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#NoOscarFest2: 'Under the Shadow', de Babak Anvari

- 28/04/17 6 Comentarios

Este artículo está escrito por Emilio Doménech, director de Cinéfagos.es

El cine de terror ha dejado muchas joyas en los últimos años. Dos de ellas, independientes, estuvieron en el primer #NoOscarFest que celebramos el año pasado: 'La visita', de M. Night Shyamalan e 'It Follows', de David Robert Mitchell. Otras tres, una independiente y dos de estudio, han aparecido en la edición de este año: 'La bruja', de Robert Eggers; 'No respires', de Fede Álvarez y 'Calle Cloverfield 10', de Dan Trachtenberg. Pero pese a que algunas estén ancladas en el sci-fi, otras en el slasher y una en el surrealismo octogenario, son dos las que mejor vienen para hablar de 'Under the Shadow', la cinta iraní que sé que muchos lectores no han visto (o directamente no querían ver en este festival): las de Eggers y Mitchell.

'It Follows' y 'La bruja' son películas que, lejos de anclarse en un mundo real o inventado ya de por sí con infinitas posibilidades terroríficas, buscan el miedo en un paralelo más ambiguo, ambicioso y relevante. 'It Follows' no habla sobre una maldición de transmisión sexual, sino sobre una sociedad que oprime con prejuicios, tabúes y condenas el despertar sexual adolescente. 'La bruja' no habla sobre... bueno... brujas, sino sobre los peligros del fanatismo religioso y la sociedad misógina sobre la que se funda. Hay otros filmes, en concreto con casas encantadas, que han seguido esa senda. 'The Babadook', de Jennifer Kent, exploraba la pérdida a través de un hombre del saco y 'Nunca apagues la luz', de David F. Sandberg, hacía lo propio con la depresión. 'Under the Shadow', por su parte, ambiciona observar la opresión de un régimen teocrático sobre una madre desesperada.

Es 1988 en Teherán, los misiles de fondo anuncian los últimos coletazos de la guerra entre Irak e Irán que terminaría ese mes de agosto. La protagonista, Shideh (Narges Rashidi), es una madre cuyo marido ha tenido que ir al frente a ejercer como médico. Ella intenta retomar sus estudios de medicina en la universidad, pero el férreo control militar, y su pasado como activista de izquierdas, la impiden volver a clase. Sus días quedan entonces reducidos a labores domésticas junto a su hija Dorsa (Avin Manshadi).


Es la idea de tener que quedarse en casa, de ver su vida supeditada a funciones tan básicas, la que hacen de su estancia en Teherán un sufrimiento tan lacerante. Toques de queda, conversaciones condescendientes de vecinos que la juzgan por no abandonar la ciudad, misiles que impactan contra el tejado y una niña que empieza a creer en hombres del saco (o su versión iraní, llamada Jinn).

La guerra y el machismo imperante fustigan el día a día de Shideh, que se refugia en sus clases de aerobic con Jane Fonda mientras su hija padece los miedos del Jinn, una suerte de demonio que se aparece conforme la decisión de Shideh de no abandonar la ciudad se vuelve más insostenible. Ya no está sólo fuera todo lo que oprime a Shideh, sino que ahora también es su propia conciencia como madre la que la acosa. En su propia casa, nada menos. Porque la idea de que sus decisiones como mujer independiente en el pasado acarreen vetos universitarios y sus decisiones en el presente conlleven críticas de sus vecinos es en sí misma un demonio.

La creación de ese Jinn a través de los temores de Shideh, fundados en aspectos sociales, culturales y personales, es el verdadero eje terrorífico de 'Under the Shadow'. De la misma manera que lo eran la maldición de transmisión sexual, la bruja, el Babadook y Diana en sus respectivas películas. El manejo de la tensión, la pausa entre susto y giro dramático o los escapes aeróbicos son sólo alicientes técnico-artísticos de una película que, por aspiraciones, merece un reconocimiento a la altura de su valentía. Porque 'Under the Shadow' puede pasar desapercibida como una película de terror al uso, pero lo fascinante es que es mucho más que eso.

Cannes 2017: Todas las películas que se verán en el festival

- 27/04/17 2 Comentarios

Aqui está el listado completo de largometrajes que podrán verse en la 70ª edición del Festival de Cannes. Entre las películas que conformarán la Sección Oficial estarán los últimos trabajos de Sofia CoppolaMichael Haneke o Todd Haynes. El certamen francés ha anunciado hoy a través de un comunicado en su página web un nuevo listado de películas que se incorporan a la programación. Entre ellas están 'D'après una histoire vraie', de Roman Polanski (que se proyectará fuera de concurso) y 'The Square', de Ruben Östlund (que sí competirá por la Palma de Oro). Así pues, finalmente serán 20 las películas que formarán parte de la Sección Oficial.

Sección Oficial
'Les fantomes d'Ismaël (Ismael’s Ghosts)' de Arnaud Desplechin (Película de inauguración)
'Nelyubov (Loveless)' de Andrey Zvyagintsev
'Good Time' de Benny Safdie y Josh Safdie
'You Were Never Really Here' de Lynne Ramsay
'L'amant double' de François Ozon
'Jupiter's Moon' de Kornél Mandruczó
'A Gentle Creature' de Sergei Loznitsa
'The Killing Of A Sacred Deer' de Yorgos Lanthimos
'Hikari (Radiance)' de Naomi Kawase
'Geu-Hu (The Day After)' de Hong Sang-soo
'Le redoutable' de Michel Hazanavicius 
'Wonderstruck' de Todd Haynes
'Happy End' de Michael Haneke
'Rodin' de Jacques Doillon
'The Beguiled' de Sofia Coppola
'120 Battements par Minute' de Robin Campillo
'Okja' de Bong Joon-ho
'In The Fade' de Fatih Akin
'The Meyerowitz Stories' de Noah Baumbach
'The Square' de Ruben Östlund

Fuera de concurso
'How to Talk to Girls at Parties' de John Cameron Mitchell
'Blade Of The Immortal' de Takashi Miike
'Visages, Villages' de Agnès Varda y JR
'D'après una histoire vraie (Based on a True Story)' de Roman Polanski

Un Certain Regard
'Barbara' de Mathieu Amalric
'La novia del desierto' de Cecilia Atán y Valeria Pivato
'Testonata (Closeness)' de Kantemir Balagov
'Aala Kaf Ifrit (Beauty and the Dogs) de Kaouther Ben Hania
'L’Atélier' de Laurent Cantet
'Fortunata ('Lucky)' de Sergio Castellitto
'Las hijas de Abril' de Michel Franco
'Western' de Valeska Grisebach
'Posoki (Directions)' de Stephan Komandarev
'Out' de Gyorgy Kristof
'Before We Vanish' de Kiyoshi Kurosawa
'En Attendant les Hirondelles (The Nature of Time)' de Karim Moussaoiu
'Lerd (Gress)' de Mohammad Rasoulof
'Jeune Femme' de Léonor Serraille
'Wind River' de Taylor Sheridan
'Aprês la guerre (After the War)' de Annarita Zambrano
'La cordillera' de Santiago Mitre
'Walking Past the Future' de Li Ruijun

Proyecciones especiales
'12 jours' de Raymond Depardon
'They' de Anahita Ghazvinizadeh
'Le Caméra De Claire' de Hong Sang-soo
'Promised Land' de Eugene Jarecki
'An Incovenient Sequel' de Bonni Cohen y Jon Shenk
'Demons in Paradise' de Jude Ratman
'Sea Sorrow' de Vanessa Redgrave
'Lé vénérable W.' de Barbet Schroeder
'Carré 35' de Éric Caravaca
'Zombillénium' de Arthur De Pins y Alexis Ducord

Eventos
'24 Frames' de Abbas Kiarostami
'Top of the Lake: China Girl' de Jane Campion y Ariel Kleiman
'Carne y arena' de Alejandro González Iñárritu
'Twin Peaks' de David Lynch
'Come Swim' de Kristen Stewart

Proyecciones de medianoche
'Ak-Nyeo (The Villainess)' de Jung Byung-Gil
'Bulhandang ('The Merciless)' de Byun Sung-Hyun
'Prayer Before Dawn' de Jean-Stéohane Sauvaire

Quincena de Realizadores
'Un Beau Soleil Interieur' de Claire Denis (Película de inauguración)
'A Ciambra' de Jonas Carpignano
'Bushwick' de Cary Murnion y Jonathan Milott
'Patti Cakes' de Geremy Jasper
'Alive in France' de Abel Ferrara
'L’amant d’un Jour' de Philippe Garrel
'Curio Puri' de Roberto De Paolis
'The Florida Project' de Sean Baker
'Frost' de Sharunas Bartas
'I Am Not a Witch' de Rungano Nyoni
'Jeannette: The Childhood of Joan of Arc' de Bruno Dumont
'L’intrust' de Leonardo Di Costanzo
'La Defensa del Dragon' de Natalia Santa
'Marlina Si Pembunuh Dalam Empat Babak' de Mouly Surya
'Mobile Homes' de Vladimir de Fontenay
'Nothingwood' de Sonia Kronlund
'Ôtez-moi d’un Doute' de Carine Tardieu
'The Rider' de Chloé Zhao
'West of the Jordan River (Field Diary Revisited)' de Amos Gitai

Semana de la Crítica
'Ava' de Léa Mysius
'La familia' de Gustavo Rondón Córdova
'Gabriela e a montanha' de Fellipe Gamarano Barbosa
'Makala' de Emmanuel Gras
'Oh Lucy!' de Atsuko Hirayanagi
'Los perros' de Marcela Said
'Tehran Taboo' de Ali Soozandeh
'Sicilian Ghost Story' de Fabio Grassadonia y Antonio Piazza (Película de inauguración)
'Brigsby Bear' de Dave McCary (Película de clausura)
'Petit Paysan' de Hubert Charuel (Proyección especial)
'Une vie violente' de Thierry de Peretti (Proyección especial)

Cannes 2017: Will Smith y Jessica Chastain formarán parte del jurado

- 25/04/17 No hay comentarios

Ya conocemos los nombres de las ocho personas que acompañarán a Pedro Almodóvar en el jurado del Festival de Cannes. Jessica Chastain, Will Smith o Park Chan-wook son algunas de las personalidades del mundo del cine que a partir del próximo 17 de mayo decidirán el palmarés de la 70ª edición del certamen francés. Estos son los nueve miembros del jurado:

Pedro Almodóvar (Director, guionista y productor)
Maren Ade (Directora, guionista y productora)
Jessica Chastain (Actriz y productora)
Fan Bingbing (Actriz y productora)
Agnès Jaoui (Actriz, guionista, directora y cantante)
Park Chan-wook (Director, guionista y productor)
Will Smith (Actor, productor y músico)
Paolo Sorrentino (Director y guionista)
Gabriel Yared (Compositor)

Aquí puedes consultar el listado completo de películas que se verán en la próxima edición de Cannes.

#NoOscarFest2: 'Julieta', de Pedro Almodóvar

- 23/04/17 7 Comentarios

Por undécimo año consecutivo, España volvió a quedarse fuera de la categoría de Mejor Película de Habla No Inglesa en los Oscar. Tras su buen recibimiento en el Festival de Cannes, la Academia del Cine Español decidió que 'Julieta' era la representante idónea para devolver al cine español a un apartado en el que no ha asomado la cabeza desde la victoria de 'Mar adentro' en 2005. Sin embargo, el nombre de Pedro Almodóvar nunca ha sido una garantía de éxito en los Oscar: 'Volver' no logró la nominación en 2007 y 'Julieta' ni siquiera se coló en la polémica lista previa de nueve finalistas.

Tras el coqueteo con el thriller que supuso 'La piel que habito' y la vilipendiada 'Los amantes pasajeros', Almodóvar regresó con 'Julieta' al género por el que siempre ha sentido una especial predilección: el melodrama. En esta ocasión adapta el libro 'Escapada', escrito por la canadiense Alice Munro. Aunque el material de partida no es propio, el manchego logra otorgarle su indeleble sello a cada uno de los tres relatos que conforman el libro: 'Destino', 'Pronto' y 'Silencio' (el título original de la película que tuvo que ser modificado para diferenciarse del film de Martin Scorsese).

La película arranca con Julieta (Emma Suárez) en la actualidad. La protagonista ha logrado rehacer su vida al lado de Lorenzo (Dario Grandinetti) pero vive traumatizada por su pasado. De inmediato, un flashback nos traslada a un momento clave de su vida, cuando la joven Julieta (Adriana Ugarte) conoce a Xoan (Daniel Grao) y se marcha a vivir a la costa gallega. Un tercer episodio nos sitúa en una época intermedia: cuando la protagonista pasa unos días en su pueblo natal y se reencuentra con sus padres. Los tres capítulos están marcados por la fatalidad, ya que Julieta pierde a una persona importante de su vida en cada una de esas tres épocas. No es casualidad que, en su etapa de juventud, la protagonista aparezca leyendo 'La tragedia griega', como si fuera una especie de premonición de lo que va a ser su vida.


La película descansa sobre los hombros de dos actrices: Adriana Ugarte y la multipremiada Emma Suárez (en un papel que estuvo cerca de ser interpretado por Meryl Streep). En ambos casos asistimos a las mejores interpretaciones de su carrera. La de Suárez, ganadora del Goya a la Mejor Actriz, es una actuación desgarradora desde el principio hasta el final, logrando transmitir con pasmosa facilidad la absoluta tristeza que siente la protagonista. Hasta en los momentos más felices que Julieta vive con Lorenzo, la mirada de Suárez parece lanzar un grito ahogado que nos dice que la vida de esa mujer está incompleta.

El trabajo de puesta en escena de Almodóvar resulta extremadamente discreto salvo por ese arrebato de genio (que aparece representado en el póster de la película) que se produce cuando Ugarte se despide de la película y cede el testigo a Suárez. Los clásicos toques de humor "almodovariano" son extirpados casi por completo (las únicas risas son proporcionadas, a cuentagotas, por el personaje encarnado por Rossy De Palma). Como resultado, 'Julieta' es la película más sobria de su realizador.

Como otras muchas películas de Almodóvar, 'Julieta' habla de la identidad femenina y pone su foco de atención en la relación entre madres e hijas. Pero en esta ocasión lo hace de una forma tan sutil como profundamente desgarradora. La protagonista tuvo una relación complicada con su madre y no puede evitar que la historia se repita con su hija. Como si se tratara de la heroína de una tragedia griega, Julieta lucha por superar los traumas del pasado en un presente que la condena a vagar eternamente. Pero Almodóvar evita en todo momento mitificar a esta mujer y opta deliberadamente por hacerla lo suficientemente terrenal para que el público acabe empatizando con ella. Como consecuencia de ello, la sensación final que deja 'Julieta' en el espectador es la de una desolación solo comparable a la que experimenta el propio personaje.

#NoOscarFest2: 'Un monstruo viene a verme', de J.A. Bayona

- 22/04/17 7 Comentarios

Este artículo está escrito por Daniel Lorenzo, redactor de Cinéfagos.es

Juan Antonio Bayona ha cimentado su carrera en mentarnos a la madre. A la madre ajena, se entiende. Porque nos mentan a la madre y nos emocionamos. 'El orfanato', 'Lo imposible' y 'Un monstruo viene a verme' conforman una trilogía apócrifa acerca de la pérdida en las relaciones maternofiliales. El director debutó con una película sobre cómo una madre afronta la pérdida de un hijo. Dio un paso hacia adelante con otra que parecía de catástrofes, pero que en el fondo trataba sobre el reencuentro de una madre y un hijo tras luchar por la supervivencia. Y 'Un monstruo viene a verme', su tercera película, es una historia sobre cómo un hijo debe asumir la pérdida de su madre.

Como pudo comprobarse durante los meses de septiembre y octubre (cuando la cinta se estrenó en el Festival de Toronto, pasó por el Festival de San Sebastián y, finalmente, llegó a la cartelera española) resulta muy complicado efectuar no ya un alegato en favor de 'Un monstruo viene a verme', sino un análisis mínimamente sosegado sin recurrir al factor emocional. En unos tiempos en los que gran parte de la crítica cinematográfica aboga por el cinismo o por la supuesta utilidad social o moral de las películas, un relato puramente emotivo sobre los temores de un niño que teme quedarse huérfano apenas iniciada su adolescencia no cuenta con los suficientes asideros para gozar de las simpatías de la intelectualidad. Si a ello le sumamos la producción de un gigante como Telecinco Cinema, la sobreexposición sufrida por una agotadora y avasalladora campaña promocional, el hecho de que sea una producción española convenientemente empaquetada en un envoltorio anglosajón (lo que la convierte en hija bastarda, no reconocida ni por unos ni por otros) y las ganas que muchos le tenían a su director por el mero hecho de ser joven, paisano y exitoso en lo artístico y lo comercial, lo cierto es que a 'Un monstruo viene a verme' le resultó mucho más sencillo contar con el fervor popular que crítico.

'Un monstruo viene a verme' es una película espectacular, brillante en lo técnico, pictórica en lo visual, pero, toda esa parafernalia no hace que el último responsable de la película pierda de vista el corazón de la misma. Porque, repetimos, 'Un monstruo viene a verme', es una película que habla sobre el miedo de un niño (Lewis MacDougall) a perder a su madre (Felicity Jones). Y ese es un sentimiento que todos conocemos. Como también todos hemos vivido el cáncer de un ser querido. Por eso, una vez que la película pierde su coraza, cuando terminan los fuegos artificiales y se disipa el humo de la pólvora, su corazón sigue ahí, latiendo, si cabe, con más fuerza todavía. Porque una buena película es como una relación sentimental, puede que lo que nos enamore al principio sea lo que entra por los ojos, pero aquello solo funcionará de verdad si te toca el corazón.

Y es imposible no conectar emocionalmente con ese chaval al que sus compañeros han decidido putear en clase y al que la vida ha decidido putear en su casa. Ese crío, que pasa las noches en un dormitorio con vistas al cementerio (¿En serio? De verdad, ¿quién hizo el reparto de cuartos en esa casa? ¿Su madre se está muriendo y cuando él se asoma por la ventana lo que ve es el cementerio? ¿No había una habitación mejor para darle?). Hasta que un día, lo inesperado llega en forma de monstruo, un monstruo con forma de tejo, que le visitará para contarle tres historias, a cambio de que él le cuente la suya.


La evolución de la relación de nuestro protagonista con el monstruo, esto es, con sus temores, está reflejada visualmente a la perfección a lo largo de sus encuentros. Si bien en un primer momento los dos hablan de igual a igual, frente a frente, a medida que avanza el metraje de la película y los encuentros se suceden el tejo cada vez es más gigantesco e imponente y en una mayor situación de desventaja física se va encontrando Conor.

Desventaja física que no deja de ser una representación de su complicada situación familiar y emocional. Si Conor pierde a su madre lo perderá todo, la única vida familiar que conoce. No deja de ser curioso que uno de los ataques habituales que reciben Juan Antonio Bayona y su cine sea el de pornógrafo emocional (por otro lado, como si la pornografía fuera per se algo malo, como si no hubiera pornografía de alta y baja calidad), cuando, cada vez que en esta historia puede tomar un atajo, opta por el camino más incómodo. De este modo, qué fácil sería que los personajes de la abuela y el padre fueran inequívocamente malvados o inoperantes. Pero no lo son. Es difícil que cuenten con nuestra simpatía como espectadores, porque siempre les juzgamos desde la óptica del protagonista, un Edipo que asiste atónito a la muerte de su amada y que no está dispuesto a cambiarla por nada. Puede que el personaje de Sigourney Weaver (que, por cierto, nunca ha estado mejor) sea seco, duro o arisco, pero uno puede percibir su devastación emocional y lo mucho que le supera la situación familiar que le ha tocado vivir. Y puede que el padre interpretado por Toby Kebbell no sea un progenitor ejemplar, si bien también es cierto que es todo lo buen padre que sabe. Y uno no debería jamás verse exigido por encima de sus posibilidades.

Es esta ausencia de figura paterna la que intenta paliar la figura del monstruo al que pone voz Liam Neeson, actor que también aparece en varias fotos familiares a lo largo del metraje, dando a entender que es una representación del abuelo materno de nuestro protagonista. Lo cual, en el fondo, ya deja marcado el destino de su madre, porque ya se sabe solo las madres en los clásicos Disney o los intereses amorosos de Charles Bronson tienen menor índice de supervivencia cinematográfica que las hijas de Liam Neeson.

Y así, cuanto más avanza la historia hacia su inevitable desenlace, más emotiva se va volviendo y más abandona los efectismos su director. Hasta el punto de que, el mismo que en Lo imposible lograba abrumar al espectador abusando de la presencia de una partitura atronadora y omnipresente, en los clímax de Un monstruo viene a verme opta por dejar reposar la emotividad sobre el texto y la imagen, manteniendo a la composición de Fernando Velázquez en un discreto segundo plano. Así, las miradas de ese niño y esa abuela, juntos, en un coche parado bajo la lluvia y esperando a que pase un tren, resultan difíciles de olvidar. Porque más allá de todas sus diferencias, jamás se han sentido más solos y más juntos que en ese momento en el que saben que van a decir adiós a la persona que más querrán en toda su vida.

Porque, en definitiva, 'Un monstruo viene a verme', es una película que nos habla sobre cómo decir adiós. Aprender a despedirse en silencio, rompiendo cosas o, simplemente, susurrando no quiero que te vayas mientras dejas marchar. Una historia sobre un niño que sabe que lo peor no es tanto que algo suceda como saber que, inexorablemente, sucederá y, en el fondo, desear que, si ha de suceder, suceda ya, para ahorrarse la agonía. Un niño tan puteado, tan sensible, tan empatizable, que bordea la línea y está a punto de convertirse en un Mary Sue, pero al que el guión logra dotar de suficientes aristas como para no terminar de caer en el estereotipo.

Y me resulta imposible no sentir simpatía por una película que, en su epílogo, nos muestra como la mejor herencia que una madre puede dejar a su hijo son las historias, la educación artística, moral y sentimental, que, a su vez, su padre le inculcó a ella. Solo por eso, por la apología de la narración que subyace en su fondo, ya habría que celebrar la existencia y el éxito popular de esta propuesta. Porque, al fin y al cabo, ¿no es acaso precisamente eso lo que hace que nos guste tanto el cine a los que de verdad nos gusta el cine?

#NoOscarFest2: 'Amor y amistad', de Whit Stillman

- 21/04/17 5 Comentarios

Este artículo está escrito por Álvaro G. Illaramendi, redactor de Cinéfagos.es

Dicen que los 90 han vuelto. Y, a juzgar por el bienvenido regreso de Whit Stillman al cine, ahora con 'Amor y amistad', también a la gran pantalla. La década de las chaquetas bómber, las hombreras, el grunge y las boy bands vio florecer a un realizador muy singular dentro del panorama del cine independiente americano, interesado en tragicomedias urbanitas protagonizadas por jóvenes adultos de la burguesía neoyorkina, con sus dramas, frivolidades, escarceos amorosos y espíritu cosmopolita. Nominado al Oscar al Mejor Guion Original por su ópera prima, 'Metropolitan' (1990), Stillman se apuntó después, con 15 años de anticipación a uno de sus indudables referentes artísticos -Woody Allen-, al creciente amor internacional hacia la ciudad condal con 'Barcelona' (1994). 

Su obra de culto definitiva, aunque no unánimemente celebrada, llegaría con 'The Last Days of Disco' (1998), una aproximación vitalista a los últimos tiempos de gloria de la música disco en los años 80 y a ese momento existencial de salida de la universidad y entrada en la vida laboral, en la que uno está seguro de comerse el mundo, sin saber aún muy bien cómo. Las protagonistas, dos estrellas emergentes aquellos años como Kate Beckinsale y Chloë Sevigny. Tras ese hit cinéfilo, el silencio. Cambio de residencia a París y 13 años de ausencia de la gran pantalla. Hasta que, quizá animado por el auge del movimiento hipster en el que probablemente se sienta reconocido, con su celebración retro-vanguardista de una forma alternativa de ver la vida, en 2011 protagonizó un feliz 'comeback' con 'Damiselas en apuros' (2011), una nueva comedia universitaria encabezada por la gran representante del nuevo 'indie millenial': Greta Gerwig

Pero ha sido en 2016 cuando Stillman ha logrado un mayor eco crítico y confirmado la buena salud de su nueva etapa creativa. Curiosamente, lo ha hecho con un proyecto en principio alejado de su "zona de confort": de la comedia joven urbana ha saltado a la tragicomedia de época, variante "adaptación de Jane Austen". Desde luego, los parentescos de ambos autores son evidentes (el foco de interés en un personaje femenino y su entorno, el detallismo en la representación de costumbres y hábitos sociales), pero el riesgo del salto temporal y narrativo era también indudable.


Pues bien, la gran acogida en el Festival de Sundance y las múltiples nominaciones a diversos premios (Critics Choice, Gotham, Satellite), principalmente para su actriz protagonista, avalan el éxito de la empresa. Stillman ha sabido rodearse de buenos compañeros de viaje: para el rol principal ha contado con Beckinsale, en un admirado cambio de registro de la actriz (centrada últimamente en sus sucesivos 'Underworld'), y en un entrañable ejercicio de 'remember' 20 años después de 'The Last Days of Disco'. Un 'revival' completado además por la intervención en el filme, igualmente notable, de Sevigny. Stillman ha estado arropado también por la producción de Amazon Studios, que demuestra con ello no tener ningún miedo a proyectos no especialmente convencionales o de rentabilidad asegurada.

Basada en el relato corto de Jane Austen 'Lady Susan', 'Amor y amistad' está sin embargo más cerca (en un registro ligero) del malicioso enredo de 'Las amistades peligrosas' de Pierre Choderlos de Laclos (incluso en el protagonismo de la comunicación epistolar) que del sentido romanticismo de 'Orgullo y prejuicio'. El personaje de Beckinsale, una mujer calculadora, seductora y movida exclusivamente por el interés, ejerce un magnetismo sobre los que la rodean y sobre el hechizado espectador, que elevan automáticamente a la actriz al podio de las grandes 'femme fatale' de época. Sus astutos movimientos estratégicos, retorcidas operaciones matrimoniales y acerado despliegue de cinismo dinamizan un relato que se desarrolla principalmente en interiores (el presupuesto fue presumiblemente ajustado), pero que logra combinar los placeres de la siempre solvente tragicomedia británica de época (lustrosa dirección artística, actores secundarios de relumbrón, como en este caso Stephen Fry), y el estímulo más moderno de unos personajes mayormente amorales y desacomplejadamente irónicos.

El resultado es uno de esos duelos retóricos de malvada inteligencia con el que uno disfruta, sonriendo perversamente, durante una traviesa hora y media, antes de volver a un mundo real necesitado de menos cinismo y más empatía.

Tráiler de 'La seducción', lo nuevo de Sofia Coppola

- 20/04/17 2 Comentarios

Dos meses después del sugerente teaser lanzado en marzo, llega el primer tráiler completo de 'La seducción (The Beguiled)'. La nueva película de Sofia Coppola será una de las integrantes de la Sección Oficial de la próxima edición del Festival de Cannes. Nicole Kidman y Colin Farrell lideran un reparto de lujo en el que también encontramos a Kirsten Dunst, Elle Fanning Angourie Rice. La película (una nueva adaptación del libro que ya fue llevado a la pantalla en 1971 por Don Siegel) cuenta la historia un soldado malherido que encuentra refugio en una escuela de señoritas del Sur.

'La seducción' se estrenará en Estados Unidos el 23 de junio y llegará a los cines españoles el 7 de julio. 

#NoOscarFest2: 'The Neon Demon', de Nicolas Winding Refn

- 18/04/17 13 Comentarios

Este artículo está escrito por Francisco Palma, redactor de Cinéfagos.es

Si algo se le puede atribuir a Nicolas Winding Refn es que el maldito tiene una visión; arriesgada, eso sí, pero visión al fin y al cabo. Poseer esta preciada característica no es gratis, viene con un precio: el riesgo, inevitable cuando uno quiere defender algo en lo que cree firmemente. En el momento en el que un autor crea una historia, establece un vínculo sagrado con ella, un pacto de sangre que sella una relación de un carácter casi paterno-filial, una relación de compromiso eterno, de lucha férrea, de fe incontrovertible.

Es por eso que el director toma riesgos, comprometiéndose a admitir que le puede salir mal la jugada; a veces, de hecho, soberanamente mal, como es el caso de 'Drive', también conocida como la película más sobrevalorada de la última década o, como a mí me gusta llamarla, "Calladito estoy más bonito". Otras veces, sin embargo, los riesgos compensan, los astros se alinean y directores como Refn tienen la ocasión de redimirse con películas como 'The Neon Demon', un largometraje que, vapuleado y maltratado por público y crítica, va camino de adquirir el dudoso honor de convertirse en la película más infravalorada del pasado año, por supuesto, injustamente.

Desde su primer fotograma, 'The Neon Demon' nos cede paso hacia un mundo extraño, artificial y sangriento en el que brutalidad y belleza se dan la mano para unir los dos placeres culpables por excelencia del ser humano. Un silencioso Dean (Karl Glusman) observa a su víctima imaginaria, cámara en mano, preparado para inmortalizar la violencia de una imagen en la que la sangre no es más que un símbolo carmesí. El flash de la cámara hace retumbar la habitación, manipulando lo que vemos, un juego de sombras, una continua ficción en la que el surrealismo más obvio adquiere un tono extrañamente grave.  Ya sabemos, desde el principio, que esta historia no es más que un confuso vaivén de luz en el que la verdad es tan fugaz como el resplandor de un flash.

Es innegable que la impactante imagen de Jesse (Elle Fanning) en ese sofá beige es ya un hito del cine de nuestro tiempo, dejando claro desde el primer momento que estamos ante una narración puramente visual, repleta de viñetas imposibles en colores eléctricos que se imprimen en la memoria como si de marcas a fuego se trataran. Han tachado a Refn de pretencioso, opaco y onanista mental, crucificándolo por crear una película cuyo principal valor es la estética. Lo que la mayoría de críticos rabiosos parecen obviar es que la estética vacía de 'The Neon Demon' es un símbolo en sí mismo. En una época de obsesión y canibalismo visual, este visceral largometraje se entrona como la encarnación por excelencia del espíritu de un tiempo nihilista y obsesionado consigo mismo como pocos lo han sido en la historia. Refn se apropia del dialecto de la belleza y de lo estético para tratar temas que van mucho más allá del distópico mundo de la moda que rodea a una bella e inocente Jesse: acoso, envidia, obsesión, machismo… la lista es infinita.


Y es que el mundo de Refn es un reflejo oscuro del nuestro: un complicado laberinto de deseos irracionales, una pantomima actuada bajo la luz del día. Luego llega la noche, el neón, lo salvaje; y con esto un hipnotismo estético total y sostenido casi sin excepciones a lo largo del filme, imbuyéndonos en un estado de trance demoniaco que se acentúa gracias una banda sonora sintetizada y electrizante como sólo una creación de Cliff Martinez puede serlo. ¿Y qué si es "porno-gore"? ¿Y qué si es de mal gusto? ¿Acaso no tiene toda buena película que se precie un toque de ironía nauseabunda? Además, la sangre no aparece por placer, sino por deber: el deber de mostrar una sociedad enferma y brutal, sedienta de sangre, violencia y sexo. Es incómodo, por supuesto, especialmente cuando somos nosotros los que estamos al otro lado de la pantalla, disfrutando en secreto, fascinados ante la representación de lo que no es más que una dramatización de lo que pasa cada día más allá de nuestras puertas, o quizás debería decir de nuestros móviles: los nuevos callejones traseros del mundo.

La brutalidad se puede manifestar de muchas formas. Al fin y al cabo, 'The Neon Demon' no es más que eso: una película sobre la violencia de una sociedad que tiene miedo a aceptar su disfrute de lo grotesco y lo retorcido. Somos adoradores de lo visual, decadentes máquinas sensoriales cuya misión es puramente caníbal: cada selfie, cada like de Instagram, cada alago que te asquea por fuera; pero te satisface por dentro… eslabones de una cadena trófica en la que los débiles no sobreviven, acosados por una clase depredadora a la que le es concedida el paso a nuestra vida privada cual jaguar que destroza una habitación de un hotel decadente. Si 'The Neon Demon' no ha gustado no es porque sea una película demasiado ficticia, sino al contrario: es demasiado realista, demasiado humana, demasiado ajustada a la sociedad de nuestro tiempo. El mejor cine es el que te hace retorcerte en tu asiento, provocando que te cuestiones tus más asentados valores. El mejor cine es el que te hace una exposición sobre ti mismo que te niegas a reconocer. Te prometo que nunca volverás a reconocerte ante el espejo. Te prometo que nada volverá a ser lo mismo, al menos en la noche, bajo la luz del neón. Que empiece la caza.

#NoOscarFest2: 'Cegados por el sol', de Luca Guadagnino

- 16/04/17 8 Comentarios

Una leyenda del rock -como las de antes- encuentra refugio en la isla italiana de Pantelleria. Allí no hay tiempo, tampoco obligaciones, solo el goce de los grandes placeres de la vida: descanso, sexo y comida. Marianne (Tilda Swinton) se deja cuidar por su joven amante Paul (Matthias Schoenaerts). Sus cuerpos desnudos sumergidos en la piscina resultan una estampa idílica que nada tiene que ver con el frenético pasado de la cantante. Pero el pasado siempre vuelve y aquí lo hace en forma de visita inesperada: la de Harry (Ralph Fiennes), productor musical y ex pareja de ella, acompañado de su recién estrenada hija Penélope (Dakota Johnson). Una estrella de rock sin voz, un ex alcohólico sin licor, un vividor a la deriva y una Lolita sin amante forman el cuarteto de 'Cegados por el sol (A Bigger Splash)', la versión libre de Luca Guadagnino de 'La piscina' de Jacques Deray (1969).

Los cincuenta años que separan ambos filmes ofrecen dos versiones muy diferentes de lo que es la pulsión sexual del ser humano, o no. Mientras que Deray insinuaba dentro de los márgenes de la sutileza, Guadagnino muestra sin recato alguno el lado más salvaje y sucio del juego de la seducción. En el presente más inmediato de la cultura popular y la crisis de las pateras, llega este grupo de excéntricos americanos para revolucionar al pequeño y aletargado pueblo italiano. El mundo del glamour y el exceso versus la trivialidad de la vida. Estas bien podrían ser las dos partes en que se estructura el gran crescendo que es 'Cegados por el sol': primero un videoclip y luego un thriller. Son dos partes desiguales entre sí, pero es que estamos ante una historia de sexo, drogas y rock & roll por mucho que Marianne juegue a aburguesarse.

Algo que se le puede reprochar a Guadagnino es que, en su afán por reequilibrar el peso de cada individuo del cuarteto, dota de desmesurada conciencia sexual a la pequeña Lolita (Penélope) en detrimento de Marianne. En la versión de Deray, ella es la piedra angular del trío amoroso, atractiva para con sus amantes y siempre preponderante. Para Guadagnino es una femme fatale despojada de todo atributo físico y literalmente enmudecida que sobrevive gracias a una supuesta aura mitómana. Para lo cual el realizador se convierte en esclavo de unos flashbacks que no hacen más que ralentizar el desarrollo del argumento, aunque gracias a los cuales gozamos más tiempo de un Ralph Fiennes desatado. Pues el nuevo Harry es un volcán en erupción que viene a salpicar a todo aquel que se interponga en su cruzada por recuperar el amor de Marianne. Otro intento de Guadagnino por insuflar vida a un personaje que en la versión francesa se limitaba a alimentar sin saberlo el ego pueril de un celoso Jean Paul, ahora convertido en adocenado curador de una estrella del rock de cuestionable sex-appeal.


La actualización de los arquetipos encarnados por actores del Star System contemporáneo y, sobre todo, la activación de Penélope -que genera un segundo triángulo amoroso-, hacen esta historia aún más atractiva si cabe. Aunque la palabra "atracción" se convierta para Guadagnino en sinónimo de "frivolidad", muy bien concentrada en ese jefe de policía más preocupado por conseguir un autógrafo de su mito que por resolver un caso de homicidio. Y así, de manera muy superficial, concibe el realizador otros asuntos tan potentes como la asimilación de la fama, los traumas del pasado, la orfandad o la incomunicación que sufre este grupo de individuos ofuscados en su microcosmos. ¿Pero a quién no le atrae ver a gente rica y desinhibida aferrándose al amor romántico como única tabla de supervivencia y, mientras tanto, descubrir las miserias de aquellos que han triunfado en la vida?

Al final, más allá del deslumbramiento de este ejercicio fílmico en torno al deseo y la tensión sexual en los sujetos más privilegiados de la jerarquía social actual, lo que subyace es una oda al amor clásico, monógamo y a prueba de bombas donde todo se perdona por no dejar al otro flotando a la deriva; donde la victoria será del macho más fuerte físicamente; donde la mujer seguirá silenciada en su rancio rol de trofeo. Y si esta es una estereotipación consciente por parte de Luca Guadagnino, que acierta al dibujar el grado de hipocresía que ha alcanzado la sociedad contemporánea, bien cabría replantearse el verdadero estado de nuestra conciencia de género.

#NoOscarFest2: 'Espías desde el cielo', de Gavin Hood

- 15/04/17 10 Comentarios

'Espías desde el cielo' fue exhibida por primera vez en el Festival de Toronto de 2015 y llegó a los cines americanos en marzo del pasado año. Pese a las excelentes críticas cosechadas, prácticamente nadie se acordó de la película dirigida por Gavin Hood (responsable de, por ejemplo, la oscarizada 'Tsotsi' y la inefable 'X-Men Orígenes: Lobezno') cuando llegó la temporada de premios. Afortunadamente, el #NoOscarFest2 nos permite recuperar este thriller bélico enormemente eficaz que, además de ofrecer un entretenimiento de primera calidad, reta al espectador de una manera muy poco habitual en el cine reciente.

La historia nos sitúa en Nairobi (Kenia), donde el ejército británico ha localizado a dos de los terroristas más buscados del mundo. La misión, liderada por la coronel Powell (Helen Mirren) es entrar en el refugio de los fanáticos y capturarlos con vida. Pero todo cambia cuando, gracias a las imágenes conseguidas a través de drones, se descubre que los terroristas se han reunido en esa casa para ultimar los detalles de un inminente atentado. La orden de captura se transforma en una de ejecución y es entonces cuando empiezan las dudas, las llamadas a contrarreloj y las discusiones entre las distintas partes involucradas en la operación. Y el asunto se complica todavía más cuando una niña hace acto de aparición en la zona de conflicto.

La película plantea un dilema moral que acaba traspasando la pantalla: ¿Hay que seguir adelante con la operación aunque le pueda costar la vida a una inocente niña? El inteligente guión de Guy Hibbert consigue recoger cualquier tipo de reacción ante la complicada situación: mientras que la coronel es implacable y está dispuesta a seguir adelante cueste lo que cueste, los pilotos encargados de apretar el gatillo se niegan a acatar la orden y los altos cargos del gobierno que presencian la escena desde un despacho tomando té y pastitas son incapaces de ponerse de acuerdo entre ellos. Con todas las cartas encima de la mesa, al espectador no le queda otra que adoptar una postura y es imposible no acabar preguntándose a uno mismo qué decisión tomaría si se encontrara en esa encrucijada.


Una de las principales bazas de la película es su extenso e inspirado reparto liderado por la siempre eficiente Helen Mirren. La oscarizada actriz da vida al personaje más antipático de la película: su coronel Powell es implacable y a duras penas da muestras de humanidad. Justo en el lado contrario están los pilotos (Aaron Paul y Phoebe Fox), que acaban resultando los personajes más emocionales de la película. En el medio de la encrucijada están los miembros del comité de emergencia (entre ellos, Alan Rickman y Jeremy Northam), que se ven completamente desbordados por la situación y acaban proporcionado los escasos alivios cómicos de la película.

No se puede hablar de 'Espías desde el cielo' sin mencionar que se trata de la última aparición en pantalla de Alan Rickman (no en vano, la película está dedicada a él). Pese a ser un actor enormemente querido por el público y respetado por la industria, Rickman nunca supo lo que es ser nominado a un Oscar. Para el recuerdo ha dejado personajes tan memorables como el coronel Brandon de 'Sentido y sensibilidad', el Hans Gruber de 'La jungla de cristal', el sheriff de Nothingam de 'Robin Hood, el príncipe de los ladrones' o el profesor Snape de la saga Harry Potter. La de 'Espías desde el cielo' no será una de sus interpretaciones más recordadas pero se trata de una despedida más que digna.

Además del guión y el reparto, otro de los aspectos especialmente destacados de 'Espías desde el cielo' es su extraordinario trabajo de montaje, que permite que la película se traslade con fluidez por los numerosos escenarios en los que ocurre la acción. En definitiva, la conjunción de todos sus elementos convierten 'Espías desde el cielo' en un vibrante thriller que evita en todo momento seguir el camino más fácil (una prueba de ello la tenemos en su desenlace) y que acaba proporcionando al espectador una experiencia realmente estimulante.

Cannes 2017: Las películas de la Sección Oficial

- 13/04/17 10 Comentarios

El Festival de Cannes ha anunciado hoy los títulos que conformarán la Sección Oficial de la 70ª edición del certamen. Entre las películas que pasarán por La Croisette estarán los últimos trabajos de Sofia Coppola, Michael Haneke o Todd Haynes. El Festival de Cannes arranca el 17 de mayo y se alargará hasta el dia 28 de ese mismo mes. La programación de las secciones paralelas (la Semana de la Crítica y la Quincena de Realizadores) será anunciada los días 20 y 21 de abril.

Sección Oficial
'Les fantomes d'Ismaël (Ismael’s Ghosts)' de Arnaud Desplechin (Película de inauguración)
'Nelyubov (Loveless)' de Andrey Zvyagintsev
'Good Time' de Benny Safdie y Josh Safdie
'You Were Never Really Here' de Lynne Ramsay
'L'amant double' de François Ozon
'Jupiter's Moon' de Kornél Mandruczó
'A Gentle Creature' de Sergei Loznitsa
'The Killing Of A Sacred Deer' de Yorgos Lanthimos
'Hikari (Radiance)' de Naomi Kawase
'Geu-Hu (The Day After)' de Hong Sang-soo
'Le redoutable' de Michel Hazanavicius 
'Wonderstruck' de Todd Haynes
'Happy End' de Michael Haneke
'Rodin' de Jacques Doillon
'The Beguiled' de Sofia Coppola
'120 Battements par Minute' de Robin Campillo
'Okja' de Bong Joon-ho
'In The Fade' de Fatih Akin
'The Meyerowitz Stories' de Noah Baumbach

Fuera de concurso
'How to Talk to Girls at Parties' de John Cameron Mitchell
'Blade Of The Immortal' de Takashi Miike
'Visages, Villages' de Agnès Varda y JR

Un Certain Regard
'Barbara' de Mathieu Amalric
'La novia del desierto' de Cecilia Atán y Valeria Pivato
'Testonata (Closeness)' de Kantemir Balagov
'Aala Kaf Ifrit (Beauty and the Dogs) de Kaouther Ben Hania
'L’Atélier' de Laurent Cantet
'Fortunata ('Lucky)' de Sergio Castellitto
'Las hijas de Abril' de Michel Franco
'Western' de Valeska Grisebach
'Posoki (Directions)' de Stephan Komandarev
'Out' de Gyorgy Kristof
'Before We Vanish' de Kiyoshi Kurosawa
'En Attendant les Hirondelles (The Nature of Time)' de Karim Moussaoiu
'Lerd (Gress)' de Mohammad Rasoulof
'Jeune Femme' de Léonor Serraille
'Wind River' de Taylor Sheridan
'Aprês la guerre (After the War)' de Annarita Zambrano

Proyecciones especiales
'12 jours' de Raymond Depardon
'They' de Anahita Ghazvinizadeh
'Le Caméra De Claire' de Hong Sang-soo
'Promised Land' de Eugene Jarecki
'An Incovenient Sequel' de Bonni Cohen y Jon Shenk
'Demons in Paradise' de Jude Ratman
'Sea Sorrow' de Vanessa Redgrave

Eventos
'24 Frames' de Abbas Kiarostami
'Top of the Lake: China Girl' de Jane Campion y Ariel Kleiman
'Carne y arena' de Alejandro González Iñárritu
'Twin Peaks' de David Lynch
'Come Swim' de Kristen Stewart

Proyecciones de medianoche
'Ak-Nyeo (The Villainess)' de Jung Byung-Gil
'Bulhandang ('The Merciless)' de Byun Sung-Hyun
'Prayer Before Dawn' de Jean-Stéohane Sauvaire

#NoOscarFest2: 'Paterson', de Jim Jarmusch

- 12/04/17 7 Comentarios

Este artículo ha sido escrito por Alberto Corona, redactor de Cinéfagos.es

Existe en 'Paterson', una de las 18 integrantes del #NoOscarFest2, una constante reticencia al conflicto que podría pasar por desdeñosa, e incluso molesta para el espectador, si en todo momento no se sintiera tan juguetona. Si por cada vez que se nos negara un mínimo asomo de drama humano o narrativa –y se nos niega muchas veces–, no tuviéramos en mente la sonrisa tímida de Adam Driver, encogiéndose de hombros, disculpándose, para contrarrestarlo.

'Paterson' es la enésima película de Jim Jarmusch donde no pasando nada, pasa de todo. Multitud de voces la han erigido como una de las mejores de la temporada, pero los premios le han dado la espalda, y parece condenada al culto íntimo en el que, plácidamente, se ha ido sumiendo gran parte de la filmografía del director –que este mismo año, por cierto, también estrenó un documental sobre Iggy Pop, 'Gimme Danger', sin tanto respaldo crítico. Nada importan esas nociones exteriores, mundanas, capaces de generar amagos de indignación o pena, cuando uno se sumerge en 'Paterson' y se deja hipnotizar.

La acción de la película –entiéndase "acción" con la sorna más cariñosa del universo– se desarrolla a lo largo de una semana en la vida de Paterson (Adam Driver), conductor de autobuses en la ciudad de Nueva Jersey del mismo nombre, y su novia Laura (Golshifteh Farahani). En todo el metraje, a la pareja no le sucede nada especial más allá del hecho de que se quieren, se respetan, y se lo pasan bien juntos, dejando espacio para las personales aficiones de cada uno. A él le gusta escribir poesía, y ella dice que es bueno, que debería lanzarse a publicarla. A ella le gusta el color blanco, el color negro y cocinar cosas exóticas que él probará con entusiasmo y un vaso bien surtido de agua al lado, por si las moscas. El martes, a ella se le ocurrirá que sería una idea estupenda aprender a tocar la guitarra. El viernes, ya tendrá su guitarra.  Y así. Ah bueno, y también tienen un perro. Marvin.


Ese es, a grandes rasgos, el argumento de 'Paterson', que podría pasar por inexistente si no nos absorbiera sin remedio desde el segundo uno, con ese plano cenital de la pareja que sufrirá leves pero significativas modificaciones a lo largo de los días siguientes. La sencillez de sus personajes, su pacífica humanidad, seduce por sí sola y provoca que quieras seguirles hasta el final del mundo –o hasta el límite municipal de Paterson, que viene a ser lo mismo–, pero lo que acaba de conquistar es su reiterada huida del conflicto. Un juego con el que se nota que Jarmusch disfruta enormemente,  y que unos podrían calificar como delicioso, otros como metacinematográfico, y otros como simplemente chorra. Otros también se podrían venir arriba, y decir que no hay tal juego. Que sólo hay realidad… y una pizca de poesía, sobreimpresa de manera bastante cutre en la pantalla y leída con la voz de un Adam Driver como no se ha visto en otra.

Aunque, claro está, de vez en cuando el drama surge, porque siempre está a la vuelta de la esquina. Un autobús que se estropea, un amante despechado cuyas "intensitas" razones sin embargo sólo merecen del barman un acertadísimo "podrías ser actor", un perro que no puede dejar de ser un perro… La cotidianeidad de 'Paterson' trata de esquivarlos con mayor o menor fortuna, pero esta misma cotidianeidad acaba empujando al filme, de manera natural, a una asombrosa e indescriptible excelencia que nos emociona en silencio, que nos hace sonreír ruidosamente.

El espectador se siente tan acunado por la rutina que cuando "algo", sea lo que sea, ocurre, se siente sobresaltado, vulnerable. Una niña que también escribe poesía. Un encuentro fortuito con un rapero aficionado, o con un desconocido al que también le encanta William Carlos Williams. La poesía se infiltra en la vida de Paterson sin que este pueda hacer nada más que ser su catalizador. El catalizador que asimismo, más allá de su persona, deviene el cine, y que con tanta pasmosa facilidad hace pasar por fascinante nuestra propia vida.

#NoOscarFest2: 'La bruja', de Robert Eggers

- 11/04/17 8 Comentarios

Este artículo está escrito por Andrés R. Paredes, redactor de Cinéfagos.es

"¿Que hemos venido a encontrar a esta tierra maldita?", pregunta el padre de la familia protagonista en la primera línea de 'La bruja'. Desde luego que un Oscar no.

'La bruja' entró en la segunda tanda de películas para este festival con un aplastante 49% de los votos. En su día se llevó dos Spirit Awards, cuatro premios de diferentes asociaciones de críticos estadounidenses a la Mejor Ópera Prima y otros tres al Mejor Director Revelación. Y, sin embargo, ni se la vio en los Oscar. Resulta inexplicable. La película ha recibido todos los elogios posibles que se esperan de una buena película de terror. Un equilibrio perfecto entre tensión y drama, un crescendo terrorífico, unas actuaciones impecables y una dirección que es tan personal y única como accesible y sencilla. La ópera prima de Robert Eggers es todo un portento y da la impresión de que todos la hemos olvidado a pesar de considerarla una de las mejores cintas de 2016.

En 1991, Timothy Dalton seguía siendo James Bond. Se publicaba ‘Nevermind’, de Nirvana. En la televisión ponían 'Roseanne' 'Un chapuzas en casa' y el gobierno inglés tuvo que definir la diferencia exacta entre una galleta y una tarta. También fue la primera y la última vez que una película de terror ganó el Oscar a mejor película: 'El silencio de los corderos'. Aquella no era exactamente una película de terror, pero eso es arena de otro costal. De esto hace casi 30 años. Desde entonces, el cine de terror, uno de los más rentables para las productoras, y uno de los que más consumen los espectadores, sufre un desprecio constante por parte de la Academia. No así de los críticos o de los especialistas. Todos sabemos que el cine de terror es un pilar fundamental de la industria y de la formación de críticos, y rara es la lista de mejores películas del siglo XX que no incluya 'Alien' o 'El Exorcista'. Si el mundo fuera justo, 'La bruja' redondearía ese triunvirato del terror.

En 'La bruja', Eggers narra la historia de una familia comandada por un padre y una madre ultrareligiosos que deciden abandonar la protección de una comunidad de Nueva Inglaterra para vivir en comunión con Dios en los lindes de un bosque. Al poco de asentarse allí, el bebé de la familia desaparece y todas las culpas recaen sobre la hija mayor, Thomasin (Anya Taylor-Joy en un tour de force envidiable que le ganó el premio Gotham a Mejor Intérprete Revelación). Esa es la mecha que pone en marcha una historia que ya resultaba terrorífica antes de comenzar. Porque 'La bruja' no sólo trata sobre la paranoia y el miedo, también nos acerca una reflexión importante sobre los secretos, la familia y una crítica feroz del patriarcado y la religión fanática.

 Y consigue todo esto de la manera más simple posible. Tan sólo existen tres escenarios, seis actores -siete, si contamos la cabra- y escenas largas y terroríficas en las que se pormenorizan las relaciones entre los personajes y se avanza en una trama asfixiante. Y puede dar la impresión de que esto es un clásico a la hora de hablar del cine de terror, pero con en este caso realmente se aguanta la respiración.


'La bruja' es una película de sutilezas y grandezas. Es sutil en el uso del inglés de la época (1630), en las oraciones susurradas, en la magnífica banda sonora de Mark Korven y en los planos en los que los personajes son observados casi desde un punto de vista voyueristico. Y es gigantesca en la enormidad del bosque, en los gritos y en las actuaciones. Todo parece terriblemente real, secretamente onírico y muy contenido. Al menos, es contenido durante los dos primeros tercios de la película. A lo largo de la primera hora, todo en 'La bruja' son susurros, enfados velados y tensión que recae sin parar sobre los hombros de la joven Thomasin. Durante todo este tiempo predominan los planos amplios, en los que la granja destaca por su simplicidad, casi como un faro en medio de la noche. Pero, a medida que la historia avanza, los personajes están cada vez más cerca en el plano, se hace más palpable el sufrimiento, contemplamos mejor la podredumbre y tristeza del entorno, el dolor de los protagonistas, y cada vez se grita más a medida que cada personaje pierde los papeles y se deja llevar por la maldición de una incógnita paranormal (¿quizá una bruja?) que nunca queda del todo claro dónde está. Y eso es quizá lo mejor de la película de Eggers y lo que hace que esté por encima de todo el cine de terror de los últimos años.

Cuando se estrenó en 1968 'La semilla del Diablo' de Polanski ocurrió una cosa extraña. Al acabar la película, muchos afirmaban haber visto al bebé de Mia Farrow en pantalla. El pequeño no salía en ningún momento en pantalla, por supuesto, pero muchos de los espectadores tenían pesadillas en las que contemplaban el rostro del anticristo. En el caso de la película de Eggers ocurre algo muy parecido. La bruja existe, pero de espaldas, escondida, apareciendo lentamente, a oscuras, haciendo cosas terroríficas que la cámara apenas se atreve a mostrar. Da la impresión de que la propia película tiene miedo de lo sobrenatural, de caer bajo el embrujo del monstruo que habita en el bosque, y eso juega en su favor. Siempre resultará más terrorífico lo no mostrado que lo obvio, y 'La bruja' juega con ello constantemente.

Así que hagamos un repaso: ¿Por qué debería La bruja arrasar en el palmarés del #NoOscarFest2? Por sus actuaciones. Por su ambientación. Por su historia envolvente y aterradora. Porque, a pesar de estar ambientada en 1630, no podría ser más actual. Porque es un drama disfrazado de terror (como todas las buenas películas de terror). Por su dirección impecable. Porque sería una injusticia que fuese de nuevo olvidada.

'The Crown' lidera las nominaciones a los BAFTA TV Awards

- 2 Comentarios

- 'The Crown' lidera la lista con 5 nominaciones seguida por 'Happy Valley' y 'Fleabag' con 3
- Las candidaturas en los apartados técnicos fueron anunciadas a finales de marzo
- 'The Night Of', 'The People v. OJ Simpson', 'Stranger Things' y 'Transparent' se disputan el premio a la Mejor Serie Internacional
- La ceremonia de entrega será el 14 de mayo

Serie de Drama
The Crown (Netflix)
The Durrells (ITV)
Happy Valley (BBC1)
War and Peace (BBC1)

Serie de Comedia
Camping (Sky Atlantic)
Fleabag (BBC3)
Flowers (Channel 4)
People Just Do Nothing (BBC3)

TV Movie
Aberfan: The Green Hollow (BBC1 Wales)
Damilola, Our Loved Boy (BBC1)
Murdered By My Father (BBC3)
NW (BBC2)

Miniserie
The Hollow Crown: The War of the Roses (BBC2)
National Treasure (Channel 4)
The Secret (ITV)
The Witness for the Prosecution (BBC1)

Actor
Adeel Akhtar – Murdered By My Father (BBC3)
Babou Ceesay – Damilola, Our Loved Boy (BBC1)
Benedict Cumberbatch – The Hollow Crown: The War of the Roses (BBC2)
Robbie Coltrane – National Treasure (Channel 4)

Actriz
Claire Foy – The Crown (Netflix)
Jodie Comer – Thirteen (BBC3)
Nikki Amuka-Bird – NW (BBC1)
Sarah Lancashire – Happy Valley (BBC1)

Actor Secundario
Daniel Mays – Line of Duty (BBC2)
Jared Harris – The Crown (Netflix)
John Lithgow – The Crown (Netflix)
Tom Hollander – The Night Manager (BBC1)

Actriz Secundaria
Nicola Walker – Last Tango in Halifax (BBC1)
Siobhan Finneran – Happy Valley (BBC1)
Vanessa Kirby – The Crown (Netflix)
Wunmi Mosaku – Damilola, Our Loved Boy (BBC1)

Actriz en Comedia
Diane Morgan – Cunk on Shakespeare (BBC2)
Lesley Manville – Mum (BBC2)
Phoebe Waller-Bridge – Fleabag (BBC3)
Olivia Colman – Fleabag (BBC3)

Actor en Comedia
Asim Chaudhry – People Just Do Nothing (BBC3)
David Mitchell – Upstart Crow (BBC2)
Harry Enfield – The Windsors (Channel 4)
Steve Coogan – The Scissored Isle (Sky Atlantic)

Serie Internacional
The Night Of (HBO/Sky Atlantic)
American Crime Story – The People Vs OJ Simpson (FX/BBC)
Stranger Things (Netflix)
Transparent (Amazon Studios)

Consulta la lista de completa de nominaciones en la web de los premios

Ganadores de los premios de la Academia Irlandesa de Cine y TV

- 10/04/17 No hay comentarios

- 'El asedio de Jadotville' es la película más galardonada con tres premios
- 'Moonlight' consigue el premio a la Mejor Película Internacional

PELÍCULA
A Date for Mad Mary
Love & Friendship
The Secret Scripture
The Siege of Jadotville
Tomato Red
The Young Offenders

ACTOR
Jamie Dornan - The Siege of Jadotville
Michael Fassbender - The Light Between Oceans
Colm Meaney - The Journey
Alex Murphy - The Young Offenders
Mark O'Halloran - History's Future

ACTRIZ
Caoilfhionn Dunne - In View
Seana Kerslake - A Date for Mad Mary
Aisling Loftus - Property of The State
Ruth Negga - Loving
Catherine Walker - A Dark Song

ACTOR SECUNDARIO
Colin Farrell - Fantastic Beasts and Where to Find Them
Brendan Gleeson - Trespass Against Us
Ciaran Hinds - Bleed for This
Jason O'Mara - The Siege of Jadotville
Chris Walley - The Young Offenders

ACTRIZ SECUNDARIA
Charleigh Bailey - A Date for Mad Mary
Simone Kirby - Notes on Blindness
Susan Lynch - Bad Day for the Cut
Hilary Rose - The Young Offenders
Fiona Shaw - Out of Innocence

DIRECTOR
Peter Foott - The Young Offenders
Jim Sheridan - The Secret Scripture
Richie Smyth - The Siege of Jadotville
Darren Thornton - A Date for Mad Mary

GUIÓN
Kevin Brodbin - The Siege of Jadotville
Peter Foott - The Young Offenders
Darren Thornton & Colin Thornton - A Date for Mad Mary
Juanita Wilson - Tomato Red

PELÍCULA INTERNACIONAL
Hacksaw Ridge
La La Land
Manchester By The Sea
Moonlight

ACTOR INTERNACIONAL
Casey Affleck - Manchester By The Sea
Andrew Garfield - Hacksaw Ridge
Ryan Gosling - La La Land
Denzel Washington - Fences

ACTRIZ INTERNACIONAL
Amy Adams - Arrival
Viola Davis - Fences
Natalie Portman - Jackie
Emma Stone - La La Land

PREMIO HONORÍFICO
Michael Gambon

Consulta el resto de categorías en la web de los premios

#NoOscarFest2: 'Dos buenos tipos', de Shane Black

- 09/04/17 8 Comentarios

Este artículo está escrito por Daniel Lorenzo, redactor de Cinéfagos.es

Cuenta la leyenda que, cuando Howard Hawks comenzó el rodaje de 'El sueño eterno', la adaptación de la novela de Raymond Chandler guionizada por William Faulkner y protagonizada por Humphrey Bogart, ninguno de los cuatro tenía claro quién era el asesino en aquella historia.

"Recuerdo que hace varios años, cuando Howard Hawks estaba rodando 'El sueño eterno', él y Bogart tuvieron una discusión acerca de si uno de los personajes había muerto asesinado o se había suicidado. Me enviaron un telegrama preguntándomelo, y que me cuelguen si lo sabía".
Raymond Chandler

'El sueño eterno' terminaría convirtiéndose en un éxito comercial y crítico y el paso del tiempo ha terminado por colocarla en el olimpo del cine negro y de las adaptaciones cinematográficas. Por lo mordaz de sus diálogos, por lo ingenioso de sus réplicas, por lo logrado de su ambientación, por lo vertiginoso de su ritmo y por la química de destilaba su pareja protagonista (Bogart y Lauren Bacall se casarían seis meses después de la finalización del rodaje). Pues bien, a pesar de que ya han pasado cerca de dos años desde el final del rodaje de 'Dos buenos tipos' y Ryan Gosling y Russell Crowe (todavía) no se han casado, esta cinta contiene todos los ingredientes que convierten a una película de género en una gran película de género.

Ya en su inolvidable prólogo (probablemente la más brillante secuencia inicial del cine del pasado año), 'Dos buenos tipos' deja claro que cuando la ficción idealizada entra en la realidad, el resultado acostumbra a ser estrepitoso y alguien suele resultar herido. Y lo que hace la película a continuación es coger todos los ingredientes básicos del cine negro más canónico (el detective, el matón, la desaparecida, los cadáveres que aparecen y se esfuman como por arte de magia…) y desplazarlo a los años 70 pasándolos por el túrmix de Shane Black (la buddy movie, los niños, la navidad). Y el resultado final está tan cohesionado, los distintos tonos que maneja la película (comedia, policíaco, acción, neonoir, retrato de una época y una ciudad) funcionan tan bien como suele ser costumbre en el cine de su director.

'Dos buenos tipos', además, nos permite disfrutar de un gran Ryan Gosling y recuperar al mejor Russell Crowe. La pareja formada por el barbudo bruto y voluminoso y el espigado, rubio y atractivo nos remite inevitablemente a los mejores momentos del cine de Bud Spencer y Terence Hill hasta el punto que resulta evidente que el suyo fue un modelo que fue tenido en cuenta a la hora de construir su relación. Nadie en su sano juicio puede volver a repetir aquello de que Gosling es un actor que se limita a interpretar una y otra vez el mismo papel tras verle, tan divertido, tan físico y tan sobreactuado en 'Dos buenos tipos' y comparar su trabajo con el realizado en 'Drive', 'La La Land' o 'Half Nelson', por poner tres ejemplos. Y Crowe jamás ha mostrado semejante química con ninguno de sus compañeros de trabajo, al menos en posición vertical (sí, Meg Ryan, te están pitando los oídos, y en esta ocasión no es por Dennis Quaid, es por nosotros).


Y son sus interpretaciones, sus personajes, junto con el de esa gratísima sorpresa que es Angourie Rice, los pilares sobre los que se sustenta toda la película. Si la principal diferencia entre el cine europeo y el americano es que el europeo habla de personajes a los que les pasan cosas y el americano de cosas que les pasan a personajes, cabe concluir que no hay autor americano más europeo que Shane Black. Alguien que, primero como guionista y luego como director, ha edificado toda su filmografía en torno a sus personajes. Por eso en el fondo da igual qué diablos le ha pasado a la chica, quién lo haya hecho y cuáles fueran sus objetivos. Lo importante es el quién, el cuándo, el dónde. Al igual que Hawks, que Faulkner, que Chandler, a Black parece importarle poco el qué, y mucho menos el porqué.

En una época en la que el cine comercial es sinónimo de sagas interminables, de universos expandidos, de secuelas, precuelas, reboots, spin offs, adaptaciones y refritos; en un tiempo en que el cine comercial está dirigido a un target de espectadores que ronda los quince años, en el que no existe la sangre y en el que el flashback explicativo campa a sus anchas, 'Dos buenos tipos' es más que una película, es un milagro. Una cinta de estudio, de mediano presupuesto, que cuenta una historia original, que no escatima en violencia, protagonizada por dos estrellas y dirigida a un público adulto, es un suicidio comercial superior al de cualquier producción independiente.

Y es, además, una película en la  que el personaje de Ryan Gosling entra a una fiesta celebrada por profesionales de la industria del porno al ritmo de 'Boogie Wonderland'. Una película en la que una banda increíblemente parecida a Earth Wind & Fire toca 'September'. Una película en la que suena 'Get Down on It'. Y así, al igual si los hermanos Coen demostraron en 'El gran Lebowski' que Chandler podía conjuntar a la perfección con los Gipsy Kings, Black nos confirma que el autor americano también marida bien con Kool & the Gang.

Es lo que tienen los clásicos, que crecen con los años. Que soportan bien todo tipo de emparejamientos y revisiones. Y 'Dos buenos tipos' está destinada a ser un clásico. Háganse un favor y descúbranlo ahora. No dejen que sea otro el que se lo cuente dentro de diez años.

#NoOscarFest2: 'Sing Street', de John Carney

- 07/04/17 11 Comentarios

Este artículo está escrito por Alberto Corona y fue publicado originalmente en Cinéfagos.es

La desvergüenza con la que John Carney nos propone cada poco tiempo un musical de naturaleza prácticamente idéntica al anterior podría, bien facilitar que la crítica continuara riéndole las gracias hasta que el gran público decidiera consagrarlo, bien que sus pocos y escasamente entusiastas seguidores acabaran cansándose de él. Sin embargo, este director y guionista irlandés tiene una virtud innegable por la cual siempre querremos tragar lo que nos eche, y es una tan simple como que sabe acompañar sus películas de las mejores canciones. Algo que vuelve a demostrar en 'Sing Street', su última propuesta, de cuya banda sonora se ha hecho cargo él mismo.

En ella, Carney no sólo confirma su talento como compositor, sino que lo espolea hasta sus últimas consecuencias y se desmarca con unas piezas memorables y exquisitas. Con la particularidad, además, de que esta vez la música resultante no se limita a refugiarse en la excusa folkie para tirar de tres acordes y listo, sino que bucea en el imaginario más ochentero y horterón de cara a obtener un sonido análogo –con teclados, bajos pesados y los ojos puestos en el videoclip tan guapo que nos va a salir luego–, y ambientar aún mejor el asunto. Es Dublín, es 1980, y Duran Duran la banda en la que los protagonistas han de inspirarse. Con esos preceptos, muy mal lo tienes que hacer para que no te salga una película furiosamente encantadora.

'Sing Street' lo es. Como lo eran 'Once' y 'Begin Again'. Lo es porque lo busca, y cuenta con lo necesario –actores comprometidos, estética estudiadísima, canciones espléndidas– para encontrarlo. Pero, quizá porque Carney empieza a tomar conciencia de autor, esta película no quiere conformarse sólo con ser encantadora. Once, por mucho ensimismamiento hipster del que hiciera gala, no tenía más meta que ésa. 'Begin Again', más accesible, más conseguida, mejor, tres cuartas partes de lo mismo. Sing Street, sin embargo, aspira a más. A ser la demostración definitiva de la capacidad de la música para trascendernos, para hacernos olvidar todos los sinsabores de la vida terrenal. Y, como 'Once' y 'Begin Again' venían a decir básicamente lo mismo, Carney ha decidido optar por la hipérbole para diferenciarse.

Lo que se traduce en que los personajes de 'Sing Street' son los más desdichados, talentosos e imbéciles de toda su filmografía. El protagonista, Connor Lawlor (Ferdia Walsh-Peelo), proviene de un matrimonio al borde del divorcio que por estrecheces económicas se ve obligado a cambiarlo de colegio. A otro, por supuesto, más horrible y gris, donde al poco de entrar le arrojan una rata muerta a la cara, le obligan a caminar descalzo, y antes de volver a casa ya ha recibido palizas por parte tanto del repetidor de la clase como de los diabólicos curas que regentan el lugar. Todo tan súper fatal que sólo le hará falta conocer a la chica de turno para descubrir que la música es lo suyo y, de ahí a formar una banda llamada 'Sing Street' y producir singles a cascoporro, sólo serán necesarios diez minutos y pico de metraje. Para qué más.


Aunque las abundantes escenas de violencia física y verbal lleven a pensar lo contrario, 'Sing Street' no es, en absoluto, una película realista. O al menos, habida la cuenta de la ramplonería y negligencia con la que los personajes afrontan sus problemas -el citado Connor refugiándose en la música y vistiendo como Robert Smith, su interés amoroso Raphina (Lucy Boynton) insistiendo muy fuerte en que quiere ser modelo-, no debería ser nunca tomada como tal.

Bien al contrario, el tercer musical de John Carney no es más que una fábula exaltada y desesperadamente romántica que, por mucha evocación nostálgica de la que dependa, sabe mantener los pies en la tierra lo suficiente como para ser al mismo tiempo sucia, incómoda y, por eso mismo, más eficaz. En ese sentido, escenas tan acertadas como la que presenta a Connor aprendiendo a cantar mientras repite los improperios que en ese momento se lanzan sus padres, o aquella otra en la que imagina el concierto perfecto que nunca dará, son sólo las imágenes más representativas y directas de un filme que navega constantemente entre la miseria y la evasión, ambas igual de irracionales y, ya que se trata al fin y al cabo de un musical, exageradas.

Acaba resultando que 'Sing Street', aunque quizá no sea la mejor, sí es sin duda la película más compleja e interesante de John Carney. Y es que, paralelamente a lo fantástico y absurdo de su argumento, pende sobre ella una asfixiante y brutal melancolía que encuentra en el personaje del hermano mayor de Connor (Jack Reynor) su gran adalid, y en la ambigua escena final -con inconfundibles ecos a 'El graduado', de Mike Nichols- su total culminación. Todo ello sin dejar de ser una obra bellísima y, lo más importante de todo, sin que la música deje de sonar.

'Get Out' lidera la lista de candidaturas a los MTV Movie & TV Awards

- 06/04/17 2 Comentarios

- A partir de este año, los MTV Movie Awards también premiarán a las series de televisión
- 'Get Out' lidera la lista con 6 nominaciones
- 'Stranger Things' es la serie más mencionada con 4 candidaturas
- La ceremonia de entrega, presentada por Adam DeVine, se celebrará el 7 de mayo

MEJOR PELÍCULA
"La bella y la bestia"
"Get Out"
"Logan"
"Rogue One: Una historia de Star Wars"
"The Edge of Seventeen"

MEJOR SERIE DE TV  
"Atlanta"
"Game of Thrones"
"Insecure"
"Pretty Little Liars"
"Stranger Things"
"This Is Us"

MEJOR INTÉRPRETE DE CINE
Daniel Kaluuya, "Get Out"
Emma Watson, "La bella y la bestia"
Hailee Steinfeld, "The Edge of Seventeen"
Hugh Jackman, "Logan"
James McAvoy, "Split"
Taraji P. Henson, "Hidden Figures"

MEJOR INTÉRPRETE DE TV
Donald Glover, "Atlanta"
Emilia Clarke, "Game of Thrones"
Gina Rodriguez,  "Jane the Virgin"
Jeffrey Dean Morgan, "The Walking Dead"
Mandy Moore, "This Is Us"
Millie Bobby Brown, "Stranger Things"

MEJOR BESO
Ashton Sanders y Jharrel Jerome, "Moonlight"
Emma Stone y Ryan Gosling, "La La Land"
Emma Watson y Dan Stevens, "La bella y la bestia"
Taraji P. Henson y Terrence Howard, "Empire"
Zac Efron y Anna Kendrick, "Mike y Dave buscan rollo serio"

MEJOR VILLANO
Allison Williams, "Get Out"
Demogorgon, "Stranger Things"
Jared Leto, "Suicide Squad"
Jeffrey Dean Morgan, "The Walking Dead"
Wes Bentley,  "American Horror Story"

MEJOR PRESENTADOR
Ellen DeGeneres, "The Ellen DeGeneres Show"
John Oliver, "Last Week Tonight With John Oliver"
RuPaul, "RuPaul's Drag Race"
Samantha Bee, "Full Frontal With Samantha Bee"
Trevor Noah, "The Daily Show"

MEJOR DOCUMENTAL      
"13TH"
"I Am Not Your Negro"
"O.J.: Made in America"
"This Is Everything: Gigi Gorgeous"
"TIME: The Kalief Browder Story"

MEJOR REALITY DE COMPETICIÓN
"America's Got Talent"
"MasterChef Junior"
"RuPaul's Drag Race"
"The Bachelor"
"The Voice"

MEJOR INTERPRETACIÓN DE COMEDIA  
Adam Devine, "Workaholics"
Ilana Glazer y Abbi Jacobson, "Broad City"
Lil Rel Howery, "Get Out"
Seth MacFarlane, "Family Guy"
Seth Rogen, "Sausage Party"
Will Arnett, "The LEGO Batman Movie"

MEJOR HÉROE
Felicity Jones, "Rogue One: A Star Wars Story"
Grant Gustin, "The Flash"
Mike Colter, "Luke Cage"
Millie Bobby Brown, "Stranger Things"
Stephen Amell, "Arrow"
Taraji P. Henson, "Hidden Figures"

MEJOR ESCENA DRAMÁTICA
"Game of Thrones": Muerte de Hodor (Kristian Nairn)
"Grey's Anatomy": Meredith (Ellen Pompeo) le cuenta a sus hijos la muerte de Dereck
"Me Before You": Will (Sam Claflin) le dice a Louisa (Emilia Clarke) que no puede quedarse con ella
"Moonlight":  Paula (Naomie Harris) le dice a Chiron (Trevante Rhodes) que le quiere
"This Is Us": Jack (Milo Ventimiglia) y Randall (Lonnie Chavis) en el kárate

PREMIO NEXT GENERATION
Chrissy Metz
Daniel Kaluuya
Issa Rae
Riz Ahmed
Yara Shahidi

MEJOR DÚO
Adam Levine y Blake Shelton, "The Voice"
Daniel Kaluuya y Lil Rel Howery, "Get Out"
Brian Tyree Henry y Lakeith Stanfield, "Atlanta"
Hugh Jackman y Dafne Keen, "Logan"
Josh Gad y Luke Evans, "La bella y la bestia"
Martha Stewart y Snoop Dogg, "Martha and Snoop's Potluck Dinner Party"

MEJOR HISTORIA AMERICANA
"Black-ish"
"Fresh Off the Boat"
"Jane the Virgin"
"Moonlight"
"Transparent"

MEJOR LUCHA CONTRA EL SISTEMA
"Get Out"
"Hidden Figures"
"Loving"
"Luke Cage"
"Mr. Robot"