente la mayor parte de sus ácidas teclas; algunos puntos de la trama son casi imposibles de descifrar para los espectadores laicos incluso con tutoriales descarados que rompen la cuarta pared, y la combinación de un tema complicado y de una estructura no tradicional es un riesgo para la taquilla. Pero hay un inconfundible y mordaz sentido de indignación detrás del esfuerzo, y es imposible no admirar la insensata voluntad de McKay por hacer cualquier cosa excepto saltar por un aro de fuego en motocicleta mientras lee Keynes en voz alta, si eso es lo que hace falta para que la gente finalmente preste atención (...) Pese a las robustas y energéticas interpretaciones de todos los actores, sólo el Baum de Steve Carell consigue resultar un personaje genuino y empático, no es coincidencia que él sea el único que expresa remordimientos creíbles sobre enriquecerse gracias a una inminente catástrofe fiscal."
Todd McCarthy, The Hollywood Reporter: "El mundo está dividido entre muchos idiotas y un puñado de locos astutos en 'La gran apuesta', un extenuante drama cómico sin gracia sobre un puñado de previsores, o tal vez sólo afortunados, tipos de Wall Street que intentaron hacerse ricos con la crisis inmobiliaria que llevó al colapso financiero de 2008. Aunque es innegable que hay una cierta fascinación por ver a estos denominados expertos hundirse mientras que un grupo de precavidos disisdentes escapan en botes salvavidas, nunca puedes dejar de pensar que Paramount probablemente hizo esta película sólo por el éxito que tuvo 'El lobo de Wall Street' dos años atrás, y esto te recuerda que aquello era más entretenido y estaba mucho mejor hecho que lo que tenemos aquí (...). De una manera que establece la diferencia entre lo bufonesco y lo objetivamente serio, McKay intenta explicar el significado de todos los oscuros términos financieros y definitivamente se centra en los ejecutivos egoístas y ladrones que rechazaron enfrentarse a las consecuencias de sus actos antes de que fuera sea demasiado tarde. Y podría haberlo hecho. Pero tanto el comportamiento de los personajes como las respuestas para el espectador son tan repetitivas e inmóviles que todo resulta aburrido mucho antes de que la alargada película acabe. El reparto acepta el juego, sin duda, y todos parecen encontrar un entusiasta placer en desaparecer dentro de inadaptados sociales."
Inkoo Kang, The Wrap: "'La gran apuesta' te causará un dolor de cabeza, pero de la mejor manera posible. Basada en el bestseller de Michael Lewis, este postmortem de la crisis financiera de 2008 desborda con hechos, ira, cinisimo, bromas, insultos, y estrellas de primer nivel. A menos que seas un corredor de Wall Street o un fanático de la CNBC, estás obligado a aprender algo nuevo sobre cómo el capitalismo desregulado se quemó a sí mismo hace menos de una década (...) Al menos la mitad del guión de McKay y Charles Randolph está dedicado a explicar cosas como las hipotecas de algo riesgo o los CDO sintéticos. La película (sabiamente) nunca sobreestima la capacidad de atención de los espectadores, adoptando cualquier técnica que sea necesaria: Ryan Gosling hablando a la cámara, un personaje definiendo términos financieros mientras se toma un baño de burbujas, derribando bloques de Jenga o empleando las metáforas visuales más obvias que se puedan imaginar. (...) El guión, como una cascada del Niágara de información, es agotador e imposible de seguir, pero su formato ambicioso e innovador sirve bastante bien tanto a su contenido como a su corazón dramático. El mayor paso en falso es un inquieto trabajo de cámara, con inclinaciones, zooms y otros movimientos que puedan causar náuseas regularmente (esto puede contribuir al dolor de cabeza)."
No suena como algo completamente descartable, pero parece que tendran que ser los grandes premios quienes la ayuden. Dudo que la critica que le de algo.
ResponderEliminar¿Alguien me puede decir si es una comedia? Porque de serlo, podría arrasar en los Globos de Oro este año.
ResponderEliminarEl gran problema de esta pelicula es que Adam McKay no es Martin Scorsese, es claro que esta pelicula puede llegar a tener opciones, y parece que no causara la divison que causo TWOWS, y aun asi con la polemica, el amor y odio que desprendio esta cinta por parte de la critica, Scorsese- DiCaprio hicieron una pelicula absolutamente definitiva que de no haber sido por ellos no hubiera logrado esas 5 nominaciones( y todas importantes), dudo mucho que McKay y su reparto corran con la misma suerte.
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