Hitfix aplaude la Blancanieves de Pablo Berger

Hitfix.com: "En los últimos años, muchas películas de Hollywood han devuelto a la gran pantalla los cuentos tradicionales para recofingurar un universo narrativo familiar que en otro tiempo fue terreno exclusivo de los animadores. Una de esas apuestas es la "Blancanieves" de Pablo Berger, que sigue la tendencia hacia un cine de autor internacional. Todo en un año donde se han estrenado otras dos versiones de este popular cuento: "Mirror Mirror" y "Blancanieves y el Cazador".

La cinta española se dirige a un público exigente que probablemente no ha visto ninguna de esas dos, aunque se asienta a mitad de camino entre ellas, compartiendo la sensibilidad del cuento tradicional pero manteniendo la raíz de la historia siendo la mitad de seria que las otras dos; es decir, en su justa medida.

Se diferencia de los dos, por su parte, en su iluso romanticismo que comparte con la versión de referencia, la adaptación de Disney en 1937. Y lo hace en parte mediante la formulación de un viaje a la nostalgia a través de su lenguaje cinematográfico. Recogiendo, supuestamente por casualidad, el testigo de "The Artist", "Blancanieves" es otro homenaje al cine mudo: un film en blanco y negro brillante con astutos anacronismos sonoros y técnicas que sólo subrayan su amorosa adhesión a los principios de los pioneros del cine narrativo.

A pesar de que por su naturaleza podríamos pensar que se trata de una revisión obsoleta, "Blancanieves" es en realidad de las tres versiones de este año la película más moderna al llevar la historia a la España de 1920, inyectando toques satíricos y, lo más novedoso, dejando fuera del relato cualquier elemento sobrenatural. No hay espejo mágico aquí, sólo una escena donde se refleja muy bien la vanidad de la malvada madastra.

Blancanieves se llama aquí Carmencita (la irresistible Sofía Oria), nacida en medio de la tragedia cuando su madre muere durante el parto y su padre - torero - sufre una parálisis de forma irreversible durante una faena. Carmencita queda bajo protección de la madastra Encarna, que convierte su vida en un infierno. En su huida, encuentra a un grupo de enanos toreros, que la acogerán en su familia. En este cuento no hay príncipe, aunque uno de los enanos esté cerca de serlo, y el desenlace añade una nota trágica más acorde a los cuentos de hadas macabros para adultos que a los finales felices de Disney.

Después de un primer acto boyante que Berger parece resistirse a dejar, la película pierde fuerza con la blancanieves adulta (interpretada por la actriz de brillantes ojos pero menos atractiva Macarena Garcia). Los enanos no pierden coherencia con respecto a su reflejo tradicional en el cuento, pero todo el tiempo en el que no está en pantalla Maribel Verdú parece tiempo perdido. La actriz viste creaciones muy próximas al Art Decó entre Garbo y Mommie Dearest (obra del diseñador de vestuario Paco Delgado, que también se ha encargado del vestuario de "Les misérables"). Encarna no es la primera villana que le roba el protagonismo a la heroína, pero cuando finalmente le ofrece la manzana envenenada, el "Vamos, chica!" probablemente no era la frase más adecuada.

Dicho esto, "Blancanieves" es demasiado preciosa para que esas sutilezas le rebajen su belleza. El director de la fotografía Kiko de la Rica hace un trabajo mucho más moderno y alejado a la época en la que se sitúa la cinta, mientras que la música de Alfonso de la Vilallonga es más fiel a los dorados años 20 que la de "The Artist", aunque en una escena clave, Berger rompe el código al permitir que el estruendo de los fuegos artificiales se entrometan en la banda sonora. No sé si la Academia aceptará o no esta propuesta, pero hay magia suficiente para disfrutar de esta película"

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